A 20 años del levantamiento en armas del EZLN, el movimiento sigue causando discusiones, sin embargo, pocas veces se habla de lo que realmente ha logrado dentro de las comunidades marginadas del país: aquí les presentamos el funcionamiento de las comunidades zapatistas en Chiapas, los verdaderos frutos de la lucha.

Provenientes de una zona marginada y olvidada por el gobierno,  las comunidades zapatistas han trabajado durante 20 años para mejorar sus condiciones de vida y un ejemplo tangible de este trabajo son los Caracoles, que desgraciadamente, los medios mencionan poco. La frase ¡Ya basta! engloba el sentimiento del alzamiento armado que protagonizó el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional en enero de 1994, hace veinte años ya.

Mucho se ha discutido la validez del movimiento, el problema de la guerrilla o la figura de Marcos, sin embargo, basta con ver la forma de organización comunitaria que fundaron los zapatistas con Los Caracoles y entender la filosofía de democracia participativa con la que se rigen, para comprender fácilmente que la lucha sí ha tenido resultados benéficos. Hace un año hicimos un a reflexión histórica del movimiento, hoy en el vigésimo aniversario, queremos poner énfasis en el trabajo de la gente, así que haremos un breve recuento desde cómo se gestó el movimiento hasta las formas de organización que ahora prevalecen en 38 comunidades.

¿Cómo empezó todo?

Hace 30 años, en noviembre de 1983, las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN) y tres insurgentes indígenas hablantes del Chol, fundaron en la Selva Lacandona La Garrapata en el Chuncerro, el núcleo guerrillero del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

Permanecieron ocultos durante diez años hasta el 1 de enero de 1994, ese día, mientras el gobierno festejaba la entrada de México al Tratado de Libre Comercio con EUA y Canadá, un ejército indígena armado le declaró la guerra al gobierno mexicano: el Ejército Zapatista de Liberación Nacional apareció a la luz pública.

En la primera declaración de la selva lacandona, hicieron públicos sus motivos,  justificaron su decisión de levantarse en armas y apelaron al artículo 39 de la Consitución Mexicana para decir que el poder lo tiene el pueblo, quien tiene, en todo tiempo, el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno. El gobierno federal reaccionó dando instrucciones al ejército mexicano para perseguir a los zapatistas, quienes se replegaron en posiciones de montaña de manera ordenada, militarmente hablando; lo que refleja una preparación previa para estas situaciones.

En 2001, ya con el PRI fuera de Los Pinos, se aprobaron reformas constitucionales en materia de derechos indígenas. Sin embargo, la reforma excluyó varios de los elementos más importantes contenidos en los acuerdos de 1996.

Ante la negativa del Estado mexicano por reconocer la autonomía integral de los pueblos indígenas, los zapatistas se dieron a la tarea de construir autonomías de facto: espacios de autogobierno indígena donde el pueblo manda y el gobierno obedece e iniciaron así, las cinco regiones conocidas como Caracoles, en agosto de 2003.

Casi 9 años antes, el EZLN anunció que había tomado el control de 38 municipios. La toma se había realizado sin necesidad de enfrentamiento alguno. La población civil de estos municipios se dio a la tarea de elegir nuevas autoridades y renombrar, de acuerdo a sus creencias, usos y costumbres, a los municipios. Desde aquel entonces, los zapatistas informaron que los municipios tomados se regirían bajo la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, las Leyes Revolucionarias Zapatistas de 1993 y las leyes del propio municipio. Así nacieron los Municipios Rebeldes Autónomos Zapatistas (MAREZ), los MAREZ se gobiernan por sí mismos a través de consejos autónomos y el EZLN sólo da protección frente a ataques militares o paramilitares.

Sobre la figura de Marcos

Cuando la gente entienda que el EZLN no es Marcos, sabrá que todo valió la pena. Marcos debe su celebridad a su extraordinaria presencia en los medios de comunicación. Sin embargo, como el poder es rotativo, en febrero de este año, el ex subcomandante Marcos, le pasó la batuta del movimiento al subcomandante insurgente Moisés.

