Por Harumi Navarrete, Mitzi Balderas y Andrea Pliego
La semana pasada hablamos de cómo todos los días pueden ser de la Tierra y que si bien las acciones individuales ayudan a reducir el impacto contaminante en nuestro planeta, no debemos perder de vista el poder de proyectos colectivos. Es necesario unirnos para exigir a los gobiernos y a las grandes empresas, las cuales generan el 60% de la contaminación y desequilibrio ambiental mundial, que se hagan responsables y modifiquen sus métodos de gobernanza, sus procesos y malas prácticas.
Todos los días son de la tierra (parte 1): Las problemáticas
Debemos sumar y redirigir esfuerzos, exigir leyes que regulen y controlen a las empresas, exigir que no se permita el despojo del territorio a comunidades, exigir el pago justo para lxs agricultorxs, elegir con responsabilidad y consciencia a qué tipo de negocio vamos a contribuir con nuestra compra y todo lo que eso implica; darles ese voto de confianza a empresas con buenas prácticas y dejar de financiar los proyectos que traen efectos contaminantes y que sólo buscan un beneficio económico para unxs pocxs, a costa de la pérdida de los derechos de muchxs. Pero, gracias a la acción colectiva, han surgido propuestas interesantes para frenar y regenerar nuestro planeta frente a la emergencia climática.
Debido a la crisis climática y sus grandes efectos ha sido necesario pensar fuera de la caja; se requieren medidas drásticas a problemas drásticos. Desde 1970 hasta 2016 ha habido una pérdida de la biodiversidad del 68% a escala mundial. Se puede considerar que estamos en una situación crítica por lo que actualmente existen propuestas interesantes para contrarrestar los problemas ambientales que hemos generado; por ejemplo, la del científico Edward O. Wilson; Half-Earth Project propone que la mitad de la tierra sea reservada para la biodiversidad, y que se convierta en una gran reserva natural, ésa es la meta y por ahora se perfila a que al menos un 17% sea área natural protegida (sin alteraciones humanas).
Hacer de al menos un 17% de la tierra un santuario para la vida silvestre, e idealmente llegar a un 50%, significaría la recuperación de un 85% de la biodiversidad de nuestro planeta. Esto ayudaría muchísimo a que el resto de la Tierra pueda seguir funcionando correctamente; a regular el clima, disminuir la pérdida de ecosistemas, la invasión por actividad humana y posteriormente permitir su regeneración; dándole el respiro que tanto necesita y asegurando nuestra propia supervivencia; ya que, aunque en las ciudades no estemos en contacto directo con la naturaleza y sus ciclos, dependemos al 100% de ellos.
“La preservación y reconstrucción de la vida silvestre se ha convertido en una demanda moral universal” E.O. Wilson
En este sentido, programas internacionales como la Convención de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica juegan un papel importante; ellos mismos han asumido el objetivo del 17%. Aunque la meta se fijó para el período 2011-2020 y muchos estudios muestran el retraso que hay en esta tarea, especialmente en algunos puntos de conflicto, llamados hotspots, en donde es fundamental llevar a cabo proyectos de salvaguarda e integración entre ecosistemas, la Convención que planteará los retos de esta década se llevará a cabo el 11 de octubre del 2021.
La problemática es cada vez más preocupante, pues a medida que la población crece también lo hacen las invasiones a los ecosistemas: “casi todas las ciudades del mundo (383 de 422) se están extendiendo en hábitats remanentes, en cursos de colisión fatal con especies en peligro de extinción. También hemos encontrado poca evidencia de la aplicación de proyectos de diseño urbano y planificación del uso del suelo que haga compromisos especiales para evitar esta calamidad” (Weller, 2017).
Sabio Naturaleza, ilustración de Francisco Olvera
Otro ejemplo son las ciudades biofílicas. Estas ciudades están basadas en el principio de la simbiosis del ser humano y la naturaleza, sin dejar de lado el confort y seguridad que representa vivir en una urbe. Ya no se piensa en ciudades sino en ecosistemas que se comparten y en los que cohabitan muchas otras especies, generando vínculos sanos con la naturaleza y sus ciclos, además de bienestar, salud, felicidad y una mayor calidad de vida; mejor aire, agua limpia, contacto con animales y plantas. Lo mejor de estos proyectos es que están interconectados y ya están sucediendo, pues este tipo de hábitats urbanizados van de la mano con Half-Earth Project como herramienta para alcanzar el 50% de áreas verdes mundial. No son realidades utópicas sino que son posibles y esto se logra a través de la planeación urbana responsable y ecoamigable. Para una ciudad biofílica se toman en cuenta los siguientes puntos:
- La población tiene acceso a áreas verdes aproximadamente a una distancia de 200 metros a pié.
