Hay quienes dicen que la política no se debe mezclar con el futbol, ni utilizarlo como una herramienta política, pero en Brasil se ha marcado una nueva tendencia.
Varios exjugadores han elegido continuar sus caminos en la política y no en el futbol como es una costumbre.
Uno de los primeros en hacerse un nombre en este rubro es el extraordinario Romario. O Baixinho, como se le conoce en su país, ganó un puesto en la Cámara de Diputados en el 2010; sin embargo, se ha valido de su puesto para criticar un sinfín de situaciones, en especial la organización del Mundial 2014.
Otro que ha seguido estos pasos es Washington Stecanela Cerqueira, exgoleador del Fluminense, quien intentará ganar un escaño en la cámara municipal de Caixas do Sul, la segunda ciudad más importante de Río Grande do Sul.
Por su parte, Adhemir da Guía, mítico exjugador del Palmeiras, buscará ser reelecto como concejal de Sao Paulo; Wagner Fernando Velloso, exarquero del mismo equipo paulista, disputará las elecciones para concejal en Araras, también en Sao Paulo.
Marcelinho Carioca, ídolo del Corinthians intentará ganarse “un asiento” en el concejo de Sao Paulo.
En Río de Janeiro, Carlos Germano, exportero del Vasco da Gama, probará suerte para ser concejal en Macacú y el extécnico del Flamengo que los llevó al título en 2009, junto a la presidenta del club, Patricia Amorim, son candidatos en la misma ciudad de Río.
Por otro lado, sabemos de la actitud alegre y desfachatada de los brasileños y ésta no ha faltado en los candidatos a puestos públicos. Al menos 16 candidatos no usarán sus nombres reales, sino sobrenombres como Obama, Batman, Robin, Superman, Rambo, Bailarina giratoria, Santa Claus y Bin Laden. ¡Esooo, esoo!
¿Se imaginan que en México pasara esta situación? Estaríamos viendo a Cuauhtémoc Blanco en la Cámara de Diputados…