A pesar de sus intentos, el presidente de Bolivia Evo Morales, no podrá reelegirse para la presidencia en las elecciones de 2019. Este sería su cuarto intento por cambiar la Constitución de Bolivia, pero las encuestas lanzan que entre un 51 y 52% de la población del país Sudamericano, se encuentra en contra de este cambio.

Este movimiento por parte de Evo Morales, proviene de la idea de que necesita más tiempo para poder implementar reformas. La oposición llama a este movimiento como antidemocrático, marcando así la primer derrota de Morales en sus 10 años como presidente de Bolivia.

Morales no es extraño a la controversia, ya que al ser el primer indígena aymara en llegar a la presidencia, este ha sido el objetivo de burlas racistas y de comentarios ofensivos alrededor del mundo.

Parte de este declive en su popularidad, se basa en el escándalo tras el supuesto tráfico de influencias de su expareja, Gabriela Zapata, quien a sus 28 años en una alta ejecutiva de la firma China CAMC con contratos con el Estado de hasta 576 millones de dólares. Este asunto se encuentra bajo la investigación de la Contraloría y el Congreso.

En su defensa, Morales advirtió que Carlos Valerde, periodista que denuncio el caso es un agente de la embajada estadounidense.

“¡Qué trafico de influencias, todo es un montaje de la embajada de Estados Unidos!”

Entre otras cosas, Morales podría verse perjudicado por las consecuencias de un ataque llevado el día miércoles a la alcaldía ‘El Alto’, en poder de la oposición, que se cobró la vida de 6 personas por la inhalación de humo tras los incendios provocados supuestamente, por miembros del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS).

Via: BBC/Infobae

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