Por Olympia Ramírez Olivárez

Cada vez hay más personas que piden su bebida sin popote, si es posible, sin tapa. No sé si el video de los rescatistas sacando uno de estos artefactos de la nariz de una tortuga o el anuncio de la radio que incita a los ciudadanos a evitar el uso de éste (o algún otro suceso del que no me haya enterado) sea el responsable de tan reciente y peculiar hábito. Lo realmente notorio y llamativo de este acontecimiento es que quienes realizan este acto —al igual que los zero waste, los que se bañan en tres minutos y todos aquellos que buscan mejorar la salud del planeta— lo hacen con el afán de brindarnos un mundo mejor. No obstante, así como existen este tipo de personajes, están aquellos que piensan que el daño ya está hecho y que esas medidas prolongan lo inevitable: el deterioro y fin de la Tierra.

Con sentido del humor y una pizca de ironía, Guillermo Fadanelli, en Meditaciones desde el subsuelo (Almadía, 2017), cavila entorno a si vale la pena hacer algo para mejorar nuestra sociedad en la actualidad o dejarla perecer. A pesar de no ser un tópico nuevo, Fadanelli logra que el lector reflexione a través del constante bombardeo de teorías filosóficas y literarias acerca de la naturaleza de la sociedad, así como los cambios que ha sufrido hasta nuestros días.

De las varias interrogantes secundarias que buscan encontrar respuesta alguna a la principal, la que inicia el debate, y llama mucho la atención, trata acerca del propósito de escribir ficción y su efecto en los lectores. Con ideas y ejemplos de Onetti, Schopenhauer, E.L. Doctorow, Rorty, entre otros, el autor concluye que la ficción ayuda a los lectores a  “[…] ampliar su imaginación moral y por ello mismo a advertir que el mundo es en sí la imagen y conciencia de la diversidad y la contradicción”. No obstante, el individuo contemporáneo ha olvidado o se rehúsa a consumir literatura y, por ende, es manipulado por la ola mediática de la globalización, fenómeno culpable de que dichas diferencias y pluralidad cultural vayan, poco a poco, desapareciendo.

Tortugas, popotes
Foto: Shutterstock

A partir de esta premisa Fadanelli comienza una reflexión que abarca varios temas como el yo literario, la humanidad, la tecnología como supuesto sinónimo de progreso,  los derechos humanos, la democracia, la calidad literaria actual, por mencionar algunos. Con esto, el autor presenta algunos problemas de los que pocos se toman la molestia de reflexionar puesto que, como se indica en varios capítulos, el acto de pensar es actualmente infravalorado.

Fadanelli pone, sin pelos en la lengua, el consumo voraz de la tecnología en perspectiva: hemos sustituido acciones como la meditación, la lectura, incluso la introspección, por nuevas parafernalias como tuitear, tomarse selfies, el consumo desmedido de series y películas en Netflix, etcétera. ¿Acaso éste es indicio de un avance para la humanidad, un estancamiento o, en su debido caso, una involución? No sabemos puesto que lo estamos viviendo.  Lo que el autor sí afirma es la drástica desensibilización que la sociedad ha adquirido y cómo ésta ha afectado a la ética presente; pone de ejemplo las desgracias espectaculares (genocidios, ataques terroristas, desastres naturales), las cuales sólo han servido al ser humano “[…] para reflexionar acerca de su condición humana, pero ya no crean lazos éticos, ni son fuente de explicación de nada”. De esta manera, el ensayista propone una falta de empatía en la sociedad, la cual es responsable, asimismo, de la falta de imaginación al igual que la indiferencia hacia las situaciones en las que vivimos.

Meditaciones desde el subsuelo logra que el lector realice lo que pocos hoy en día: reflexionar. Esta acción llevó al autor de este ensayo a encontrar una medida que, según su experiencia, es la única que le ha ayudado a no caer en las tentaciones de la globalización y liberarlo por un instante de la “[…] decepción causada por el continuo descalabro del contrato social el cual, por lo demás, no despierta esperanzas firmes de ser cumplido”: recuperar el yo, fortalecer al individuo a través de la lectura. La respuesta a la pregunta inicial es sencilla, aunque  inesperada. Conforme el lector pase una a una las páginas de esta amplia reflexión podrá darse cuenta de todos aquellos asuntos que merecen atención y necesitan ser discutidos para encontrar ya sea una solución o resignarse a las consecuencias de ello. De esta manera, con las diferentes posturas que Fadanelli muestra, cada quien podrá elegir un bando: con popote, sin popote o la indiferencia.

Meditaciones desde el subsuelo

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