Sin mencionar específicamente a López Obrador y con una brutal alegoría al futbol, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) publicó una carta con la que se aleja del próximo gobierno: “No, nosotras, nosotros, zapatistas, NO nos sumamos a la campaña ‘por el bien de todos, primero los huesos’. Podrán cambiar el capataz, los mayordomos y caporales, pero el finquero sigue siendo el mismo”, escribieron.
Ella no se junta con la “chusma”… Marichuy advierte que el EZLN no apoyará a ningún candidato 👀 https://t.co/NA4gdO7fqB pic.twitter.com/bH8IKwFB21
— Sopitas (@sopitas) 3 de mayo de 2018
La carta, firmada por el Subcomandante Moisés y el Subcomandante Galeano —ese es Marcos, pero se cambió el nombre—, comienza como una convocatoria a un encuentro entre los simpatizantes del movimiento, curiosamente titulada “Píntale caracolitos a los malos gobiernos pasados, presentes y futuros”.
Después de la cordial invitación, es cuando se lanzan con todo: el Azteca, los candidatos y el futbol; los vencedores y los vencidos. Le escriben a los que echaban porras, a los que abucheaban el espectáculo y al pinche árbitro. Relatan ‘La Gran Final’ —que nunca lo fue— y las fallas estructurales del estadio en el que se jugó. Los zapatistas reprochan la falta de un equipo femenil, la ausencia del balón —porque el juego nomás se ganó a gritos— y de un VAR que de verdad vigilara el marcador.
Eso sí, nunca se olvidaron del dueño del balón, ese que tiene en su control a los equipos, las cámaras, los micrófonos, los trofeos, el propio estadio y el mismísimo marcador. Después de todo, “no importa qué equipo gane o pierda, el dueño siempre gana”.
Utilizando la metáfora, el espíritu de lucha del Ejército Zapatista aparece en cada línea y, sin mencionar a la futura administración, se pone en entredicho su respaldo al próximo presidente. Si a caso, su carta pareciera más un mensaje de distancia. También, se hace presente su apoyo al Concejo Indígena de Gobierno, nomás que ese sí lo escribieron literal.
Galeano y Moisés escriben que ahora que el partido ha finalizado —y las porras los ayudan a confirmarlo— el equipo vencedor recibe “con falsa modestia los clamores de los espectadores”. En lo que el respetable público sigue en las gradas y discuten sobre su jugador favorito, a las afueras del estadio ya está escrito con cincel: “HACE FALTA REALIDAD”.
Entre los reclamos por las desapariciones, porque solo los varones juegan, por las mentiras exitosas, por el meme que se hizo viral y por el estadio que “absorbe la vida a su alrededor y que, aún insaciable, eructa y defeca cuerpos sin vida, sangre, mierda”, el EZLN ya hizo pública su postura.
Al final, los encapuchados Subcomandantes invitan a algunos, algunas y algunoas, a los escépticos, a los que apoyan al EZLN, a los que apoyaron y apoyan al CIG y, claro, a los que todavía piensan que “los cambios que importan nunca vienen de arriba, sino de abajo” a una reunión en los primeros días de agosto.
Eso sí, solo serán bienvenidos “los que no mandaron su cartita de adhesiones y peticiones al futuro capataz”. Ouch.
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