Decenas de miles de personas han desaparecido desde el sexenio de Calderón. Decenas de marchas y acciones civiles se han llevado a cabo para protestar por la corrupción y violencia que el Estado mexicano provocan. Los artistas han formado parte también de estas acciones, desafortunadamente, algunas veces, de manera aislada. Ya ha llegado el momento de que los artistas se organicen en un frente que apoye las demandas de la sociedad como sólo ellos pueden hacerlo.
Las protestas siguen siendo un tema polémico en nuestro país. Para algunos, las acciones en las calles no generan un cambio plausible en las políticas públicas; para otros, estas acciones son nuestro derecho y responsabilidad y muchas veces llegan a concretarse en acciones que sí impactan en el actuar de las autoridades. La columna que Sandra Ley publicó recientemente en LETRAS LIBRES apunta en ese sentido: cuando el gobierno de Calderón seguía invisibilizando a las víctimas de la guerra contra el narco, fue gracias a las protestas organizadas en todo el país que se aprobó la Ley General de Víctimas.
Se vea por donde se vea, en lo que todos podemos coincidir es en que debe existir un movimiento organizado que exija un Estado que entregue cuentas claras y vea por el bienestar de los ciudadanos (amén de la forma en que procedan esas acciones). Parte importante de este movimiento deben ser necesariamente nuestros artistas.
Desde siempre, la comunidad artística se ha manifestado de muchas formas en nuestro país; en los últimos meses, las acciones artísticas para difundir y crear conciencia alrededor de lo ocurrido en Ayotzinapa han aumentado muchísimo, pero, ¿para qué sirve realmente que los artistas lleven a cabo acciones en las marchas y protestas?
La relación entre arte y política ha provocado una de las más interesantes discusiones de la historia del arte. Generaciones de artistas han afirmado que el arte debe tener una vena social, una intención transformadora, otros aseguran que no se puede desligar el discurso estético del discurso político y, los menos, dicen que el arte debe ver por sí mismo, sin postularse nunca por las necesidades de los demás, sino por las del artista mismo.
Lo cierto es que, en el caso específico de los performances y piezas creadas alrededor de las marchas por Ayotzinapa, los artistas tienen una función específica e importante: sensibilizar, difundir y documentar tanto la tragedia de los normalistas como la organización de la sociedad para exigir el fin del narcoestado.
La repetición constante en la realidad y en las pantallas de crímenes tan terribles como los ocurridos en Ayotzinapa podría anestesiar la simpatía de algunos por los jóvenes normalistas. El arte logra generar un vínculo emocional entre el espectador y los normalistas que recupera la memoria de los desaparecidos e insta a la sociedad a organizarse en contra de estos actos.
El activismo o la militancia por la justicia y la memoria en México es una labor política pero también, necesariamente sentimental. La lucha por un Estado que respete y busque el bienestar es también una tarea de los afectos. Es aquí en donde los artistas realizan una labor importantísima. A través de formatos y discursos que solo pueden ser estéticos se traduce el dolor y la indignación de la sociedad, dolor que no puede enunciarse pero que, a través del arte, se vuelve asequible para todos: la protesta parte de exigencias políticas bien establecidas pero también, desde luego, de lo que no podemos describir, de eso que sentimos cuando vimos las fotos, cuando escuchamos los testimonios. Ese nudo en la garganta es también la pólvora que enciende movimientos.
Los artistas se encargan de que el espectador genere simpatía por la causa y se una al movimiento civil mientras documenta y da difusión a las injusticias cometidas en Ayotzinapa. Estas acciones reciben menos atención de los medios así que aquí resumimos algunas de ellas como un recordatorio a la comunidad artística de que hoy, más que nunca, deben unirse y organizarse.
Performances, artes escénicas:
El pasado 16 de noviembre, el Colectivo Arte y Cultura se encargó de colocar retratos de los 43 estudiantes en la explanada del Palacio de Bellas Artes. Al mismo tiempo, intervinieron el espacio con piezas de danza y performances, después un coro entonó el Réquiem de Mozart para exigir la presentación con vida de los normalistas.
La Jornada escribió: “Familias, parejas, hombres, mujeres, ancianos y niños permanecieron en el lugar en señal de apoyo, y junto con los estudiantes gritaron del número uno al 43, por cada uno de los alumnos desaparecidos”.
En el marco de la entrega de los premios Cine Fénix, estudiantes de arte realizaron una protesta con música, poesía y proyecciones para solidarizarse y exigir la aparición de los normalistas.
El video además es un ejercicio de memoria colectiva, uno de los pilares de las protestas por Ayotzinapa. Pronunciar el nombre de los que siguen siendo llamados “cuerpos” por el Estado, recordarlos, es invocar a los que fueron arrebatados, es traerlos aquí, a gritar aún, recordados siempre.
