Por Beatriz Acevedo

En la entrega anterior examinamos el planteamiento de los movimientos socioambientales que han hecho frente a la compleja crisis climática, desde el milenario veganismo de origen hindú, hasta la agroecología que viene cobrando fuerza desde los años setenta.

Movimientos socioambientales que hacen frente a la crisis climática (Parte 1)

Características de los movimientos socioambientales después de los años 70

Continuando con algo de historia socioambiental, llegamos a los años noventa para encontrarnos con el movimiento climático enmarcado por la Cumbre de la Tierra de 1992, así como los movimientos por la soberanía alimentaria y de semillas; todo ellos, en pro del bienestar común promoviendo el uso racional, y sobre todo incluyente, de los recursos naturales.

Movimiento Climático desde los años 90

El avance de este movimiento está marcado por la firma de 3 principales tratados internacionales:

1. Protocolo de Kioto en 1997 (UNFCCC, 2021):

Aprobado el 11/12/1997, entró en vigor el 16 de febrero de 2005. Activó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático comprometiendo a los países industrializados a limitar y reducir las emisiones GEI, conduciendo a la implementación de políticas y medidas de mitigación, obligando a los países miembros a presentar avances periódicamente.

Aplicó el principio de “responsabilidad común pero diferenciada y capacidades respectivas”, que identifica en los países más industrializados una mayor responsabilidad en las emisiones de GEI.

“El que contamina, paga”: el principio de responsabilidades compartidas pero diferenciadas

Sus objetivos vinculantes suponen una reducción media de las emisiones del 5 % en comparación con los niveles de 1990 en el quinquenio 2008-2012 (el primer período de compromiso).

Para diciembre de 2012, en Doha (Qatar), se aprobó la Enmienda de Doha al Protocolo de Kioto para un segundo período de compromiso, que comenzaría en 2013 y duraría hasta 2020. Sin embargo, la Enmienda de Doha aún no ha entrado en vigor; se necesitan un total de 144 instrumentos de aceptación para su entrada en vigor Estados Unidos, responsable del 45% de las emisiones GEI a nivel mundial (Agencia EFE, 2015), país que no ratificó este protocolo.

2. Acuerdo de París en 2015 (Ibídem, 2021):

Con la celebración de la COP21 de París de 2015, las partes alcanzaron un acuerdo histórico para combatir el cambio climático y acelerar e intensificar las acciones e inversiones necesarias para un futuro sostenible con bajas emisiones de carbono.

Foto: Pixabay

El Acuerdo de París hace que todos los países tengan una causa común para emprender esfuerzos ambiciosos para combatir el cambio climático y adaptarse a sus efectos, con un mayor apoyo para ayudar a los países en desarrollo a hacerlo.

El objetivo central es reforzar la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático manteniendo el aumento de la temperatura mundial en este siglo muy por debajo de los 2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar aún más el aumento de la temperatura a 1,5 grados centígrados. Quedó abierto a la firma el 22 de abril de 2016 – Día de la Tierra – en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Entró en vigor el 4 de noviembre de 2016, 30 días después de que se cumpliera el llamado “doble criterio” (ratificación por 55 países que representan al menos el 55 % de las emisiones mundiales).

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Desde entonces, más países han ratificado y siguen ratificando el Acuerdo, y alcanzan un total de 125 Partes a principios de 2017. 

Alienta a las Partes a conservar y mejorar, según proceda, los sumideros y depósitos de GEI; además, promueve la participación voluntaria para dirigir los esfuerzos financieros acordes a sus fines; por ejemplo, el uso de energías limpias. Igualmente, reconoce la necesidad de fortalecer los conocimientos, las tecnologías, las prácticas y los esfuerzos de las comunidades locales y los pueblos indígenas. Encima de todo,  tiene la importante función de ofrecer incentivos mediante instrumentos como las políticas nacionales y la fijación de precios del carbono.

3. Cumbre de Acción Climática en 2019 (Fundación E. & C., 2021):

Busca el consenso entre gobiernos y científicos, junto a los sectores público y privado. Actualmente, la COP26, o Conferencia de las Partes, fue postergada debido a la pandemia y tendrá lugar hasta noviembre de 2021 en Glasgow, Escocia.

En ese sentido, la Convención Marco de Naciones Unidas (CMNUCC) es la respuesta internacional al cambio climático. Es un tratado que establece las obligaciones básicas de las 196 Partes (Estados) más la Unión Europea para combatir el cambio climático. Se firmó en la Cumbre de la Tierra en 1992 y entró en vigor en 1994.

