¿Quién no quisiera ser partícipe de la elección del nuevo líder de la Iglesia Católica? No respondan, mejor conozcan a alguien que de menos quiso ver de qué se trataba el asunto.
Ayer en la Ciudad del Vaticano, las altas autoridades católicas realizaron una reunión previa al cónclave que se reunirá para decidir quién será el sustituto de Benedicto XVI, todo iba bien… bueno de hecho todo salió bien, nomás que por ahí les quiso caer un invitado no requerido.
El hombre que pretendía unirse a los 140 cardenales que participaron en dicha reunión, llegó vestido como obispo y acompañado de otras personas ataviados de sacerdotes.
El falso prelado logró superar el primer control de seguridad impuesto por la Guardia Suiza, sin embargo cuando pretendía ingresar al complejo conocido como Aula Pablo VI, las deficiencias de su vestuario lo delataron y le dieron pa’ tras.
Y cómo no, si nomás había que echar tantito la vista para abajo para notar que la sotana le quedaba algo corta-además una planchadita no le hubiera sobrado- y el calzado nomás no checaba.
En fin, el disfraz no favoreció al “obispo balín” y tuvo que ser expulsado de las instalaciones, en las que por cierto, los asistentes ni se enteraron del incidente, ya que el portavoz del vaticano –Federico Lombardi- fue cuestionado de lo ocurrido y éste ni se había dado.