Un hombre de 47 años, Ulises Valladares, fue secuestrado en Texas porque supuestamente su hermano debía 8 mil dólares. A las pocas horas los secuestradores llamaron al hermano, de acuerdo con la policía, exigiéndole 20 mil dólares y asegurando que pertenecían al Cártel del Golfo, cosa que fue desmentida posteriormente por la policía.
El FBI rastreó la llamada ubicando el secuestro en una residencia a las afueras de Houston. Inmediatamente un grupo de agentes del equipo de élite SWAT acordonó la zona y comenzaron a planear el rescate: rodearían a los captores, por lo que unos entraron por la puerta delantera mientras otros rompían ventanas por detrás de la casa, hay que mencionar que era de noche.
A las 3:30 de la mañana, derribaron la puerta principal y tiraron granadas aturdidoras. Al entrar a una habitación uno de los policías escuchó un golpe y disparó. Desafortunadamente era Valladares quien estaba amordazado y atado de las manos.
El agente, quien ya fue dado de baja mientras el FBI investiga lo sucedido, se justificó diciendo que la decisión del SWAT de no usar linternas para no llamar la atención durante la misión fue la razón por la que en medio de la oscuridad no vio qué había originado el sonido detrás de él.
Dos hombres y una mujer fueron detenidos y acusados de secuestro y robo agravado.