Por Ana De Luca

No es exagerado decir que los cuidados son la actividad más importante que podemos hacer como humanidad. De éstos depende el bienestar y el funcionamiento de nuestra sociedad. Los cuidados son elementales para el sostén del mundo. Necesitamos cuidar y que nos cuiden para sobrevivir. 

En estos días se nos pide que nos cuidemos usando tapabocas y saliendo de casa lo mínimo posible para así cuidar de los demás. Si somos padres, estamos cuidando de nuestros niños en casa y velando por su educación. Debemos cuidar de nuestro trabajo, y cuidar de la gente que lo ha perdido

En fin, los cuidados que antes ya llevábamos acabo ahora se han intensificado y nos hemos dado cuenta que toman tiempo y requieren mucha energía. Quizá éste es un buen momento para reflexionar sobre el valor que tienen y empecemos a asignar responsables en estas tareas. 

Cuidados individuales 

Hay muchas formas de cuidar. Cuidamos cuando le cocinamos a los demás, cuando lavamos, cuando curamos una herida, pero también cuando queremos, cuando escuchamos, o cuando reconfortamos a alguien que está triste. El cuidado no sólo lo hacemos en casa con nuestros familiares y conocidos, sino que se extiende a otros espacios e incluso con gente que no conocemos. Por ejemplo, cuidamos cuando ayudamos a alguien a cruzar una calle o le damos una dirección a un transeúnte perdido. 

Lo mismo con los cuidados hacia nuestro entorno. Si llevamos una vida más amigable con el ambiente, estamos cuidando de las personas que sí conocemos, de las que no conocemos, de las personas que aún no han nacido y de otros seres vivos no humanos que también tienen derecho a existir en este mundo. 

Cuidados que le corresponden al gobierno 

Es vital que nos cuidemos entre nosotros, pero también debemos reconocer que el gobierno tiene la obligación de procurar el bienestar de las personas. El fundamento de la existencia del Estado en las democracias modernas es la protección y el cuidado de la vida humana. Basta con leer las primeras líneas de cualquier constitución o tratado internacional para confirmarlo. Sin embargo, de forma sistemática se incumple con este mandato.

La política pública no está basada en los cuidados, pues eso significaría poner la vida en el centro de sus estrategias.  En cambio, lo que vemos es que no hay acceso universal a servicios de salud, las mujeres no podemos caminar sin miedo en la calle, tenemos un medio ambiente contaminado, entre otras cosas. Claramente, el gobierno no ha hecho su tarea más importante que es cuidar de nosotras y nosotros

Quieren hacernos responsables de los cuidados

No solamente el gobierno no está cumpliendo su rol de cuidarnos, sino que está desplazando en las personas la responsabilidad del cuidado. Lo que vemos es que estamos solas y solos, y que tenemos que gestionar de manera individual los cuidados.

Constantemente llevamos a cabo estrategias en lo individual o en lo colectivo para cuidarnos. 

Por ejemplo, algunas mujeres al salir a la calle (sobre todo en la noche), terminamos compartiendo nuestra ubicación del celular con amigos o familiares para que verifiquen que sí llegamos a nuestras casas. Esto es, vamos creando estrategias para subsanar una falta descomunal del gobierno hacia nosotras

Tratándose del medio ambiente, de manera individual podemos reciclar, reusar, consumir menos, etcétera. Sin embargo, de nada sirven esas acciones si el gobierno no pone límites a empresas altamente contaminantes y destructoras de la vida. O como ha sucedido recientemente que se le pretender quitar el presupuesto a organizaciones encargadas de proteger la naturaleza en nuestro país.

Los cuidados no son equitativos

No solamente el gobierno no cuida de nosotros, sino que hemos depositados esa responsabilidad en nuestros seres más cercanos, sobre todo en nuestras familias.  Estas tareas tan vitales han recaído en las mujeres casi por entero, sin visibilización ni remuneración y con poco reconocimiento. También hay un fuerte componente de raza, etnia y status migratorio, por lo que son las personas en situaciones más vulnerables social y económicamente quienes terminan llevando a cabo estas labores.

Pero ¿quién cuida de las cuidadoras? El actual gobierno ha naturalizado el que las mujeres lleven a cabo estas actividades desligándose de su responsabilidad. Las mujeres realizan la mayor parte de las tareas de cuidado con los hijos, cuidan de los enfermos, cuidan hasta de quienes pueden cuidarse por sí mismos. En mi experiencia, haciendo grupos focales en la Ciudad de México, me percaté que son también las mujeres quienes se responsabilizan más por llevar a cabo tareas sustentables en casa como hacer huertos, reciclar, reusar y consumir menos. 

Los movimientos sociales y la falta de cuidado

Los movimientos sociales son evidencia de que los gobiernos no están cuidando de nosotros. #NiUnaMenos #BlackLivesMatter y #FridaysForFuture, son movimientos para visibilizar la falta de cuidados por parte de los gobiernos que permiten que el sexismo, el racismo y la negligencia ambiental violente la vida de las personas. Son, básicamente, una exigencia del derecho que tenemos a ser cuidadas y cuidados. 

Lo interesante de estos movimientos es que están compuestos por las personas directamente afectadas, pero también por personas que se han involucrado afectivamente incluso cuando su vida no es la que está bajo peligro. Así, estas formas de desobediencia civil se han traducido en mecanismos que usamos para cuidarnos mutuamente aunque no nos conozcamos

Reflexionemos sobre los cuidados

En estos días de pandemia tenemos que reconocer nuestra vulnerabilidad y nuestra dependencia con las personas y con los ecosistemas. Los cuidados (o la falta de éstos) repercuten no sólo en nuestro entorno inmediato, sino en la totalidad del globo

Es tiempo de discutir quién debe proveer los cuidados, quién tiene derecho a éstos, de qué calidad son, cómo son valorados, y cómo los debemos remunerar. Que reconozcamos su valía, la dignifiquemos, y que la hagamos más democrática. Requerimos que el gobierno asuma su mandato y ponga en el centro de su actuar el cuidado de la población y del medio ambiente.

Los cuidados son la única vía desde la cual podemos proteger nuestra vida y la del planeta. Reflexionar sobre ello no es cosa menor, pues no puede haber vida si no hay quien la cuide. 

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Ana De Luca es candidata a doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM. Tiene una maestría por la London School of Economics and Political Science en Desarrollo y Medio Ambiente; asimismo, una licenciatura en Relaciones Internacionales por la UNAM. Es parte de la Red Nacional de Investigación sobre Género, Sociedad y Medio ambiente; asimismo, es co-autora y coordinadora de varios libros relacionados a medio ambiente e igualdad de género. Es editora de la sección de medio ambiente de la revista Nexos.

Twitter: @anadeluca21

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