Se sabe que Donald Trump no es precisamente uno de los personajes políticos favoritos de la gente, esto básicamente por sus declaraciones y demás cosas que ha hecho durante su cargo como presidente de los Estados Unidos. Pero de eso a atentar contra la vida del mandatario, pues ya son cosas diferentes.
Mencionamos esto porque el FBI confirmó que, a principios de la semana, un paquete con veneno y dirigido a Donald Trump fue interceptado por elementos de seguridad de la Casa Blanca, quienes se encargan de analizar la correspondencia que ingresa a la residencia oficial del presidente estadounidense.
Interceptaron una carta con polvo de ricina que estaba dirigida a Donald Trump
De acuerdo con fuentes citadas por diarios como The Wall Street Journal, el paquete –al parecer era una carta con el veneno en cuestión– provenía de Canadá. O al menos eso arrojó la investigación elaborada en conjunto por el FBI, el Servicio Secreto y el Servicio de Inspección Postal de los Estados Unidos.
Por su parte, CNN indica que el hallazgo se hizo en una instalación externa a la Casa Blanca, encargada de examinar el correo que llega y tiene como destino dicha residencia. Luego de realizar dos pruebas correspondientes, ambas dieron positivo para la presencia de ricina, una sustancia mortal extraída del ricino.
No es la primera vez que intentan envenenar a un presidente en EU
La ricina es una proteína altamente tóxica y mortal que se encuentra en las semillas de ricino, misma que puede provocar hemorragias intestinales, diarrea con sangre, vómitos, dolor abdominal, deshidratación e hipotensión si se ingiere. Aunque también hay que decir que es igual de peligrosa si se inhala, pues causa hasta neumonitis.
Cabe mencionar que esta no es la primera vez que intentan envenenar a un mandatario estadounidense de esta manera. Basta con recordar que en 2013, un sujeto llamado Kevin Curtis –conocido por imitar a Elvis Presley– fue detenido por enviar cartas con ricina a Barack Obama y otros miembros del gabinete del entonces presidente.
La historia de Kevin Curtis, el imitador de Elvis que quiso envenenar a Obama