Por Aranxa Sánchez

Anteriormente he explicado los tipos de recursos dentro del sistema económico, dentro de los cuales se encuentran los renovables: flora y fauna. Éstos, a su vez, son parte de los diversos ecosistemas que existen en diferentes regiones del mundo, integrando así la biodiversidad mundial.

Con frecuencia hemos escuchado que México es un país megadiverso… ¿Pero esto cómo se traduce en nuestro día a día? Para entenderlo, debemos empezar comprendiendo qué es la biodiversidad.

¿Qué es la biodiversidad?

La biodiversidad es la variedad de vida. Es decir, la diversidad de especies en plantas, animales, hongos y microorganismos que viven en espacios determinados. Dicho concepto tiene una corta historia, fue creado por Edward O. Wilson en 1985.

En cada uno de los niveles, podemos reconocer tres atributos:

  1. La composición es la identidad y variedad de los elementos.
  2. La estructura es la organización física o el patrón del sistema.
  3. La función son los procesos ecológicos y evolutivos.

Entonces, ¿la biodiversidad es toda la vida que observamos a nuestro alrededor? Pues sí, por lo que alguien que reside en México tiene una concepción diferente de la complejidad de conexiones que permiten la vida que personas que viven en otros lugares.

¿Cómo comprender la biodiversidad que existe en todo el planeta?

Tener una visión global de cualquier temática es complicado, siendo conscientes de la existente complejidad entre matices y sesgos de investigación, que dan mayor prioridad a ciertas regiones-visiones del mundo. Bajo esta consideración, en 1988 se funda el Centro de Seguimiento de la Conservación Mundial (WCMC), conjuntamente por la IUCN, WWF y el Programa de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente (PNUMA).

Posteriormente, se creó el concepto “país megadiverso” por Rusell A. Mittermeier; ha habido una actualización de qué países pertenecen, actualmente son 17 y tienen las siguientes características:

  • Tienen al menos 5,000 especies de plantas endémicas (su presencia está limitada a un espacio geográfico).
  • Tienen ecosistemas marinos (incluyendo sus fronteras geopolíticas).

En 1993 se crea el Convenio sobre la Diversidad Biológica; a iniciativa de México, en 2002 se reunieron estos países y presentaron la Declaración de Cancún, estableciendo principios internacionales sobre la gestión de la biodiversidad y del conocimiento “tradicional” (de comunidades indígenas). Estos 17 países, entre los cuales se encuentra México, conservan aproximadamente el 70% de la biodiversidad mundial.

biodiversidad

Foto: Pixabay

Adicionalmente, la ONU solicitó una evaluación del impacto del cambio en los ecosistemas en la vida humana, a la cual llamó Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (MEA). El resultado de dicha evaluación: en los últimos 50 años, los seres humanos han transformado los ecosistemas más rápida y extensamente que en ningún otro período de la historia; en gran parte, para resolver las demandas rápidamente crecientes de alimento, agua dulce, madera, fibra y combustible. Esto ha generado una pérdida considerable y en gran medida irreversible de la diversidad de la vida sobre la Tierra.

Con dicha evaluación, en 2010 se crean las Metas de Aichi; en las cuales cada país se compromete a 20 metas estructuradas en 5 objetivos estratégicos, a cumplir en el periodo 2011-2020.

¿Cómo observar la biodiversidad en la vida cotidiana?

Quizá uno de los servicios ecosistémicos que podamos palpar con mayor frecuencia sea la obtención de alimentos. México ha sido reconocido internacionalmente por su gastronomía, la variedad culinaria tiene una estrecha relación con la diversidad biológica y cultural. El conocimiento, la experimentación y la inventiva por parte de las personas son fundamentales en la ampliación de los repertorios alimentarios, la calidad nutricional y el uso de la biodiversidad.