“No soy catequista, ni cura […] No estoy casado ni soy homosexual […]¡Soy un mito genial! Con estas palabras el subcomandante Marcos, del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, ofrecía una entrevista a cuatro periodistas, “en algún lugar de las montañas de Chiapas“.

Cuando bajamos de las montañas cargando nuestras mochilas, a nuestros muertos y a nuestra historia, venimos a la ciudad a buscar la patria. La patria que nos había olvidado en el último rincón del país; el rincón más solitario, el más pobre, el más sucio, el peor.

¿Por qué es necesario matar y morir para que pueda venir Ramona y puedan ustedes poner atención a lo que ella dice? ¿Por qué es necesario que Laura, Ana María, Irma, Elisa, Silvia y tantas y tantas mujeres indígenas hayan tenido que agarrar un arma, hacerse soldados, en lugar de hacerse doctoras, licenciadas, ingenieros, maestras?

¿Cuáles son los cinco Caracoles y qué han hecho?

Hace diez años, se formaron Los Caracoles y las Juntas de Buen Gobierno, mecanismos a través de los cuales el EZLN opera su autonomía, funcionan bajo tres principios: rotatividad, revocación de mandato y rendición de cuentas. Los Caracoles zapatistas son la organización regional que articula a los Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas.  Cada Caracol funciona como una especie de nodo: hacia adentro articula territorialmente a los MAREZ y comunidades, hacia afuera es el primer punto de encuentro entre sociedad civil y los zapatistas.

En cada Caracol hay escuelas, hospitales, cooperativas de textiles o café, lugares para hospedar a los visitantes nacionales o extranjeros, canchas de fútbol y/o basquetbol, centros de comunicación y las oficinas de la Junta de Buen Gobierno. Los zapatistas construyeron con sus propios medios, redes locales de escuelas alternativas al sistema oficial de educación pública. Los responsables de impartir educación en las escuelas zapatistas son jóvenes de las comunidades que se han capacitado para guiar a los alumnos. Los promotores no reciben salario, las comunidades se encargan de sostenerlos. También es la comunidad la que se encarga de aportar los materiales necesarios. Los promotores y las promotoras de salud tampoco tienen salario, sus gastos y los de las clínicas y lo hospitales también son absorbidos por las comunidades.

Los Caracoles zapatistas son el segundo paso en su lucha por la autonomía, las bases de apoyo zapatistas construyen poder popular y gobiernos autónomos fuera de la lógica del Estado y en general de toda la lógica política dominante: no es el poder del gobierno sobre el pueblo, sino el poder del pueblo sobre el gobierno.

Al mismo tiempo que exigían el reconocimiento de sus derechos, los zapatistas fueron articulando lo local con lo global, al incluir su lucha con las de otros pueblos y organizaciones nacionales e internacionales,

En las asambleas participan por igual hombres y mujeres. Los niños de entre 12 y 15 años pueden participar con voz en la asamblea, pero no tienen voto; aunque sí pueden participar como promotores de educación, de cultura o de salud. A partir de los 16 años todos y todas tienen voz, voto y son elegibles para integrar cualquier cargo en la comunidad, el municipio o en el Caracol.

Ningún miliciano del EZLN participa en el gobierno civil. Si alguien lo quiere hacer debe renunciar al EZLN. En las asambleas, nadie se auto postula. La postulación de cualquier hombre o mujer por otros integrantes de la comunidad es un reconocimiento a su trabajo en la comunidad, es una muestra de confianza hacia el o la postulada. Salvo la edad, no hay requisitos para ocupar cargo. En todos participan hombres y mujeres. En un ejercicio de reapropiación y reconstrucción del lenguaje de acuerdo al género, los y las zapatistas han feminizado algunos términos; por lo que se escuchan algunos  jóvena, agenta y comisariada.

Primer Caracol, “La Realidad”

En el caracol La Realidad existen, como en muchos otros, servicios como clínica hospitalaria, farmacia y almacenes de abarrotes. En la clínica hay un laboratorio, un ultrasonido , etcétera. Además de que los servicios cobran menos que en otros lados, si el caso no puede ser tratado ahí, se lleva al paciente al hospital de la zona.

