De acuerdo con un estudio realizado en Inglaterra, uno de cada siete niños, que tiene entre 11 y 17 años de edad y que ha dado positivo a COVID-19, sufre de síntomas persistentes. Sí, este análisis está respaldado por el gobierno inglés y financiado por el Instituto Nacional de Investigación en Salud e Investigación e Innovación del Reino Unido.
¿Qué señala el estudio sobre los niños que tienen COVID y los síntomas persistentes?
Según el estudio CLoCk, uno de cada siete niños en Inglaterra, de 11 a 17 años de edad, que ha tenido COVID-19, sufre síntomas persistentes. De hecho, compararon los datos de la encuesta hecha a aproximadamente tres mil personas de esta edad que dieron positivo, entre enero y marzo de este año, y los de tres mil 700 menores que dieron negativo.
Fue así que encontraron que el COVID-19 prolongado pudo provocar que uno de cada siete niños que dio positivo, experimentara tres o más síntomas hasta 15 semanas después del contagio. Mientras que uno de cada 14 menores reportó de cinco a más síntomas.
Estos datos sugieren que durante siete meses, entre septiembre de 2020 y marzo de 2021, al menos cuatro mil y posiblemente 32 mil adolescentes en Inglaterra pudieron tener varios síntomas de coronavirus después de 15 semanas.
Mujeres, adolescentes y personas con mala salud, más propensos a COVID prolongado
Por otra parte, según también este estudio, las mujeres, los adolescentes mayores y personas con peor salud física y mental antes de la prueba, eran más propensos a experimentar COVID-19 prolongado. Los síntomas físicos incluyeron cansancio inusual, dificultad para respirar, dolores de cabeza y pérdida del gusto u olfato.
Sobre la investigación, Sir Terence Stephenson, profesor de salud infantil de Nuffield en el University College de Londres, dijo que estaba tranquilo de que las tasas de prevalencia eran mucho más bajas que en el “peor de los casos”, pero agregó que un pequeño número de jóvenes sufrirán limitaciones en la vida.
“Sigo muy preocupado por eso. Habrá jóvenes, aunque los números no sean enormes, que se verán gravemente afectados”, comentó y luego explicó: “Habrá algunos jóvenes que estarán completamente postrados en la cama o tendrán mucha falta de aire o dolores de cabeza diarios”.
Shamez Ladhani, otro de los autores del estudio y pediatra consultor en enfermedades infecciosas en St George’s Hospital, igualmente dijo: “Además de tener un grupo de control, una de las principales fortalezas de este estudio es el seguimiento de los niños hasta por dos años, lo que nos dará una idea de los efectos duraderos de COVID-19 en los adolescentes”.
*Con información de Financial Times