En la Selva Lacandona en Chiapas, uno de los ecosistemas más biodiversos del mundo, los Pagos por Servicios Ambientales (PSA) conservan la selva a un costo de $1000 pesos por hectárea al año ($83.33 pesos al mes). Menos que tu suscripción a Netflix, ¿no?
¿Por qué conservar las selvas y bosques?
Las selvas y bosques son increíblemente valiosas; entre otras cosas, porque contienen muchísimos animales y plantas en peligro de extinción; capturan carbono que mitiga el cambio climático; producen una gran cantidad de agua; son hogar y dan beneficios para muchas comunidades indígenas y otros grupos que las habitan.
Sin embargo, conservar las selvas y bosques cuesta. ¿Por qué? Porque lxs dueñxs de estas tierras tienen que vivir de algo. Muchas veces, lxs dueñxs de las selvas y bosques las tumban para agricultura y ganadería, o las usan para producción de madera, ecoturismo, u otras actividades. Además, conservar implica gastar dinero y tiempo en hacer brechas cortafuego para evitar incendios, controlar plagas, o monitorear que no se metan talamontes o cazadores.
¿Qué son los Pagos por Servicios Ambientales (PSA)?
Reconociendo la enorme importancia de las selvas y bosques, y los múltiples esfuerzos y gastos a favor de la conservación por parte de sus dueñxs, México decidió apostarle a los PSA hace ya casi 20 años. Hoy, la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y otras organizaciones sociales y privadas implementan diferentes PSA en muchos estados del país.
Básicamente, los PSA dan dinero u otros recursos (por ejemplo, capacitaciones o equipo) a lxs dueñxs de las selvas y bosques para que las cuiden. Normalmente los PSA dan un pago anual por hectárea (una hectárea mide 10 mil metros cuadrados, lo equivalente a dos canchas profesionales de fútbol) y duran cinco años.
El nivel de los pagos de PSA de la Conafor varía, entre otras cosas, por tipo de programa y por el tipo de ecosistema, pero el monto máximo hoy es de $1100 pesos por hectárea. Este pago está sujeto a cuidar las selvas y bosques durante el tiempo que dura el contrato, así como desarrollar actividades de monitoreo, educación ambiental, o capacitaciones.
¿Quién paga los PSA en México? Pues, hay de todo. Los gobiernos (federales, estatales y locales), las organizaciones no gubernamentales, y las empresas privadas. También hay programas que combinan varias fuentes de financiamiento, como el creciente programa de Mecanismos Locales de PSA a través de Fondos Concurrentes de la Conafor.
Participantes de PSA en el ejido El Pirú en Marqués de Comillas (Selva Lacandona, Chiapas). El ejido participa en varios PSA de Conafor desde 2009 y comenzó su propio proyecto de ecoturismo en áreas de conservación llamado Selvaje.
Ok, te creo, conservar cuesta. ¿Pero los PSA funcionan?
En corto, la respuesta es sí. Varios estudios a nivel nacional y local en México muestran que los PSA han logrado reducir la deforestación de los bosques y selvas inscritas a los programas.
Además, los PSA suelen traer beneficios adicionales a la conservación. En México, lxs participantes de PSA son muchas veces comunidades indígenas y ejidos que viven en condiciones de pobreza. Los recursos recibidos por PSA apoyan económicamente a muchas familias y ayudan a solventar gastos en las escuelas, las clínicas de salud, alumbrado, drenaje, y otros servicios públicos. En este sentido, los PSA llenan algunos de los vacíos de inversión pública que corresponden a otras instituciones.
Finalmente, estudios muestran otros tipos de beneficios de los PSA, algunos inesperados, entre comunidades participantes; por ejemplo, mejoramiento de la organización y las instituciones locales; promoción de las actitudes y conocimientos ambientales; sinergias positivas con otros programas de conservación y desarrollo, como los subsidios anti pobreza.
Entonces, los PSA no sólo cuidan a los bosques y selvas, sino también dan beneficios económicos y de otros tipos a las comunidades participantes. Todo por menos de $100 pesos al mes por hectárea. Esto es lo mínimo, pero siempre se puede pagar más para reconocer los invaluables esfuerzos de las comunidades para cuidar sus selvas y bosques, que nos benefician a todos.
¿Cuál es el problema ahora?
En México fuimos pioneros en la implementación de PSA (junto con Costa Rica) desde 2003. Ahora hay PSA en muchas regiones del mundo. Diversos países comienzan a diseñar e implementar sus propios programas inspirados en el caso de México.
Desafortunadamente, la tendencia de PSA en México va al revés. Como muchos otros programas e instituciones ambientales, los PSA han sufrido una enorme reducción en presupuesto. Entre 2015-2019, la caída del presupuesto de la Conafor fue de casi 70%; asimismo, cayó otro 8.6% entre 2020-2021.
Todavía hay muchísimo interés de lxs dueños de las selvas y bosques en participar en PSA. Lo que falta ahora son recursos. Y como conservar cuesta, tanto las selvas y bosques como sus dueñxs ya están sufriendo por la falta de dinero para la conservación.
¿Cómo puedes ayudar?
Cuando estés viendo tu siguiente serie o peli favorita, piensa que también puedes #ConservarAndChill.
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Vania Olmos Lau y Santiago Izquierdo Tort son integrantes de Contaminantes Anónimus.
Instagram: @contaminantes.anonimus