En pocas palabras, si se acaba la biodiversidad se acaba (entre otras muchas cosas) la riqueza de la cocina mexicana. En este sentido, en 2017 se celebró en las trajineras de Xochimilco un simposio internacional sobre biodiversidad y gastronomía donde participó el chef mexicano Enrique Olvera (dueño del restaurante Pujol), que ha recibido el año pasado una distinción por la ONU debido a la estrategia de sustentabilidad en su negocio.

Morir por la protección de la vida

Desafortunadamente, el esfuerzo por proteger la vida en el planeta no es igualmente gratificante para todas las personas que se dedican a ello. En un informe publicado por el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), se indica que las personas defensoras de derechos humanos ambientales se enfrentan a un panorama complejo de violencias y se profundizan por las brechas de desigualdad y poder.

En los 17 países megadiversos se ejerce presión sobre los territorios y la biodiversidad. No se cumple el derecho a la consulta ni a la libre determinación, en casos extremos las personas son asesinadas por haber defendido la vida; tal es el caso de los defensores de la mariposa monarca en México.

¿Cómo financiar a la biodiversidad?

Evitar que ocurran más muertes de ambientalistas y a la vez lograr que la sociedad internacional valore la biodiversidad no es labor menor. Para ello, como en los incentivos para el manejo de los recursos inagotables, es necesario movilizar recursos financieros que modifiquen las dinámicas sociales.

A partir de la publicación de las Metas de Aichi en 2010, paralelamente se creó un Fondo internacional para contar con recursos monetarios suficientes, la “Iniciativa de Finanzas para la Biodiversidad” (Biofin).

En México, este financiamiento ha obtenido los siguientes resultados:

  • El gasto ejercido en conservación y uso sustentable de la biodiversidad para los últimos diez años, el cual pasó de $6.6 mil millones de pesos en 2006 a $ 20.3 mil millones en 2014.
  • Sin embargo, a partir de 2015 el gasto ha tenido un decremento ubicándose en 0.09% proporcional al PIB. Esa cifra coloca a México por debajo del promedio de gasto de otros países BIOFIN de América Latina que es de 0.14%.
  • Las necesidades de financiamiento de México para el cumplimiento de los compromisos nacionales e internacionales ascienden a $8.6 mil millones de pesos anuales adicionales al 2020.

Considerando el nivel de cumplimiento y conjunto de instituciones ambientales de México ante las metas, es que este año se actualizarán para cada país; con ello, se creará un nuevo plan internacional estratégico. Paralelamente, otro tipo de financiamiento ha sido el otorgado mediante los llamados “bonos verdes” que fondean diversos tipos de proyectos.

En conclusión

Para realizar un enfoque y acción integral es necesario que los diagnósticos y planes de acción sean tomados con información pertinente, como la plasmada en la herramienta integral de asesoramiento sobre la biodiversidad (IBAT), el pequeño libro de Finanzas para la Biodiversidad y la organización no gubernamental Global Canopy.

Para cerrar, algunos datos extra sobre biodiversidad en México:

  • Cerca de dos terceras partes de la biodiversidad mundial se localizan en poco más de una docena de países conocidos como países megadiversos.
  • México destaca entre ellos ya que somos la cuarta nación en cuanto a riqueza de especies, además de combinar esa elevada diversidad biológica con una gran riqueza cultural.
  • En México se presentan casi todos los climas del planeta, lo que aunado a su accidentada topografía y compleja geología permite que se desarrollen prácticamente todos los ecosistemas terrestres presentes en el mundo, concentrados en poco menos de dos millones de kilómetros cuadrados.
  • Con más de 11 000 km de costas y un mar territorial que se estima en 231 813 km2 (INEGI 1983), México posee también una extraordinaria diversidad marina; como ningún otro país del mundo, tiene un mar exclusivo, que es el golfo de California, de gran diversidad biológica y alta productividad marina.

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Aranxa Sánchez es economista por la UNAM.

Twitter: @AranxaSanz

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