El pasado 17 de noviembre, estudiantes de la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT) publicaron un video en donde se les ve realizando una intervención en la explanada del Museo Nacional de Arte.
Para crear la pieza, se recurrió al testimonio de Omar García, estudiante sobreviviente de la Normal Rural “Isidro Burgos” de Ayotzinapa.
El performance recuerda los momentos críticos de la matanza, las declaraciones de Omar García y cómo la policía les disparó mientras estaban en los autobuses.
Los actores, que caminan en la explanada, usan la voz de los normalistas, vuelven a pronunciar sus deseos incumplidos, vuelven a traer aquí, en medio de la indignación, su deseo de justicia.
Pintura
El pintor mexicano Gabriel Macotela, durante una de las manifestaciones que avanzaron por Reforma a mediados de noviembre, pintó sobre la avenida retratos que representaban a los 43 normalistas desaparecidos. Además, el artista está colaborando con otros pintores de la República Mexicana para crear una colección de cuadros hechos a partir de las protestas ciudadanas y los actos criminales de Ayotzinapa.
El artista declaró con ironía que “Los cuadros que estamos pintando llevan como tema central a los jóvenes maestros de Guerrero asesinados por el Estado. Pensamos exponerlos en espacios públicos, y donde se pueda, para después donarlos todos a Bellas Artes y al Gobierno mexicano. Se trata de obras de Arte que tienen su valor, de modo que pueden estar en uno de los tantos museos que tenemos, o bien, decorando edificios del gobierno. Esperamos que reciban este regalo generoso de los artistas mexicanos y enriquezca el acervo cultural de este nuestro país querido”.
Fotografía:
El laboratorio de Arte Documental, que se dedica a dar difusión a expresioines “audiovisuales que retratan e interpretan lo documental de manera autoral”, recientemente realizó un ejercicio fotográfico muy interesante alrededor de las protestas que ha habido en el país. Han publicado varias excelentes fotografías de las protestas, documentando y concienciando al mismo tiempo.
Las marchas, performances, actos civiles y otros mecanismos de memoria colectiva y de activismo político se retratan en estos trabajos.
Lo interesante es que muchos fotógrafos asisten a las marchas y documentan por varias razones, una de ellas es para proteger a la sociedad civil, a todos esos que deciden salir a levantar la voz a las calles, fotografiando cualquier acto que trate desestabilizar, violentar o desacreditar el movimiento civil; por otro lado, también tratan de dejar para la posteridad los ejercicios de protesta y memoria que se están llevando a cabo. Estas fotografías serán las pruebas de cuando los mexicanos mostraron que pueden unirse en contra de la corrupción y el malgobierno.
Diseño y dibujo:
Un mes después de que los normalistas desaparecieron, la indignación de los mexicanos no perdía fuerza. Un grupo de ilustradores se unieron para dibujar los rostros de los 43. Los dibujos son un esfuerzo más por humanizar a los normalistas cuyas identidades siguen siendo reducidas a cuerpos desaparecidos por el gobierno mexicano.
Los artistas gráficos han expuesto su trabajo en varias plazas públicas y en la escuela Normal Rural de Ayotzinapa. Ha sido un proceso difícil, tanto para los artistas como para los padres de los desaparecidos, enfrentarse a los rostros de los normalistas. Los artistas han dejado clara su intención: esto se trata de un ejercicio necesario, los familiares, los amigos, cualquiera que vea los retratos, vuelve a sentir la indignación pero también el cariño por aquellos que nos fueron arrebatados y aún esperamos que vuelvan: si estos dibujos ayudan a que esos sentimientos sean permanentes, entonces se habrá logrado algo más.
Recuerden que también pueden ver muchos de los excelentes dibujos en el Tumblr de la iniciativa.
Documental
Por otro lado, la revista Vice publicó un documental divido en tres partes acerca de lo ocurrido con los norlmalistas y las subsecuentes marchas y acciones civiles para exigir justicia.
El documental muestra no sólo el testimonio de aquellos que vivieron el asalto a los normalistas en carne propia, sino que también refleja la indignación y unión de los mexicanos cansados de un narcoestado cuya estructura y corrupción sigue causando tanta violencia. Ya se han publicado dos partes del documental para que lo puedan ver, además de que fue proyectado completo gratuitamente en la Ciudad de México.
Además de Vice, desde luego, realizadores independientes han levantado también video de las marchas y acciones. Este material resulta un poco más difícil de conocer, es probable que aún siga guardado y es por esa razón que urge un movimiento coordinado de artistas y creativos que reúna todo el material que analiza a través del arte y documenta una situación tan cruda como la que se vive actualmente.
