Por Aranxa Sánchez
¿Alguna vez se han preguntado si la variedad de paisajes y personajes del universo de la saga de Star Wars realmente puede existir?
Star Wars es un cosmos increíblemente vasto y profundamente desarrollado, con temas de política, religión, desigualdades sociales y diversidad de vida. Para mí, una de las temáticas más sorprendentes del universo de Star Wars son los ecosistemas, los planetas y el mundo natural que abarca la galaxia en la que se desarrollan las historias (la otra es la desigualdad de género transversal).
Tal es la complejidad de la saga, que hasta la NASA se ha ocupado de investigar planetas que existen en la Vía Láctea y que pueden ser los homólogos ¡encontraron 8 planetas!
¿Qué tiene que ver Star Wars con la economía ecológica?
Mayo no sólo es el mes en el que se festeja el día de Star Wars (4 de mayo), también se festeja el día internacional de la biodiversidad biológica (22 de mayo).
Con anterioridad, ya he expuesto qué implica la biodiversidad en un planeta como el nuestro y es que la creatividad sobre los diferentes planetas y ecosistemas en Star Wars tiene un origen: la propia biodiversidad que existe en la Tierra y con las actividades económicas que se desarrollan en estos ecosistemas; es decir, minería, servicios, pesca, agricultura, entre otras.
¿Qué espacios de discusión existen sobre la biodiversidad y el cambio climático?
A propósito de que el mes pasado se festejó el día de la Tierra (22 de abril), se crea el momento oportuno para el involucramiento de líderes internacionales en la agenda ecologista; tal y como lo vimos en la Cumbre de líderes en Cambio Climático, donde participaron las presidencias de cada país y activistas jóvenes como Xiye Bastida , que es parte del movimiento “Fridays for future” al igual que la activista Greta Thunberg.
Paralelamente, existen otros espacios de discusión internacional menos polémicos y con pocos reflectores, tales como las negociaciones internacionales relacionadas al Convenio de Biodiversidad (CBD); cuyo órgano rector es la Conferencia de las Partes, la cual se reúne cada 2 años (durante 2021 será la COP 26).
Este Convenio tiene 3 objetivos:
- La conservación de la diversidad biológica.
- La utilización sostenible de sus componentes: ecosistemas, especies y recursos genéticos.
- La participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos.
Para llegar a esta discusión sobre el Convenio post 2020 , Reino Unido (que será uno de los países anfitriones de la COP 26) publicó el Informe Dasgupta sobre la economía de la biodiversidad. En dicho reporte, en concordancia con las bases de la economía ecológica, se pone a la actividad económica como un subsistema del ecosistema llamado Tierra; por lo tanto, conlleva límites planetarios.
En este sentido, el reporte está estructurado en 3 secciones con 21 capítulos relacionados a la valoración económica de la naturaleza, los servicios ecosistémicos, impacto de la vida humana en la biodiversidad, gestión de bienes comunes, los riesgos en el sector financiero provenientes del medio ambiente y la movilización de recursos financieros para la agenda climática.
¿Por qué no hemos logrado detener la pérdida de biodiversidad global?
A lo largo de la historia del CBD, desde 1993 se han adoptado dos planes estratégicos:
- Plan estratégico 2002-2010.
- Plan estratégico 2011-2020 (Metas de Aichi).
De acuerdo con la Evaluación Global de Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas, de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) la mayoría de las Metas de Aichi no se cumplirá.
Parte de este resultado, es que la valoración de la biodiversidad no se ha popularizado; el cambio generacional implicará que esta agenda se vuelva central y no marginal, como hasta el momento ha sido. Otro factor es que toda agenda necesita dinero para realizarse y mientras sólo los gobiernos (con un presupuesto público limitado por origen) lo asuman como parte de sus responsabilidades, pues los recursos son mínimos en comparación a lo que implicaría el involucramiento del sector privado tanto financiero como no financiero.
Si no queremos que nuestro planeta pase de ser un mix entre Naboo-Coruscant a Tatooine-Kamino, parte de eso involucra detener los incendios forestales y la deforestación, asegurar el ciclo de agua potable, mejorar el contenido de minerales del suelo y no avanzar en la acidificación de los océanos, entre muchos otros. Estos objetivos de corto y mediano plazo va a requerir voluntad y recursos para cumplirlos.
En esto último es que las finanzas sostenibles tienen muchas áreas de oportunidad para generar transversalidad en una agenda tan importante para la supervivencia humana en el universo, basada en la conservación de la biodiversidad.
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Aranxa Sánchez es economista por la UNAM.
Twitter: @AranxaSanz