Por Bernardo Bastien-Olvera, El Capi Planeta
La película de Cruella (2021) llega a la pantalla grande —y chica— como uno de los live-actions mejor creados por Disney en los últimos años. Esta película cuenta la historia de origen de una villana que nadie conocía, no es la Cruella De Vil del siglo pasado cuya única motivación es una obsesión desenfrenada por las pieles. Esta película presenta a una nueva Cruella con una historia compleja, motivaciones diferentes y probablemente… ¿ambientalista? ¡Averigüémoslo analizando los vestidos que confecciona en la nueva película!
SPOILER ALERT
Vestido intervenido
La primera gran aparición de Cruella es durante la fiesta “Black and White” organizada por la gurú de la moda y su contrincante La Baronesa. Más allá de romper el código de vestimenta blanco-y-negro, Cruella rompe con los estándares al adquirir y modificar un vestido rojo de segunda mano creado por la misma Baronesa años atrás. Esta técnica es conocida como intervención y echa mano de la creatividad, imaginación y estilo personal para transformar una prenda en lugar de tirarla a la basura y simplemente comprar una nueva.
Estas técnicas de moda circular ayudan a detener los impactos que tiene la industria de la moda en el ambiente y la sociedad. Cada paso en la fabricación de prendas de manera industrial tiene un impacto importante, comenzando por las grandes cantidades de agua utilizadas para crear las telas, los ríos contaminados por los tintes que las tiñen y las miles de personas trabajando en condiciones inhumanas con salarios injustos que hacen que la ropa sea tan barata. ¡Punto para Cruella!
¿Usuarios o consumidores?
Una de las escenas más surrealistas es cuando Cruella interrumpe otro evento de La Baronesa con un camión de basura que a primera vista derrocha sus desechos a la mitad de la acera. Sin embargo, cuál sería la sorpresa que detrás de lo que parecería simple y llana basura textil aparece la magnífica Cruella que se cuelga del camión y mientras avanza revela que la basura es en realidad un vestido de cola hecho con retazos de tela. Demostrando una vez más que el estilo no lo hace la ropa, sino quien la usa.
Una de las formas actuales de contrarrestar la cultura de usar y tirar promovida por las megaindustrias textiles es visualizarnos como usuarios de la ropa, no como consumidores. La artivista de la moda Ana Yáñez con su proyecto La Mala Store argumenta que al usar la palabra “consumidores” automáticamente vemos a la ropa como algo destinado a que se acabe como una vela que se consume con el tiempo. Pero si en lugar de eso nos vemos como usuarios de elementos de la moda, creamos conexiones más fuertes con lo que vestimos, dándonos chance de experimentar, intervenir, intercambiar y reinventar como lo hace magistralmente Cruella de Vil. Cruella 2 – Fast Fashion 0.
¿Usar pieles está mal?
El as bajo la manga de Cruella en esta épica batalla de la moda es cuando confecciona un vestido de piel sintética de dálmata. Así logra engañar y llevar al límite a La Baronesa, a quien le habían secuestrado a sus tres dálmatas semanas antes y le hace pensar que Cruella los convirtió en un vestido. Más allá de la fabulosa trama que aún tiene un giro y desenlace inesperado después de esta escena, el vestido de piel falsa muestra claramente que estamos presenciando una Cruella que no tiene la misma obsesión irracional por la piel, sino que es una auténtica creativa de la moda que además ama a los perritos (o al menos al suyo).
De cualquier forma, es importante recalcar que, como lo menciona Raiza Pila en su análisis de la película, no está mal utilizar pieles como vestimenta si en verdad tienes una conexión con los animales y el hábitat donde viven, ¿de qué otra forma resistirían las temperaturas polares los pueblos Inuit? Se vuelve algo malo cuando se industrializa la producción de pieles y se venden en almacenes como productos de lujo con una desconexión total con su procedencia. ¿Punto para Cruella? ¡Probablemente!
Si quieres saber más de la moda puedes mirar este gran video o leer estas columnas. Este texto fue inspirado en el análisis de Ale Ramírez De los Santos en el podcast Planeteando de Película.
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Bernardo Bastien Olvera, mejor conocido como Capitán Planeta, es científico y divulgador de cambio climático, ciencias de la Tierra y sustentabilidad. Es ex-becario Fulbright-García Robles y candidato a Doctor en Geografía en la Universidad de California Davis. Actualmente es co-director del proyecto de divulgación Planeteando.
Twitter: @Capi_Planeta