Por Tania Romero
La forma en la que nos movemos en nuestras ciudades está directamente relacionada con la calidad del aire de la cual gozamos o padecemos. En los últimos meses, la pandemia del Covid-19 ha cambiado la forma en que trabajamos, compramos y socializamos, lo que ha puesto en evidencia la relación que tienen la estructura de las ciudades con el medio ambiente y la salud pública. Con esto se han manifestado problemas que con el tiempo hemos arrastrado y en ocasiones parecemos olvidar.
Los impactos que tienen sobre nuestra calidad de vida los medios de transporte a los que tenemos acceso y los que utilizamos cotidianamente, por gusto o por necesidad, están condicionados por la forma en la que están organizadas nuestras ciudades; asimismo, por la manera en que históricamente se ha gestionado el territorio.
En el Área Metropolitana de Guadalajara, con los años hemos visto a la ciudad crecer de manera acelerada, aumentando los precios de la vivienda, vaciando el centro y expulsando hacia las afueras a las personas que no pueden pagar una casa en la centralidad urbana. Lo que es curioso es que pareciera que el transporte público y las ofertas de empleo no han crecido de la misma manera que la ciudad. Y esto tiene graves implicaciones para el medio ambiente. A medida que las ciudades se sigan expandiendo, las distancias serán más largas, teniendo como consecuencia que la movilidad por medio de transporte público no sea suficiente y se opte por el carro y a su vez por el aumento de emisiones.
Si retomamos algunos indicadores medio ambientales básicos, nos percatamos de que nuestro estado está muy por debajo de la meta deseada en materia de medio ambiente. Según el MIDE (Monitoreo de Indicadores del Desarrollo de Jalisco) los días dentro de la norma conforme el promedio del Índice Metropolitano de la Calidad del Aire en Jalisco, este 2020, han sido solamente 6.
Para comprender mejor lo anterior, cabe resaltar lo siguiente:
- Los días dentro de la norma conforme el promedio del índice Metropolitano de la Calidad del Aire (IMECA) representan los días con un índice entre 0 y 50 IMECAS (considerado bueno) y 51 y 100 IMECAS (regular). En 2020, de enero a abril, solamente 6 días tuvieron menos de 100 IMECAS en nuestro estado.
- Los valores históricos de la zona son alarmantes: en 2019, sólo 75 días cumplieron con dicho estándar, mientras que el 2018 contó sólo con 105 días y 2017 con 201.
- La meta deseada para este 2020 es de 100 días dentro del rango de normalidad, por lo que en los próximos 7 meses tendríamos que contabilizar 94 días con registro “normal” para alcanzar el objetivo estipulado.
La meta es retadora, más no imposible.
Si comparamos la forma en cómo varias ciudades y países han adaptado la movilidad urbana en la nueva normalidad, podemos observar que “ha habido de todo”, según el portal Urban mobility apoyado por el EIT, órgano de la Unión Europea. En el caso de Tel Aviv en Israel, el gobierno optó por convertir 11 calles en zonas peatonales y se estudiará los efectos que esto puede tener para el medio ambiente de la ciudad. Dicha adaptación busca dar prioridad a transeúntes y ciclistas y fomentar el comercio local. Por otra parte, París ha aumentado en 650 km sus ciclo vías.
Sin embargo, no todas las adaptaciones han sido positivas. El portal McKinsey Center for Future Mobility ha reportado una reducción de uso del transporte público a nivel global entre el 70 y 90 por ciento. En ciudades como Beijing, el uso del metro se ha reducido en un 53%, así como en Frankfurt y algunas ciudades de España.
Además, el aumento de carros eléctricos a nivel mundial no parece posible, ya que los costos de los mismos son aún altos; debido a la caída de la economía, la mayoría de la población seguirá utilizando la opción “barata” de combustibles fósiles.
En nuestro caso, sabemos que la ZMG es una zona amplia. Las ciclo vías pueden ser una opción rentable, aliada en contra de posibles contagios y eco-friendly; no obstante, representa un reto en cuanto a distancias, reglamentación y accidentes. El uso de la bicicleta está asociada a una visión de ciudad compacta, y la ZMG sigue en expansión. La opción del uso de la bicicleta es útil sólo para un sector de la población, excluyendo a personas de la tercera edad, personas con discapacidad y la población que vive en las afueras.
Tomando en cuenta el último punto, es fundamental integrar nuevos modelos de ciudad con vivienda intra urbana accesibles para la población y la generación de empleos dentro de la ciudad.
Si bien nos enfrentamos a una situación desafiante, la pandemia nos impulsa y obliga a pensar fuera de la caja. Las nuevas generaciones nos demandan no repetir viejos patrones que han demostrado no funcionar.
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Tania Romero es tapatía, estudiante de maestría, consultora y ex servidora pública. Le interesan el derecho urbano, la calidad legislativa y las políticas públicas con perspectiva de género. Milita en Futuro Jalisco.
Twitter: @TaniaRomeroL