El que esté libre de dormir con el celular a un lado que arroje la primera piedra…

¿Tienes problemas para dormir? La solución podría ser muy simple: no te lleves el celular al dormitorio. Sí, dicho así suena muy sencillo, el problema es lograrlo. Y es que de acuerdo a la oficina de comunicación británica OFCOM, ocho de cada diez personas acostumbran a tener el celular muy cerca a la hora de dormir y la mitad también lo usa como despertador.

Esto hace que los expertos estén preocupados por el efecto negativo que dicha costumbre tiene, que nos perturba el sueño y hace insuficiente nuestro descanso. Además provoca insomnio y otros trastornos.

La luz azul

De acuerdo al doctor Guy Meadows, especialista en insomnio de The Sleep School de Londres, la mayoría de las personas duerme mucho mejor si sus habitaciones se encuentran libres de smartphones. De hecho, él lo deja en su cocina, o eso dice.

El problema principal al dormir cerca del celular es la luz brillante que éste emite en la pantalla. Para el doctor Charles Czeisler, profesor de medicina del sueño de la Universidad de Harvard, estos destellos interfieren con el ritmo natural del cuerpo, pues la luz estimula las células de nuestras retinas y nuestro cerebro recibe el mensaje de que ya es de día.

Sabemos que toda luz artificial (como los focos) inhibe la liberación de melatonina, que es una hormona que nos mantiene despiertos más tiempo, pero la luz de los teléfonos celulares tienen un efecto aún mayor. Lo anterior se explica porque la luz emitida por las tabletas electrónicas y smartphones están conformada por distintos colores, principalmente el azul, color que tiene un efecto más estimulante en el cerebro.

“Sabemos que debido a un pigmento llamado melanopsina, las células de la retina son más sensibles a la luz azul”, afirma Debra Skene, profesora en neuroendocrinólogia por la University of Surrey.

Por lo mismo, revisar o leer algo en una tableta o teléfono antes de irnos a la cama hace más complicado que podamos conciliar el sueño, cosa que no ocurre, por ejemplo, si leemos un libro. Por eso, otra recomendación de los expertos es no estar cerca de la pantalla de ningún gadget entre dos y tres horas antes de dormir.

Para los que se preguntan qué onda con la televisión, no se preocupen, si bien su pantalla también emite luz azul, al no estar la pantalla tan cerca de nuestros ojos el efecto disminuye. (Mejor échense un round con su novia y así hasta duermen más pronto, o si son solos, pues apliquen “la mano amiga”).

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Incluso las alertas de mensajes o menciones en redes sociales pueden afectarnos. Un estudio realizado por la Universidad de Standford en el 2011, probó el efecto que tiene la luz en la noche. Los participantes fueron expuestos cada hora a pulsos de luz que duraban dos milisegundos, lo cual los puso en estado de alerta.

Un rasgo evolutivo que tenemos al quedarnos dormidos es tener breves momentos en los que despertamos (esto para evitar que hace miles de años atrás algún animal nos comiera), si en esos momentos de vigilia breve recibimos cualquier estimulo sonoro o luminoso, nuestro cerebro puede despertar de su subconsciente.

Otra de las costumbres que tenemos es revisar nuestros teléfonos cuando no podemos dormir, pero esto sólo hace que despertemos aún más, provocando así un círculo vicioso. Y es que la tentación de tener el teléfono junto y revisar si tenemos notificaciones nuevas hace que varias veces chequemos estos aparatejos.

Las ondas electromagnéticas

Si bien los celulares y sus ondas de radio no tienen energía suficiente para cambiar la estructura de los átomos del cuerpo y provocar daño, esta radiación sí puede alterar la actividad eléctrica del cerebro durante el sueño. Un estudio realizado en el 2008 demostró que las personas expuestas a la radiación producida por un smartphone tardan en promedio 6 minutos más en alcanzar un sueño profundo y permanecen en ese estado ocho minutos menos que quienes no tienen esos estímulos.

Quienes sufren electrosensibilidad reportan padecimientos como náuseas, mareos, dolores de cabeza y zumbido de oídos a causa de fuentes electromagnéticas como el Wi-Fi. Sin embargo, aún hay muchos investigadores que se muestran escépticos respecto a este punto y aseguran que estos síntomas no se pueden atribuir a la contaminación electromagnética.

De cualquier manera estos datos en conjunto nos sugieren que lo mejor es dejar el teléfono fuera del dormitorio si lo que queremos es descansar. El reto está ahí, ¿quién se avienta a ser el primero en intentarlo?

*** Vía DailyMail
*** Imagen Flickr (Tracey R.) , (The Lost Wenderer).

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