Poesía:
Los poetas no se han mantenido al margen de estas acciones: el poeta David Huerta, publicó recientemente unos versos como parte de una instalación realizada por Rubén Leyva, José Villalobos y Luis Zárate. Éste es el poema de Huerta:
Ayotzinapa
Mordemos la sombra
Y en la sombra
Aparecen los muertos
Como luces y frutos
Como vasos de sangre
Como piedras de abismo
Como ramas y frondas
De dulces vísceras
Los muertos tienen manos
Empapadas de angustia
Y gestos inclinados
En el sudario del viento
Los muertos llevan consigo
Un dolor insaciable
Esto es el país de las fosas
Señoras y señores
Este es el país de los aullidos
Este es el país de los niños en llamas
Este es el país de las mujeres martirizadas
Este es el país que ayer apenas existía
Y ahora no se sabe dónde quedó
Estamos perdidos entre bocanadas
De azufre maldito
Y fogatas arrasadoras
Estamos con los ojos abiertos
Y los ojos los tenemos llenos
De cristales punzantes
Estamos tratando de dar
Nuestras manos de vivos
A los muertos y a los desaparecidos
Pero se alejan y nos abandonan
Con un gesto de infinita lejanía
El pan se quema
Los rostros se queman arrancados
De la vida y no hay manos
Ni hay rostros
Ni hay país
Solamente hay una vibración
Tupida de lágrimas
Un largo grito
Donde nos hemos confundido
Los vivos y los muertos
Quien esto lea debe saber
Que fue lanzado al mar de humo
De las ciudades
Como una señal del espíritu roto
Quien esto lea debe saber también
Que a pesar de todo
Los muertos no se han ido
Ni los han hecho desaparecer
Que la magia de los muertos
Está en el amanecer y en la cuchara
En el pie y en los maizales
En los dibujos y en el río
Demos a esta magia
La plata templada
De la brisa
Entreguemos a los muertos
A nuestros muertos jóvenes
El pan del cielo
La espiga de las aguas
El esplendor de toda tristeza
La blancura de nuestra condena
El olvido del mundo
Y la memoria quebrantada
De todos los vivos
Ahora mejor callarse
Hermanos
Y abrir las manos y la mente
Para poder recoger del suelo maldito
Los corazones despedazados
De todos los que son
Y de todos
Los que han sido
David Huerta
2 de noviembre de 2014. Oaxaca
Por otro lado, durante el Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de México 2014, Jalal El Kakmaoui, poeta marroquí, dedicó uno de sus cinco poemas a los normalistas de Ayotzinapa. En ese mismo encuentro, la ganadora del Premio Internacional de Poesía Nuevo Siglo de Oro, Sujata Bhatt, también recordó que los 43 “deberían estar aquí entre nosotros”.
Durante este encuentro, autoridades de la Ciudad de México y poetas de todo el mundo no dejaron pasar la oportunidad demandar justicia y recordar que no debemos permitir que esto se repita.
Además, el cantautor Óscar Chávez, difundió en Youtube un poema escrito para los 43 normalistas, basado en el poema del autor turco Nazim Hikmet, y que dice lo siguiente:
“Todas las mañanas al alba, mi corazón, es fusilado en Tlatelolco. Todas las mañanas al alba, mi corazón, es fusilado en Tlatlaya. Todas las mañanas al alba, mi corazón, es fusilado en Ayotzinapa. Todas las mañanas al alba, mi corazón, es fusilado en México”.
Aquí también pueden encontrar más poemas dedicados a la causa.
La comunidad de jóvenes artistas ya se está organizando:
Si bien, es difícil lograr que la comunidad artística se una en un movimiento bien estructurado cuyas acciones se desprendan de asambleas organizadas, muchos jóvenes ya están dando el ejemplo y demostrando que la comunidad artística sí que puede construir propuestas y actuar consecuentemente. Están de inicio los estudiantes y maestros que decidieron que llevarían a cabo un paro activo de 48 horas en el CENART, a partir de hoy, 26 de noviembre.
Así se llenó la asamblea amplia de artistas de las escuelas del CENART por libertad y justicia. #YaMeCanse #Arte43 pic.twitter.com/qTwm7Vc8Jw
— Valeria Hamel (@valehamel) November 24, 2014
Es urgente que el frente artístico organice asambleas y acciones que apoyen al movimiento ciudadano que hoy exige que los 43 normalistas aparezcan con vida. El frente artístico, a diferencia de los demás, tiene la capacidad y responsabilidad de crear piezas que difundan y documenten esta injusticia a través de formatos que no solo denuncian sino que crean conciencia y sensibilizan al respecto.
Hoy, los artistas no pueden seguir trabajando individualmente a la hora de demandar un cambio, ellos también deben unirse en un grupo que grite las exigencias de todos, pero las haga más asequibles, urgentes y humanas a los ojos de la sociedad.
Faltan, desde luego, muchas manifestaciones artísticas aquí, si ustedes conocen alguna que se haya realizado o bien, quieren convocar a futuras acciones de arte por el caso Ayotzinapa, los invitamos a que las posteen en los comentarios.
#ARTE43
Por Luis Miguel Albarrán @Perturbator