Los agentes del FBI sospechaban de una posible conexión entre Monsi, el movimiento chicano y los Panteras Negras.

Los reportes del FBI sobre Monsiváis, fueron desclasificados el pasado 13 de noviembre por una solicitud a través de la Ley Federal de Información (FOIPA) hecha por  La Opinión. La agencia envió 12 páginas elaboradas en 1973 y 1974.

Para los servicios de inteligencia de Estados Unidos, Monsivais era una persona non grata por su afiliación a “organizaciones prohibidas”, como Nueva Izquierda, que publicó una revista sin nombre y distribuida en universidades locales. De tal manera que la agencia recomendó no otorgar una visa solicitada por el intelectual para participar en el Cuarto Congreso Internacional de Estudios Mexicanos, que se realizó en Santa Mónica en octubre de 1973, y para vacacionar unos días. La Embajada de EEUU en México, empero, sí le otorgó el permiso.

El ensayista y cronista fue identificado en 1969 como uno de los que apoyaron al comité internacional que defendió a Eldridge Cleaver, líder del Partido Black Panthers, grupo socialista revolucionario negro que operó en este país de 1966 a 1982.

“A la luz del informe relativo a la posible conexión del sujeto [Monsiváis] con la Nueva Izquierda en Ciudad de México, y su participación en actividades que pudieran estar conectadas con las actividades de chicanos, se solicita a Los Ángeles revisar los indicios y contactar fuentes lógicas en relación con la presencia y actividades del sujeto en Los Ángeles”, cita un informe del FBI de noviembre de 1973.

Un reporte emitido en 1974, indicó que no había certeza de su conexión con grupos chicanos y se detuvo la investigación.
Para Armando Vázquez-Ramos, uno de los involucrados en el movimiento chicano, las inquietudes del FBI no estaban tan alejadas de la realidad.

“Me imagino que Monsiváis sí tenía vínculos a diferentes niveles, quizás con académicos, personajes de liderazgo. Ya en 1973 Monsiváis traía cola en relación a lo que venía escribiendo y comentando sobre el 68 en México [la masacre de estudiantes en Tlatelolco], que coincide con el movimiento estudiantil en Los Ángeles”, comenta.

Las marchas estudiantiles en esta ciudad pasaron en marzo; y la matanza de Tlatelolco sucedió en octubre. En 1973, había una relación directa entre dirigentes estudiantiles de ambos países, por lo que el gobierno norteamericano consideró a Monsiváis como un portavoz de estos movimientos.

Octavio Pescador, catedrático de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), dice que el temor más grande del FBI era la fama intelectual de Monsiváis.

“Los grupos de izquierda, todo aquel que busca emancipación o que aboga por los oprimidos, normalmente gravitan hacia los pensadores críticos como Carlos Monsiváis”, señala.

Monsiváis escribía de política, historia, literatura, arte, espectáculos y de la cultura popular nacional; era el cronista por antonomasia de la capital.  Su nombre se ha mencionado con insistencia en acontecimientos de los cuales, por desgracia, no hay testimonios escritos, como estos, por lo que únicamente quedan en el terreno de la especulación.

En junio pasado, el FBI también desclasificó reportes de espionaje del escritor mexicano Carlos Fuentes, a quien vigiló por más de dos décadas por considerarlo un “autor comunista antiestadounidense”. Fuentes y Monsiváis coincidieron en las cátedras que la Universidad de Guadalajara organizó en la Biblioteca Central de Los Ángeles hace cinco años.

Vía: La Opinión

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