La educación están encaminada a una formación que no sólo sea individual sino también colectiva, se busca que los niños crezcan y estén preparados para ocupar cualquiera de los puestos dentro de la comunidad, como ser promotores de educación, de salud, u ocupen cualquier otro puesto, además de que puedan colaborar en la junta del buen gobierno.

Los más particular de este caracol es que cuentan con el Banco Autónomo de Mujeres Zapatistas el cual se organizó para poder generar trabajos colectivos entre las mujeres. Se formó para crear fondos económicos y generar trabajos al interior de la autonomía zapatista, esto es interesante ya que hablamos de una capacidad de autogestión que permite cubrir necesidades específicas como lo es impulsar los negocios de las mujeres de la comunidad.

La Realidad fue el sitio a donde se fue a refugiar la comandancia zapatista después de la persecución del 9 de febrero de 1995, cuando el Ejército destruyó el llamado Aguascalientes de Guadalupe Tepeyac, es sede de la junta de Buen Gobierno Selva Fronteriza.

Segundo Caracol, “Resistencia y rebeldía por la humanidad”, Oventic

Oventic está conformado por los Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas San Andrés Sacamch’en de los Pobres, San Juan de la Libertad, San Pedro Polhó, Santa Catarina, Magdalena de la Paz, 16 de febrero y San Juan Apóstol Cancuc.

En este Caracol, la clínica Central la Guadalupana presta los servicios médicos a la comunidad y a todo aquel foráneo que necesite atención. La clínica cuenta con equipamiento dental, oftalmológico, ginecológico, y de urgencias, así como con cirugías programadas. Una ambulancia con llantas y tracción todo terreno se encuentra siempre lista para asistir las emergencias de la región. Así mismo, se promueve el uso de la medicina natural, que es desarrollada y estudiada por los miembros del sistema de salud de los caracoles.

En Oventic, el trabajo es colectivo. Los miembros de la comunidad se organizan en gremios y explotan juntos las tierras, animales y diversos recursos. La ganadería, el cultivo del plátano de la milpa y otros frutos, así como la apicultura no es extraña a la comunidad. No faltan las tiendas de abarrotes comunitarias.

El Caracol 2 destaca por sus 8 centro de agroecología en los que hacen desarrollos teóricos y prácticos en torno al terreno, la siembra, ecotecnias y desarrollo de tecnología para el aprovechamiento de la tierra.
Así mismo, la zona cuenta con 3 radios comunitarias, en las que se transmiten anuncios locales, música revolucionaria y tradicional. La radio tiene un papel fundamental en la lucha contra la “propaganda política engañosa del mal gobierno”, según explica uno de sus administradores.

152 escuela primarias conforman la base educativa del Caracol. También es posible obtener educación secundaria. Los chicos son preparados de tal forma que puedan servir también como promotores culturales de la zona.

Aquí conviven indígenas tzotziles y tzeltales. Oventik es una comunidad del municipio de San Andrés Larráinzar, rebautizada por los zapatistas como San Andrés Sacamchen de los pobres, en su cabecera se instaló la mesa de negociación con el gobierno federal, que quedó desmantelada en noviembre de 1996.

Tercer caracol, “Caracol resistencia hacia un nuevo amanecer”, La Garrucha

Las tierras en los caracoles son trabajadas de forma colectiva para obtener frutos que beneficien a toda la comunnidad. Compañeros de los distintos municipios que conforman el Caracol, pertenecientes unos a la Junta de Buen Gobierno, otros de la clínica de la organización autónoma y otros más que cumplen distintos roles dentro de la comunidad, se dan a la tarea de labrar y criar ganado en conjunto. Maestros, doctores, autoridades en turno: la tierra beneficia a todos los que ofrecen distintas labores para completar el ciclo de trabajo-beneficio al interior de un Caracol prácticamente auto sustentable.

Cuatro son los municipios dentro de la Garrucha chiapaneca: Flores Magón, Pancho Villa, Pancho Gómez y San Manuel.
Nadie sufre por falta de comida, “No hay ninguna dificultad con el maíz. Nosotros mismos lo cosechamos y se le da la parte que le toca a cada compa”, afirma un miembro de la comunidad. Lo mismo ocurre con el ganado, que no sólo es aprovechado al interior del Caracol, sino que puede ser vendido al exterior en caso de necesitar recursos monetarios.

