Por Aranxa Sánchez
Hace unas semanas algunas redes sociales se inundaron con una noticia: el agua empezó a cotizar en el sector financiero. A partir de ello, mucho desentendimiento y especulación sobre sus implicaciones a nivel internacional y nacional se empezaron a difundir, creando una mayor confusión. Este texto tratará de hacer un resumen sobre cómo se gestiona el agua potable, qué son las bolsas de valores, cómo los recursos naturales pueden cotizar en ellas y qué implicaciones puede tener para un país en desarrollo como México.
¿En qué radica la importancia del agua potable?
Como ya lo explicamos en anteriores ocasiones, el agua potable es un recurso indispensable para que exista la vida tal y como la conocemos ahora, no por algo el nuestro es llamado “El planeta azul”. Su importancia para la humanidad ha sido expresada desde tiempos ancestrales, como con la famosa “danza de la lluvia” en múltiples regiones de la antigua Mesoamérica para satisfacer a las deidades de la lluvia; por ejemplo, en México, tal vez el caso más conocido es el del Dios Tláloc. Esto es así, porque de la lluvia depende, antes en mayor proporción, el cultivo de la tierra y con ello la alimentación de la población.
Los ciclos hidrológicos (el proceso de circulación del agua en la Tierra) son vitales no sólo para el cultivo de la Tierra sino para prácticamente cualquier actividad económica y cómo gestionar las reservas de agua, acuíferos y cuencas hidrológicas determinará si nuestro futuro cercano se aproxima a las películas de Mad Max o World Gone Wild, pues en ese escenario se considera que la próxima guerra mundial incluso podría ser relacionada al acceso al agua potable: el tesoro azul.
¿Cómo se gestiona el agua potable en México?
Dejando de lado la ciencia ficción, ciertamente la humanidad desde la creación del Estado-nación ha encontrado diversas formas de gestionar este bien común, generalizando su uso en: doméstico, agrícola, industrial, electricidad. La manera más usual de gestionar el agua potable ha sido la relacionada al derecho por acceso al agua (que funciona básicamente como un impuesto).
En México, el Sistema Nacional de Información del Agua (SINA) es donde residen los datos sobre los volúmenes de aguas nacionales concesionados o asignados a los usuarios que se inscriben en el Registro Público de Derechos de Agua (Repda); además, en el SINA se agrupa sus diferentes usos, dando como resultado que:
- Alrededor del 60% del agua provenía de fuentes superficiales (ríos, arroyos, lagos y presas).
- Del total del volumen concesionado, aproximadamente el 75% le correspondía al uso agrícola.
- Las regiones hidrológico-administrativas con mayor volumen concesionado son VIII Lerma- Santiago-Pacífico, IV Balsas, III Pacífico Norte y VI Río Bravo.
- Las entidades federativas que presentan mayor volumen concesionado son Sinaloa y Sonora, debido a sus extensiones agrícolas bajo riego.
Por su parte, la Ley Federal de Derechos es la que se encarga de establecer el pago a través de una asignación, concesión, autorización o permiso, de acuerdo a la zona de disponibilidad de agua. A su vez, estos pagos se redirigen a la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) para la instalación de dispositivos de medición y distribución, pues es la dependencia encargada de la administración y gestión del agua potable nacional. En el caso de los hogares, el pago por el uso de agua potable lo determinan los municipios a través de los Sistemas de Aguas de cada entidad federativa.
¿Lo que pasa en California afecta a México?
Las Bolsas de Valores tienen su origen en el año 1500. Su objetivo es generar fuentes de financiamiento para personas y empresas a través del intercambio de instrumentos financieros. Desde ese entonces, recursos no renovables como el oro, la plata, el petróleo o el gas natural han sido objeto de transacciones; igualmente, la producción y precio de determinados recursos renovables tales como granos (maíz, la soya o el arroz); recientemente, las emisiones de carbono también han generado un mercado internacional.
Particularmente, ningún recurso inagotable había cotizado en alguna bolsa de valores, hasta hace unas semanas que el agua potable para uso industrial y agrícola, del estado de California en Estados Unidos, empezó en la bolsa de Nasdaq. El instrumento que se utilizó fue el llamado “futuro”, que relaciona la demanda futura de cantidad de agua potable con un precio determinado.
Tal y como indica el director de la Bolsa Mexicana de Valores, en México no hay condiciones para que el agua cotice en Bolsa. Eso necesitaría condiciones de abastecimiento, política de fijación de precios y control de consumo (previos) que den origen a un índice sobre el agua potable.
Foto: Pixabay
Cabe destacar que el resultado final sobre quiénes se benefician de que cualquier tipo de recurso natural cotice en alguna Bolsa de Valores depende estrictamente de los derechos de propiedad de los mismos; probablemente, el esquema más deseable para un bien común sea como las capturas de carbono; en suma, otros instrumentos financieros han comprobado que no necesariamente “bajan” el recurso a las personas de menores recursos que se dedican a las actividades agrícolas (las más vulnerables ante el cambio climático).
Otro beneficio adicional es concientizar de manera más contundente que una huella hídrica la escasez de este recurso ante el aumento poblacional y un mal manejo en su uso agrícola. Finalmente, si existe un mayor conocimiento de los problemas actuales de la gestión del agua (deterioro de la infraestructura, burocracia, desigualdad de ingresos que no permiten el cumplimiento del derecho humano) es más probable que la valorización del agua potable sea otra y se promueva la eficiencia sobre el manejo del recurso.
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Aranxa Sánchez es economista por la UNAM.
Twitter: @AranxaSanz