- Una buena porción de la ciudad contiene vegetación. La OMS identifica que es necesario que haya un mínimo de entre 10 y 15 metros cuadrados de área verde por persona.
- Existe cultura de techos y muros verdes en viviendas y se conocen sus beneficios, como lo son: la absorción de contaminantes y regulación de la temperatura, hogares térmicos, captación de agua pluvial, etc.
- Los habitantes están en contacto con la naturaleza; es decir, llevan a cabo actividades en relación con ella.
- La educación ambiental tiene un lugar importante en la comunidad.
- Se realiza inversión en infraestructura que ayude a la población a conectar con la naturaleza.
- El gobierno prioriza la conservación del medio ambiente.
Las ciudades biofílicas están siendo cada vez más visibles e importantes en este camino hacia la sustentabilidad mundial; por ahora, hay 23 ciudades oficialmente afiliadas al proyecto, así como docenas de socios organizacionales y una gran comunidad de varios miles de individuos. Las ciudades que deseen participar deben formalmente adoptar una actitud y compromiso de volverse más “aficionadas de la biodiversidad”, así como tomar en cuenta los puntos mencionados. Se debe hacer un plan a largo plazo con los pasos a seguir bien definidos para llegar a las metas establecidas así como puntos para monitorear el progreso que se tenga. Algunos ejemplos de ciudades que ya están en este camino, y demuestran que es posible, son Vitoria en España, Oslo en Noruega, y la ciudad de Singapur en Singapur.
Si quieres saber más sobre este proyecto entra a https://www.biophiliccities.org Es primordial trabajar en la aceptación y el impulso de proyectos globales que protejan y resguarden la diversidad natural del planeta y que, con ello, aumente nuestra resiliencia y adaptación a cambios venideros, se frene la extinción de las especies, las catástrofes climáticas y el daño irreversible en nuestro planeta.
Fotografía de Oslo obtenida en Waterlogic.
Es importante que replanteemos nuestra forma de construir espacios, pues los proyectos globales son un tema que atraviesa todas las escalas, desde los pequeños espacios urbanos de nuestras ciudades, pasando por nuestras zonas industriales y tierras agrícolas, hasta los últimos puestos de hábitat remanente. Con comprensión y sensibilidad hacia el funcionamiento del sistema tierra, estos paisajes deben ser “diseñados” conscientemente para apoyar la diversidad de especies. De esto depende nuestra salud y bienestar” (Weller, 2017).
A largo plazo se busca “establecer una red de intercambio de conocimientos y de proyectos de diseño prototípicos a través de los puntos críticos que reúnen a arquitectxs paisajistxs, planificadorxs ambientales, conservacionistas, economistas y comunidades locales para centrarse en áreas de conflicto entre la biodiversidad y el desarrollo urbano. Estos proyectos de SEMILLAS (diseño sistémico, ecológico y económico) mostrarán cómo se puede lograr la conectividad paisajística y cómo el crecimiento urbano puede dirigirse de maneras que apoyen todas las formas de vida” (Weller, 2017). Aquí les compartimos unos ejemplos de otros proyectos sustentables que se están llevando a cabo:
Atlas of the Future
El programa aportó información práctica sobre varias temáticas medioambientales como la conservación de la biodiversidad, la preservación de los océanos, la agricultura sostenible, la gastronomía responsable, el consumo honesto, las ciudades del futuro, la gestión de los residuos y el cambio climático.
Fotografía del mapa de Atlas para el Futuro
Proyecto Sophie (Mares y Océanos para la Salud Pública en Europa)
Actualmente está realizando una investigación postdoctoral llamada NEAR (Naturaleza y Medio Ambiente para Alcanzar y Restaurar la Salud). «La gente necesita conectar con espacios naturales, verdes o azules, salir de su entorno urbano y valorar la naturaleza de una forma distinta. Hemos de preservar nuestra biodiversidad porque es necesaria para nuestra salud».
