Apenas hace un par de días les informamos cómo en Brasil la imprudencia de un padre hizo que su hijo pudiera acercarse de más a la jaula de un tigre, con resultados por demás lamentables… Bueno, es gente que no conoce el peligro que representan este tipo de animales, podrán decir algunos. Sin embargo, algo similar ocurrió ayer en nuestro país… a una estudiante de veterinaria.
Mientras realizaba su servicio social, una pasante de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, dio el mal ejemplo al infringir la regla de oro de todo zoológico y meter su mano a la jaula de un orangután, para intentar hacerle unas caricias.
Aunque la gente que la vio le advirtió que eso podía ser peligroso, la chica no hizo caso, argumentando que “no pasaba nada”, ya que no era la primera vez que lo hacía.
Para mala suerte de la pasante, el animal reaccionó como era natural y jaló la mano que intentaba tocarlo. Aunque rápidamente el personal del zoológico hizo acto de presencia, el ajetreo de toda la acción puso nervioso al primate, por lo que mordió el dedo medio de la mano derecha de la estudiante.
La prestadora de servicio social pasó por alto protocolos de seguridad al meter la mano en enrejado para acariciar directamente al ejemplar
— Medio Ambiente DF (@SEDEMA_CDMX) agosto 3, 2014
Pese a recibir primeros auxilios y ser trasladada al hospital de la Cruz Roja, en Polanco, posteriormente se le intentó realizar el injerto de su dedo –esto en el Hospital General Siglo XXI-, pero desafortunadamente el mal estado de la pieza arrancada por el orangután imposibilitó que la cirugía pudiera realizarse con éxito, por lo que simplemente fue dada de alta del hospital, del que la chica salió por su propio pie.
Dolorosa forma de darnos cuenta que un zoológico –por muchos cuidados que tenga- nunca será un buen lugar para un animal: nada como su hábitat natural.
