Por Aramis Olivos Ortiz
No hablaré de los seguidores de un grupo musical sino de algo delicado. Actualmente sobre las áreas costeras se favorece el crecimiento poblacional entre otras cosas porque es ideal para actividades como la pesca, la industria, el turismo o el transporte. Este proceso de urbanización en incremento ha generado un modelo de ocupación que provoca un aumento en la presión sobre los ecosistemas y sus servicios, entre los cuales destaca el uso y generación de agua residual, que fluye a la zona costera desde asentamientos lejanos a través de las cuencas de grandes ríos, y que, en su recorrido, en el continente es retenida en lagos, lagunas y los propios ríos o arroyos.
Implicaciones de las aguas residuales
Todo asentamiento humano requiere de agua para su funcionamiento y desarrollo, desde el consumo en casa, oficinas, industria, turismo y agricultura. Una vez utilizada esta agua cambia sus propiedades y se le da el nombre de residual, pues según su uso va a contener residuos de material orgánico e inorgánico. A manera de ejemplo, pensemos sólo en ciertos contaminantes inorgánicos como el nitrógeno y el fósforo.
Estos dos elementos están presentes en los fertilizantes agrícolas, en jabones o detergentes, en subproductos industriales y en la materia orgánica que es degradada por las bacterias y con esto reconvierte restos vegetales y animales a su forma inorgánica; es decir, siempre tendremos nitrógeno y fósforo inorgánico en los cauces de las aguas, aunque no pase por una planta de tratamiento, pues las bacterias del medio natural harán su trabajo.
En la actualidad el 50% de la población mundial vive en los 200 km más próximos a las costas, con lo cual los aportes de nitrógeno y fósforo se han triplicado en las últimas tres décadas a nivel global. Todo este material es retenido momentáneamente en cuerpos de agua dulce y finalmente queda cercano a la desembocadura de los grandes ríos que llegan hasta el océano a través de sus cuencas, o vertida por los miles de arroyos que de manera temporal en la época de lluvia lavan el continente con sus escorrentías a través de ciudades, zonas industriales y agrícolas.
Mareas rojas
Al final, las aguas residuales son fuente constante de nitrógeno y fósforo inorgánico a los cuerpos de agua, donde son utilizados por organismos microscópicos considerados vegetales llamados fitoplancton que, como las plantas superiores que conocemos, utilizan a estos elementos, el agua y el CO2, y mediante la fotosíntesis estos materiales inorgánicos son transformados a material orgánico, por esto a las plantas y al fitoplancton se les conocen como productores primarios y como la base de la cadena alimenticia de los animales terrestres y acuáticos, ya que ellos son consumidos; con esto, inician los eslabones tróficos de nuestro planeta.
Concentrándonos en el agua dulce o marina, ahora sabes que el fitoplancton es el punto de partida de la vida, ya que estos organismos son consumidos por pastoreadores; a su vez, éstos por pequeños peces carnívoros, luego por carnívoros superiores, y ellos por mamíferos marinos, como focas o ballenas y hasta por aves.
Si eres de la costa o la has visitado, habrás escuchado de las mareas rojas. Hoy te digo que ni son una marea ni son completamente rojas. Se trata de distintos grupos de fitoplancton que por sus pigmentos, con los cuales fijan la luz solar durante la fotosíntesis, se observan rojizos, pardos, verdes, azules o una mezcla de estos colores. Esto ocurre de forma natural, pues los aportes naturales de nutrientes hacen que, de tener algunos cientos de éstas, se tengan hasta millones de células por litro. Siempre han estado ahí, pero pasan desapercibos por su bajo número hasta que las corrientes o los aportes de ríos naturales les acarrean nitrógenos y fósforo; es decir, nutrientes que los hacen florecer.
Como se da un sobre crecimiento de estas células fitoplanctónicas y son concentradas por las corrientes locales cerca de la costa, los pobladores les llamaron mareas rojas. Este fenómeno, como podrás imaginar, se ha incrementado en las últimas décadas tanto en aguas marinas como continentales, porque ahora tenemos una sobre fertilización de nutrientes: un exceso de nitrógeno y fósforo debido a los aportes humanos a través de las descargas de distintas aguas residuales, fenómeno conocido como eutrofización.
¿Y los FANs en el agua?
Como te podrás imaginar, las pequeñas células del fitoplancton están a merced de todo y todos en su medio acuático; por tanto, se ha visto que algunas especies generan ciertos compuestos que les ayudan a no ser depredados, para interactuar con otros de su especie e incluso para competir y sobrevivir ante otras especies. Estos metabolitos bioactivos son tóxicos para ciertos organismos, los cuales llegan hasta mamíferos y aves marinas y les causan la muerte. Al irse bioacumulando, llegan a los niveles superiores en donde resultan tóxicos.
En su paso por distintos niveles tróficos, algunos moluscos bivalvos, como los ostiones, y otros artrópodos, como los camarones, ingieren fitoplancton, pero a éstos no les pasa nada: están preparados para las sustancias tóxicas que contienen. Pero nosotros, si no sabemos de esto, los llegamos a comer y las toxinas bioacumuladas nos pueden causar daño, incluso la muerte, lo que depende de la concentración de la toxina acumulada en los organismos y de la cantidad que lleguemos a ingerir.
Las toxinas que producen algunas de las especies de fitoplancton, ya que no todas las producen, son de distinta naturaleza. Las más conocidas se clasifican como paralizantes, neurotóxicas, diarreicas y amnésicas. Este tipo de toxinas son producidas por grupos del fitoplancton conocidos como diatomeas, dinoflagelados y cianobacterias, y según el tipo de toxina varia su manifestación y agresividad. Por esto es de gran interés y dificultad su estudio e implicaciones en la salud pública; asimismo, en los efectos económicos que lleguen a causar para el sector turístico y pesquero, entre otros, tanto en el medio marino como en el agua dulce.
Por sus implicaciones económicas, sociales y económicas, a las especies del fitoplancton que generan toxinas, y con ello afectaciones a distintas actividades humanas y ecosistémicas, se les llama Florecimientos Algales Nocivos (FANs). Ahora ya lo sabes, FAN es el nombre correcto de llamar a estas manifestaciones que han ocurrido desde siempre de manera natural en todo el mundo, lo cual se ha incrementado recientemente como producto de nuestras actividades irresponsables al no tratar las aguas residuales de manera adecuada antes de descargarlas sobre cuerpos acuáticos.
En México, investigadores de distintas instituciones estudiamos este fenómeno para entenderlo para tratar de revertir sus efectos negativos. Igualmente, creamos la Sociedad Mexicana para el Estudio de los Florecimientos Algales Nocivos A.C., donde colaboramos con autoridades de los tres niveles de gobierno, productores pesqueros, operadores turísticos, pero sobre todo en la formación de estudiantes para atender esta problemática, otro aspecto a considerar en la protección de nuestro planeta.
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Aramis Olivos Ortiz es investigador del Centro Universitario de Investigaciones Oceanológicas de la Universidad de Colima. Campus Manzanillo.
Mail: aolivos@ucol.mx