Si eres de las personas que al término de un ciclo o al inicio de otro reflexiona por sus logros conseguidos o por las metas que quiere alcanzar en varios ámbitos, te contaré acerca de una criatura marina que bien puede ser un ejemplo a seguir, como otras, de hábitos o comportamientos que los seres humanos podriamos poner en marcha para una mejor convivencia, llena de inclusión por todo lo que nos rodea y conscientes de que nuestras acciones repercuten en otros y en el ambiente. Si no es el caso, al menos, al final de la lectura, conocerás un poco más de nuestro sorprendente planeta océano.

Nuestro personaje

Se trata de un pez marino. Aunque no lo creas, es un pez que por el medio en donde se desarrolla evolucionó en su forma y apariencia para, de manera “pasiva” o amigable, integrarse al medio donde vive sin necesidad de emplear mucha energía, beneficiándose de esto para pasar desadvertido; es decir, para no llamar la atención, pero cumpliendo con su papel dentro de su comunidad. Lo podemos encontrar desde el Ecuador hasta los mares templados de todo mundo.

Especie marina
Foto: Pixabay

Por su forma, en algunos relatos de la mitología griega se le llamó hipocampo, ya que por su apariencia se le asoció con un “caballito de mar” transportando a Poseidón, el dios de los mares; así pues, era considerado un símbolo de fuerza y poder. Tiempo después, en Europa se creía que era quien llevaba las almas de los marineros fallecidos al purgatorio, dándoles seguridad y protección hasta que se conociera el destino definitivo de su alma. Actualmente en la cultura china se cree que es una especie de dragón marino; como tal, es venerado por su poder y se le tiene como un símbolo de buena suerte.

Alguna de sus características

Aunque se sabe poco de ellos se conoce que son organismos que viven entre 3 meses y 5 años. Habitan en aguas poco profundas y su tamaño va de 0.3 a 35 cm; recientemente, en Japón se descubrió su especie más pequeña, del largo de un grano de arroz.

Por su forma no son buenos nadadores. Se desplazan moviendo su aleta dorsal, hasta 35 veces por segundo; como “timón” utilizan sus pequeñas aletas pectorales que tienen al costado. Sus formas y colores se han adaptado de acuerdo con el medio donde viven; de tal forma, mimetizan o parecen parte de un arrecife, de un bosque de algas o de pastos marinos. Su cola es prensil; es decir, la utilizan para sujetarse a corales o pequeñas algas de los fondos arenosos desde donde adquieren su alimento que consiste en pequeñas microalgas o larvas crustáceos. Como puedes imaginar, su cuerpo está diseñado para permanecer; es decir, no para nadar a gran velocidad de un lado a otro.

Por tanto, los caballitos de mar pueden ser un símbolo de paciencia y tenacidad, de alegría, confianza y amistad al estar felices donde están y no tener prisa por nada.

Rasgos de su ciclo de vida

Algo especial en los caballitos de mar es que despues de buscar y elegir a su pareja de cortejo, la monogamia se hace definitiva por el resto de su vida en la mayoría de sus especies. Esto puede ser un mensaje de madurez, tolerancia, comunicación y respeto dentro de la individualidad de una pareja, pues permanecen juntos con roles muy distintos pero complementarios y activos dentro de la misma comunidad, algo así como crecer juntos en pareja. 

El macho corteja y fecunda a la hembra a través de una danza preciosa, elaborada y distinta en cada caso que puede durar días. Luego se acompañan y en el momento preciso la hembra deposita los óvulos en una cavidad del macho (bolsa incubadora) donde serán fecundados, y es el macho quien lleva y protege estos huevos hasta que nacen despues de 20 días de gestación en promedio; es decir, el “macho embarazado” es quien realiza el “trabajo de dar a luz” lo que culmina con la liberación de las crías completamente formadas de caballitos de mar luego de algunas horas extenuantes. Esto es algo realmente inusual y puede ser otro mensaje extraordinario: nos invita a reflexionar sobre el papel de compartir los roles en el hogar;  nos enseña que no sólo la hembra es capaz de cuidar nuestra descendencia ni es la única responsable de su crianza.

Especies icónicas amenazadas

Todo ser vivo se desarrolla dentro de un ecosistema que es el conjunto de factores ambientales como luz, agua, nutrientes, entre otros, más las distintas especies de organismos (plantas y animales) y las interacciones que surgen u ocurren entre ellos. No debemos olvidar que estas interacciones irremediablemente se producen entre los organismos y el medio, y de éstas se desprenden las que ocurren entre los mismos individuos; es decir, que un ecosistema está formado por organismos interdependientes y el hábitat que día a día utilizamos y compartimos todos. En ese sentido, aunque no lo veamos o seamos conscientes, influimos en el ciclo de vida de todo ser vivo que nos rodea

Tal vez no conocías las características de esta especie tan singular que habita en ambientes marinos costeros que, desafortunadamente, cada vez son más escasos debido a la contaminación y el deterioro de sus hábitats, por las malas prácticas de pesca masiva utilizando equipos de arrastre o porque son utilizados en la “medicina tradicional” asiática. Esto ha hecho que, como a otras, estemos llevando a la extinción a una especie que desde la antigüedad ha sido emblemática. Nuevamente nuestra ignorancia, hábitos de uso y consumo irracionales o simplemente la apatía nos lleva a alterar o lastimar a otros seres vivos sin saberlo, incluso a nuestra pareja, amigos o seres queridos.

Buenos propósitos

Si eres de los que no hacen propósitos de año nuevo, pues no quieres verte falsamente comprometido o llegar nuevamente a diciembre con el remordimiento de no haberlos cumplido… te invito a reflexionar sobre cómo en la naturaleza todos los organismos somos importantes, incluso los que no conocemos. Es necesario darnos el tiempo de escuchar a quienes están a nuestro lado o conocer a otros organismos, que nos pueden enseñar a ser mejores personas a través de sus comportamientos o formas distintas de ser… comprendiendo que son útiles, responsables y solidarios con sus prójimos y con el ambiente. O tal vez sea suficiente con ser empáticos, respetuosos, ordenados, educados, responsables y más comprometidos con nuestra sociedad y el ambiente que nos rodea ¿no lo crees?

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Aramis Olivos Ortiz es investigador del Centro Universitario de Investigaciones Oceanológicas de la Universidad de Colima. Campus Manzanillo.

Mail: aolivos@ucol.mx

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