Por Tania Romero

Que con el medio ambiente no se juega es algo que parece no quedarle claro a nuestros gobiernos con las evidentes visiones cortoplacistas de su gestión. Durante los discursos y campañas todos los gobiernos hablan y hablan de cómo les preocupa la conservación del medio ambiente, pero ya es costumbre que no pongan el dinero donde ponen sus palabras. En el caso del estado de Jalisco, a pesar de que el gobernador Enrique Alfaro en su permanente campaña política manifiesta ser un férreo defensor de la causa ambiental, su paquete de egresos no refleja lo mismo. 

Para el año 2021 el paquete enviado al Congreso del Estado de Jalisco para su aprobación, golpea al sector ambiental con una reducción de más de una cuarta parte del presupuesto (28%) de la Secretaría de Medio Ambiente y  Desarrollo Territorial. Lo mismo sucede con otros organismos públicos, como el descentralizado del bosque de La Primavera que contará con alrededor de 45% menos recursos en el 2021 que los que ejerció este año o con la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente la cual cuenta con menos de la mitad del dinero que tenía para operar en 2018, monto que en su momento fue criticado por el actual gobernador, pues entonces lo consideraba insuficiente. 

Ya se veía venir que los presupuestos para 2021 se verían afectados por el covid-19 y sus consecuencias sociales y económicas. Sin embargo, aunque la mayoría de los ojos han estado concentrados en este gran problema y en el pleito del gobernador con la federación por sus 9 mil 200 millones de pesos, que dicho sea de paso no ha sido posible verificar dicha reducción, esto no debería ser un pretexto para no apostarle al medio ambiente en el ejercicio de los recursos públicos. Pues existen ejemplos de gobiernos en los que sí advierten que hay un peligro más grande que el pacto fiscal y el covid: el cambio climático. 

Privarnos del futuro

Hay ciudades que siguen liderando la acción ambiental e impulsando estrategias y mecanismos para enfrentar  la crisis medioambiental. El lunes pasado el Carbon Disclosure Project (CDP) presentó un listado de ciudades (una “A List”) que han hecho cambios significativos en materia de medio ambiente, establecido objetivos puntuales y, a su vez, logrado un progreso que se traduce en un impacto positivo no solo para su ciudad sino para el mundo. 

Entre los datos que comparten en su página oficial, CDP establece que en 2015, solamente 44 ciudades se habían comprometido a establecer objetivos claros y tan sólo 26 contaban con planes de adaptación para lograr los mismos. Mientras que en el reciente reporte de 2020, dichos números  aumentaron a 88 ciudades respectivamente, con un total de 125 millones de personas que serán beneficiadas.  

Ahora bien, ¿cómo pintan nuestro país y nuestro estado en este panorama?

En el caso de México, existen 3 ciudades que forman parte de la antes mencionada “A List”:  Hermosillo, La Ciudad de México y León, quienes siguen implementando cambios y adaptaciones para lograr los objetivos establecidos en El Acuerdo de París. Cabe resaltar que Hermosillo ocupa el prestigioso 3er lugar, mientras que León se posiciona en el lugar 57 y la Ciudad de México en el 66. ¡Buen avance para México! 

Pero, ¿y Jalisco?

La realidad es que ninguna ciudad de nuestro estado ha logrado aparecer en la lista, sino que, además, 2021 deja mucho que desear en la materia. Por ejemplo, como se mencionó anteriormente, en la propuesta del presupuesto 2021 que acaba de presentar el gobernador Enrique Alfaro al congreso hizo recortes no sólo a la SEMADET, La Primavera y la Proepa, sino también al Parque Metropolitano y a Fiprodefo respecto a 2020. La reducción a Proepa y Fiprodefo asciende al 86% de los recursos.  

Los estragos que pueden ser ocasionados por no atender el problema ambiental ya son conocidos por más de alguna de nosotras, pero van desde las recurrentes y cada vez peores inundaciones, la escasez de agua para muchos municipios, hasta la presencia de huracanes más destructivos y sus antagónicos incendios. Sin dejar de lado las invasiones de especies que se vuelven plagas, debido a cambios de temperaturas o cambios en sus ecosistemas originales. 

La conservación de la madre tierra y los mecanismos para mitigar los impactos que las personas generamos en nuestro entorno deben ser prioritarios en la agenda de todos; después de todo, su destrucción representa de manera directa, o indirecta, la destrucción de todos.  Con el medio ambiente, reitero, no se juega.

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Tania Romero es tapatía, adicta al café y consultora en legislación urbana, capacidad institucional y planeación para el desarrollo. Milita en Futuro Jalisco.

Twitter: @TaniaRomeroL

Fuentes

 

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