La Garrucha cuenta también con tiendas colectivas de abarrotes administradas por la Junta de Buen Gobierno y la Comisión de Información en las que es posible conseguir los productos básicos. Las tiendas no sólo prestan servicio a los miembros de la comunidad. Existen también centros en los que se consiguen productos turísticos, pensados especialmente para los numeroso grupos que asisten continuamente a conocer las maravillas naturales de la zona y de paso, a llevarse una buena experiencia sobre la forma de organización zapatista en la región.

La Garrucha cuenta también con clínicas en las que se atiende entre otras cosas, la salud reproductiva de los pobladores, así como escuelas comunitarias en las que se imparten planes de estudio propios y en la que se impulsa la aplicación de los conocimientos para el beneficio de la comunidad.

Habitan indígenas tzeltales, es la sede de la Junta de Buen Gobierno Selva Tzeltal. La cabecera municipal de Ocosingo, uno de los municipios más grandes del país, fue el escenario de los más sangrientos enfrentamientos durante los primeros días de 1994.

Cuarto caracol, “Torbellino de nuestras palabras”, Morelia

Los ejes rectores de este caracol están en la administración comunitaria de la educación, la salud y los recursos naturales. En este caracol, las secundarias funcionan como sede de las Juntas del Buen Gobierno.

La clínica municipal del Salvador Corazón de Jesús es un ejemplo de la aplicación de la idea de Salud Autónoma. Autónoma no sólo en cuanto a administración política y social sino también en lo relacionado a los medicamentos, los cuales, en su mayoría, no son fabricados por farmacéuticas sino que están hechos con hierbas y elementos naturales recomendados por “los abuelos“.

Existe el apoyo de doctores solidarios que proveen de medicamentos o ayudan en la administración de la salud. Así, este caracol muestra una administración justa y sensata de la salud y los conocimientos relacionados con la medicina, pues no se le niegan a nadie.

El trabajo no tiene una visión individualista de superación personal como en las ciudades. La administración de los recursos naturales y monetarios, entonces, están en fusión siempre de la comunidad y no del enriquecimiento propio, pues la asamblea entera decide a qué se destinan los recursos.

Aquí viven zapatistas tzeltales, tzotziles y tojolabales; ahí está la sede de la Junta de Buen Gobierno Tzots Choj. Morelia fue uno de los ejidos que más sufrieron la represión de los primeros días de enfrentamientos bélicos.

Quinto caracol, “Caracol que habla para todos”, Roberto Barrios

Este caracol es ganadero, cafetalero y apicultor por excelencia, los puestos de trabajo se turnan entre los miembros del caracol.

La producción de café está bien supervisada por agrónomos, y su buena maquinación les ha permitido exportarlo a cuatro países. La administración de los recursos y su vigilancia es labor de todos.

La educación en este caracol, también está dirigida a que los jóvenes aprendan a ser útiles para su comunidad y así poder retribuir la educación que les han dado, así, la circulación de los saberes es justa y constructiva.

Existe también una clínica dental en este caracol en donde se fabrican prótesis dentales.  El quinto Caracol es el lugar de origen de choles, zoques y tzeltales; ahí opera la Junta de Buen Gobierno Zona Norte de Chiapas.

De esta forma, los Caracoles y las JBG representan también una ruptura con esa visión de los movimientos revolucionarios del siglo XX que pretendían tomar el poder para luego cambiar el mundo. En lugar de esto, los pueblos rebeldes construyen una alternativa realista y autosustentable, desde abajo (en lo micro), a la forma de gobierno establecida.

Siempre, a la hora de discutir un movimiento, se debe volver la mirada a sus resultados de facto; el EZLN no sólo representa la importantísima discusión de la justicia para los más vulnerables, sino que ha demostrado que la lucha de las ideas, debe estar acompañada de la lucha constructiva en el mundo real, en contra de caducas instituciones y dinámicas económicas.

Otro mundo es posible y urgente.

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