Madiba & Nature
Proyecto que canalizó un problema y lo transformó en solución. Con todos los residuos sobrantes se comenzaron a crear balsas para un pueblo pesquero al que le sobraban botellas plásticas y deforestaba sus bosques para construir balsas de madera para pesca, nada económicas, y ahora ya no tienen basura y tienen balsas económicas y ecológicas.
Valldaura Labs
Centro de investigación situado en un parque natural de Barcelona, dedicado a la autosuficiencia y a crear prototipos para las ciudades del futuro. Su director, el arquitecto Vicente Guallart, detalló su apuesta por un modelo de ciudad que recupere la capacidad productiva para generar sus propios recursos y deje de depender así de energías externas.
Fotografía del espacio de estudio y diseño de Valldaura Labs obtenida de Time Out
Distrito Hídrico: El caso de Tacubaya
Este proyecto, elaborado por la Oficina de Resiliencia Urbana, acaba de recibir el Premio de Excelencia en la categoría de Concepto-Análisis y Planeación, y se trata a cerca de alcanzar el objetivo de “explorar el potencial de Distritos Hídricos como una alternativa para desarrollar una visión de gestión del agua a escala media en la Ciudad de México.” La crisis del agua en México, en este caso, se busca resolver a través de un tipo de infraestructura que permita que la calidad de la vida y el aumento de la biodiversidad sean parte de la solución.
Como podemos observar, hay muchas mentes brillantes trabajando para evitar el límite sin retorno del cambio climático, que promete cambiar la vida como la conocemos, y esto sólo aplicado a ciudades, porque en las periferias, o en los ecosistemas en sí, están los pueblos originarios, comunidades indígenas y las personas de primera línea quienes llevan toda una vida practicando los conocimientos ancestrales de gestión, cuidado y preservación de los ecosistemas, así como defendiendo los territorios (hasta con su vida) del despojo y extractivismo industrial.
Existen varios proyectos que buscan un estilo de vida sustentable a nivel mundial; ésta es en realidad la única forma en que podremos evitar la devastación. No queda mucho tiempo, pero podemos frenar esta crisis climática, trabajando en conjunto con proyectos globales y locales que ayuden a detener la crisis a la que hemos sometido a la Tierra, exigiendo políticas públicas enfocadas al desarrollo sustentable, dejando de consumir productos que nos dañan y dañan nuestro mundo, eliminando o reduciendo el consumo de carne, exigiendo un medio ambiente sano a las empresas y gobiernos, creando comunidad y pequeños proyectos como huertos, baños secos, compostas, etc.
Es importante que reflexionemos al respecto, tanto en nuestras acciones individuales como colectivas, y hagamos frente a los retos que tenemos para demandar que se validen nuestros derechos humanos, que incluyen un medio ambiente sano para todxs lxs seres vivxs. Un mundo mejor y más justo para todas las especies y habitantes es posible, sólo tenemos que decidirnos y apostar por lo mejor para la mayoría, no lo que beneficia a sólo un puñado de los millones de seres que habitan éste, nuestro planeta Tierra.
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Harumi Navarrete, Mitzi Balderas y Andrea Pliego son integrantes de Contaminantes Anónimus.
Instagram: @contaminantes.anonimus
Imagen prinicipal: Sabio Naturaleza, ilustración de Francisco Olvera
Referencias
- Ecosfera. 5 de octubre del 2020. Biodiversidad: 6 Estadísticas que muestran que el humano es la especie más peligrosa. Artículo en página web. Ecosfera.
- Half-Earth Project. Discover Half-Earth. Descripción general del proyecto en sitio oficial.
- Atlas for the Future. Sitio oficial en español.
- Atlas for the end of the world. Atlas for the beginning. Sitio oficial del proyecto del Departamento de Arquitectura de Paisaje de la Universidad de Pennsylvania, dirigido por Richard Weller.
- 15ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica, UN Biodiversity Conference. Sitio oficial de la convocatoria.
- Océane Bidault. Abril 13 del 2017. ¿Qué son las ciudades biofílicas? Waterlogic, better thinking, better world. Artículo en página web. ¿Qué son las ciudades biofílicas? · Waterlogic
- Luisa Viana. Abril 17 del 2020. Ciudades biofílicas, arquitectura ante el cambio climático. Real Estate, Market & Lifestyle. Artículo en página web. Ciudades biofílicas, arquitectura ante el cambio climático (realestatemarket.com.mx)
- Oficina de Resiliencia Urbana (ORU). Distrito Hídrico Tacubaya. Descripción oficial del proyecto en sitio oficial de ORU.