La COP es el órgano de decisión supremo de la CMNUCC, donde las Partes se reúnen anualmente para revisar el avance en la implementación de la Convención donde se proponen, evalúan y aprueban otros instrumentos que apoyen su instauración. La primera COP se realizó en Berlín, en 1995, y se ha realizado 25 veces.

Soberanía alimentaria (años 90 a la fecha)

Se entiende por seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen, en todo momento, acceso físico y económico a suficientes alimentos, inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos, a fin de llevar una vida activa y sana (FAO, 2015).

La soberanía alimentaria se sostiene sobre la base de 6 pilares:

1. Se centra en alimentos para los pueblos. a) Pone la necesidad de alimentación de las personas en el centro de las políticas. b) E insiste en que la comida es algo más que una mercancía.

2. Pone en valor a los proveedores de alimentos: a) Apoya modos de vida sostenibles. b) Respeta el trabajo de todos los proveedores de alimentos.

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3. Localiza los sistemas alimentarios. a) Reduce la distancia entre proveedores y consumidores de alimentos. b) Rechaza el dumping y la asistencia alimentaria inapropiada. c) Resiste la dependencia de corporaciones remotas e irresponsables.

4. Sitúa el control a nivel local. a) Lugares de control están en manos de proveedores locales de alimentos. b) Reconoce la necesidad de habitar y compartir territorios. c) Rechaza la privatización de los recursos naturales.

5. Promueve el conocimiento y las habilidades. a) Se basa en los conocimientos tradicionales. b) Utiliza la investigación para apoyar y transmitir este conocimiento a generaciones futuras. c) Rechaza las tecnologías que atentan contra los sistemas alimentarios locales.

6. Es compatible con la naturaleza. a) Maximiza las contribuciones de los ecosistemas. b) Mejora la capacidad de recuperación. c) Rechaza el uso intensivo de energías de monocultivo industrializado y demás métodos destructivos.

Soberanía de semillas (años 2000 en adelante)

Este movimiento como tal va radicalmente en contra de la privatización de las semillas. Desde que el ser humano deja de ser nómada, inicia un proceso de domesticación de las semillas y plantas que otorga, a cada pueblo originario, un conocimiento ancestral libre y soberano.

De hecho, el intercambio habitual de semillas entre las comunidades y los pueblos ha permitido que diversidad de cultivos se adapten a diferentes condiciones, climas y topografías; así, la agricultura ha ido extendiéndose, permitiendo alimentar al mundo con una dieta variada.

Lo más valioso para la humanidad

Por tanto, son el inicio de procesos productivos, sociales y culturales que generan autonomía rural a los pueblos originarios, la cual está en riesgo debido a la creación de leyes que promueven equivocadamente la propiedad intelectual de las semillas e imponen arbitrariamente el uso de organismos genéticamente modificados.

Reflexión final

Con el fundamento de cada uno de estos movimientos se teje un hilo conductor que unifica ejes principales para una vida en armonía con nuestro entorno:

  • Aceptando el cambio climático sólo resta adaptarnos buscando desde lo personal y lo local disminuir nuestra huella ecológica personal; en ese sentido, buscar demandar la disminución de las emisiones de GEI a nivel global.
  • De tal modo, cada movimiento cuenta con actores claves o mensajerxs, que dan un rostro a la lucha de la bandera que elevan y es allí donde las generaciones más jóvenes juegan un papel determinante, como es el caso de Fridays For Future y Contaminantes Anónimus en México, quienes con iniciativas y espacios de diálogos dan el ejemplo de vida en armonía con el entorno.
  • Por tanto, atrás quedó el concepto de lo meramente ambiental. La inclusión de lo interseccional lleva rato conduciéndonos a lo socioambiental; lo anterior, en respuesta a la inclusión de género, raza, edad y muchas otras secciones o partes integrales de un todo; es decir, inmerso dentro de un planeta vivo vulnerable a nuestro actuar.

En conclusión, responder a lo que dejaremos a las generaciones futuras es tarea de todos; asimismo, bandera de lucha de todos estos movimientos y momentos emblemáticos de esta breve historia socioambiental.

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Beatriz Acevedo es geógrafa, especialista ambiental, promotora de la cultura ambiental, a través del arte, la cultura y el cine documental.

Twitter: @ConSentidoVerde

Referencias

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