Aunque unos apenas saben “ler” y los funcionarios de alto nivel llegan a sus cargos para medio aprender de qué va a la chamba, el titular de la Secretaría de Educación Pública, Aurelio Nuño, presumió que ya estamos en vías de ser una nación libre de analfabetismo.
Según el de la SEP, el honor nos lo otorgará la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) la cual en estos momentos nos tiene con cinco puntos, en sus estándares de analfabetismo. Pero ya mero llegamos a cuatro; es decir, ya la libramos. Esto pese a que, de acuerdo con el Informe de Seguimiento de la ‘Educación para Todos (EPT)’ en el Mundo, Cuba fue el único país en la región de América Latina y el Caribe, que consiguió cubrir los objetivos… uno de ellos, lograr una reducción del 50% de los niveles de analfabetismo de la población adulta.
Para la Unesco, inicialmente, un analfabeta es aquella persona que “no posee las competencias que le permiten leer y escribir un texto sencillo en su vida diaria”. Pero el concepto se ha modificado, permitiendo usar el de “analfabeta funcional”, que es cuando alguien sabe leer, escribir y hasta hacer cálculos… pero pues nomás no ocupa sus poderes de forma eficiente en la vida diaria.
“En todo el mundo se han registrado avances impresionantes hacia la consecución de la Educación para Todos y a pesar de que no se hayan alcanzado todos sus objetivos en el año límite establecido, 2015, sí se ha logrado que ingresen en la escuela primaria muchos más millones de niños que los que se habrían escolarizado si hubieran persistido las tendencias predominantes en el decenio de 1990”, señala la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova.
En el resumen de los objetivos alcanzados no aparece México como país que haya hecho algún esfuerzo destacado. Bueno, salvo el primer punto, al lograr que la tasa bruta de matrícula en la enseñanza preescolar alcanzara un índice del 80% o más. De ahí en fuera, nada que ver con la reducción del nivel de analfabetismo.
Entre los objetivos destacan los siguientes puntos:
- Extender y mejorar la atención y educación de la primera infancia.
- Lograr la universalización de la enseñanza primaria.
- Garantizar que los jóvenes y adultos tengan iguales oportunidades de acceso al aprendizaje y la adquisición de competencias para la vida diaria.
- Suprimir la disparidad entre los sexos y lograr la igualdad entre ellos en la educación.
- Mejorar la calidad de la educación para todos y obtener resultados de aprendizaje mensurables.
- Lograr en 2015 una reducción del 50% de los niveles de analfabetismo de la población adulta.
Pero bueno, vamos a darle al flamante secretario de Educación el beneficio de su acceso a datos duros y creer que sí, ya vamos en camino a ser una nación libre de analfabetismo. ¿Qué implicaría esto? De acuerdo con la Revista de Educación y Cultura, una población alfabetizada estaría mejor posibilitada para insertarse en la vida productiva, social, cultural y política del país. Pero raro, en el artículo “Geografía del Analfabetismo en México y sus implicaciones” (publicado en 2014) tampoco se tienen buenos augurios al respecto:
“De acuerdo a las ‘Estimaciones del Rezago Educativo al 31 de diciembre de 2012’ que dio a conocer el INEA, de una población de alrededor de 84 millones de personas que tienen 15 años o más, 6% es analfabeta. La cifra parece relativamente pequeña, pero suman poco más de 5 millones de personas’.
En fin… quizás se les pasaron los datos con los que cuenta Nuño, quien además presumió que pronto México será una nación bilingüe. ¿Cómo? Gracias a un programa de inglés que está por aplicarse en las escuelas normales: “En seis años tendremos la primera generación de normalistas en todo el país que sean bilingües, porque el programa se va a concentrar en que la enseñanza del inglés sea una parte fundamental en las normales del país”… Ya con profesores políglotas, se espera que tomará 20 años para que todo el país domine la lengua de Shakespeare.
Uhhh, pero justo cuando ya debemos de aprender mandarín.