Por Beatriz Acevedo

Los árboles capitalinos y lxs capitalinxs: una relación dispareja

Los árboles de la Ciudad de México están enfermos y en riesgo de morir. Para aquellos que caminan con prisa por la ciudad, entretenidos en sus teléfonos, rebasando todo cuanto encuentran a su paso, penosamente les es difícil darse la oportunidad de contemplar la copa de un árbol y mucho menos disfrutar de su sombra.

Extrañamente hay capitalinxs que se enojan cuando crecen las raíces de un árbol, sobresaliendo del subsuelo y rompiendo las banquetas de su predio, cuando lo más probable es que se trate de una especie arbórea cuyo crecimiento y desarrollo no corresponden con la topografía y/o clima del área donde a alguien se le ocurrió plantarlo.

Los árboles son seres vivos y no simples elementos de ornato que decoran un parque o una calle. Son seres espléndidos con vida propia que nos regalan oxígeno en una constante interacción con su entorno inmediato.

Son el hábitat de otras especies y coexisten junto a las criaturas más peligrosas y violentas del planeta: los humanos, su principal amenaza.

Por Emiliano Sánchez Flores. Instagram: @dickens_ford

Es a lxs citadinxs a quienes corresponde la tarea de diseñar e instalar una infraestructura urbana, que si bien dé respuesta a las necesidades básicas de alumbrado público y comunicación de voz y datos, paralelamente también permita el crecimiento normal de los árboles.

Al revisar de manera general las áreas verdes urbanas de la Ciudad de México, el tema recurrente que siempre estuvo presente fue la presencia del muérdago, una plaga que afecta severamente a los árboles, ya extendida en las 16 alcaldías.

Para conocer bien cuáles son las dimensiones de esta problemática, conversamos con el biólogo mexicano Manuel Márquez Zuñiga, un experto en arboricultura quien lleva una década luchando en contra del muérdago, una plaga que se comporta como un bioindicador que señala la baja en las defensas inmunológicas de un árbol y que anuncia el momento propicio, no de un beso, sino de actuar de inmediato para salvar la vida de este esplendido ser.

Ahora bien, ¿cuáles son las especies arbóreas nativas e introducidas en la Ciudad de México? ¿Por qué el muérdago es tan dañino? ¿Estamos a tiempo de salvar nuestros árboles capitalinos? Encontremos juntos a continuación las respuestas a estas interrogantes.

Árboles típicos en la Ciudad de México ¿quedarán las especies nativas?

Árboles típicos de la Ciudad de México. Adaptación de la Guía de la Ciudad de México, 2020.

Se conocen también como árboles capitalinos a la Retama de tierra caliente (Senna multiglandulosa), el Palo loco (Pittocaulon praecox) y el Capulín (Prunus serótina), pero ya es difícil encontrarlos en las calles de la ciudad, son muy escasos.

El problema del muérdago en la CDMX 

Márquez Zuñiga, un arboricultor certificado ante la SEDEMA, nos explica que el muérdago es una planta semi-parasitaria, que desarrolla una falsa raíz denominada Austoria, la cual se adhiere a las ramas del árbol, extrayendo su savia y azúcares.

Esta raíz germina y tiene capacidad fotosintética. Posee una semilla sumamente pegajosa de donde se desprenden extractos que sirven para hacer pegamentos. Sus tallos dicotómicos alcanzan a medir hasta 1m, colgándose del árbol en forma de liana.

La especie Strutantus interruptus es la más dañina ya que se fija en varios puntos del árbol, lo que hace complicado su retiro. También existe la especie Cladocolea loniceroides, que se fija sólo a un punto de su árbol huésped.

En su reproducción participan los pájaros llegando inclusive a existir aves que sólo se alimentan del muérdago. Lo pegajoso de las semillas vuela y se dispersa con las aves como transporte, extendiéndolo ampliamente con facilidad en toda la ciudad.

Márquez Zuñiga es precisamente experto en la remoción del muérdago y afirma que esta planta semi-parasitaria, se fue extendiendo de norte a sur en la Ciudad de México. En su labor ha encontrado que en 8 de cada 10 calles, hay por lo menos un árbol con muérdago, lo cual es verdaderamente preocupante.

Interesante y alarmante también es escuchar cómo en su experiencia ve a las alcaldías rebasadas frente a esta problemática. Las labores de mantenimiento del tendido eléctrico en la ciudad representan en conjunto otro problema para la vida de los árboles. Su sistema de poda es llevado a cabo por empresas que se subcontratan unas a otras y que reciben una capacitación muy general para su acreditación. Realizan labores de corte y desmonte que poca probabilidad de vida dan a los árboles.

Una experiencia exitosa es el Huerto Roma Verde, donde gracias a las labores de remoción y nutrición de los suelos en el último año, se identifica como el único lugar de las colonias Roma Norte y Roma Sur totalmente libre de muérdago. Otro ejemplo de cómo la dinámica de este laboratorio biosocial desarrolla una labor en armonía con el entorno capitalino.

Reflexión final

En las calles de la Ciudad de México es común ver las ramas de los árboles entrelazados en el cableado y el problema no son los árboles, el problema es que esta ciudad creció en muchas de sus área sin planificación alguna, limitándose a aglomeraciones que demandan servicios públicos.

Su mantenimiento realizado a manos de trabajadores que cumplen con un contrato por obra terminada y cuya ganancia depende del número de árboles podados en un día, llegando a cobrar de 12 a 20 pesos por cada uno, termina por sacrificar la vida de los árboles capitalinos. En la prisa por avanzar, el obrero contratista se limita en muchos casos a trocear las ramas del árbol sin velar por la vida posterior del mismo.

Dado que el muérdago es un bioindicador que refleja la vulnerabilidad del sistema inmunológico de los árboles, las labores de nutrición de los suelos, conocidas como islas de abundancia, son una de las soluciones más efectivas para combatir a esta plaga.

Voltear a ver y contemplar un árbol sano y fuerte que desarrolla un ciclo de vida normal debe ser una prioridad para todxs lxs capitalinxs y nada nos cuesta mantenernos atentxs a nuestro entorno. En una próxima entrega, conoceremos cuáles son las medidas de preservación de los árboles, desde la nutrición de los suelos y no sólo como una poda estética y de aclarado.

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Beatriz Acevedo es geógrafa, especialista ambiental, promotora de la cultura ambiental, a través del arte, la cultura y el cine documental.

Twitter: @ConSentidoVerde

Imagen principal: Plaga, por Emiliano Sánchez Flores. Instagram: @dickens_ford

Referencias

  • Márquez Zuñiga, 2021. BUTE, Arboricultura. Procura que tus actos dejen una huella verde en el camino.
  • Mx City, 2020. La guía de la Ciudad de México.

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