Si son veteranos de internet, seguro estaban por estos lares cuando el Ice Bucket Challenge era la moda del momento. Si no le entraron a la mojada, seguro lo recuerdan: videos de cubetazos de agua con hielo; un reto con causa que buscaba abrir la conversación sobre la enfermedad de Esclerosis lateral Amiotrófica (ELA o ALS, por sus siglas en inglés).
Calcúlenle, nomás para que sientan los años pasar, que acabamos de encontrar una nota de Sopitas.com, escrita en 2014, sobre este reto viral.
Pero bueno, el chiste de esto no es hacernos sentir viejos. El chiste es contarles una historia linda. Una historia de cómo, a veces sin pensarlo, el internet puede hacer las cosas muy bien. A casi 10 años de que el Ice Bucket Challenge empapara nuestras redes sociales, las consecuencias en la salud de millones de personas son increíbles.
El éxito del Ice Bucket Challenge.
Cuando les decimos que el Ice Bucket Challenge se hizo viral en internet, no estamos exagerando. Era VIRAL. En mayúsculas.
Según las estimaciones, cerca de 17 millones de personas participaron en este reto viral en Facebook. Los videos del cubetazo de agua helada tuvieron más de 10 billones de reproducciones y alcanzaron a 440 millones de personas en todo el mundo.
La recepción, por supuesto no siempre fue positiva. Chance lo recuerdan, pero el Ice Bucket Challenge fue bastante criticado en su momento.
Algunos —con bastantes argumentos— señalaban el desperdicio de agua; otros criticaban que se convirtió en una estrategia de marketing para los famosos que participaban. Algunos más señalaban que este tipo de campañas no creaban verdadera consciencia sobre la enfermedad.
Sin embargo, a casi 10 años del Ice Bucket Challenge, las consecuencias del reto viral son gigantes. A pesar de las críticas hace una década, realidad nos dice que internet —haciéndolo a lo menso— terminó por hacer las cosas muy bien.
Las maravillosas consecuencias del reto viral.
Aquí es donde llega lo verdaderamente importante. Más allá de que se hiciera ridículamente popular o que los videos nos aparecieran por todos lados, el Ice Bucket Challenge provocó que cerca de 28 millones de personas en el mundo donaran dinero a la investigación de Esclerosis lateral Amiotrófica (ELA o ALS).
No son cosas menores. El presupuesto para la investigación médica de ELA o ALS en el mundo se multiplicó por cuatro desde que comenzara el reto viral.
A casi 10 años del Ice Bucket Challenge, ese dinero empieza a rendir frutos. Prácticos. De los de a de veras, pues.
La FDA de Estados Unidos aprobó, en 2017, un medicamento que se llama Radicava, que detiene la progresión de daños nerviosos de ELA. En 2022, la misma organización aprobó Relvyrio, que detiene la muerte de células nerviosas. En este 2023, también aprobaron Qalsody, que frena la producción de una proteína relacionada con la enfermedad. Los 3 medicamentos se crearon usando dinero donado por el Ice Bucket Challenge.
Usando el dinero de Ice Bucket Challenge, también, la Universidad de Harvard pudo costear una investigación que identificó un gen relacionado con la enfermedad. Hoy están realizando estudios clínicos para crear nuevas terapias.
Un reportaje de National Geographic revelaba que el dinero conseguido gracias al Ice Bucket Challenge se ha usado en toda clase de avances médicos.
Lograron secuenciar genomas e identificar tratamientos para una enfermedad que llevaba más de 100 años sin soluciones conocidas. También desarrollaron una terapia de regeneración de ADN. Encontraron que ELA o ALS se relacionaba con los niveles de mercurio en el cuerpo.
Con el dinero del reto viral se creó, además, una tecnología que permite que las personas con la enfermedad puedan comunicarse con facilidad.
“No habríamos tenido el dinero para avanzar todos esos programas a su estado actual, si esas cubetas con hielo nunca se hubieran caído”, explica Katie Camero en National Geographic.
En 2014, antes del Ice Bucket Challenge, las personas con ELA buscaban hacer consciencia mundial de una enfermedad que solo pronosticaba de 2 a 5 años de vida. En este 2023, una década después de los pasos gigantes gracias al reto viral, la ciencia afirma que la enfermedad podría ser tratable en 2030.
Quién diría, ¿no? Una década después de un reto viral que parecía olvidado, nos llega una maravillosa noticia: internet a veces hace las cosas muy bien. Solo teníamos que tener paciencia.