Toda la semana pasada estuvimos esperando que sucediera lo que hoy se hizo realidad, el dólar rebasó el máximo histórico y se situó hasta en $17.18, esto encendió la señal de alarma en las redes sociales porque nos pone a temblar al recordar aquella terrible devaluación de 1994.

Si bien apenas hace unos días mientras corría la carrera organizada por el Estado Mayor Presidencial Enrique Peña Nieto dijo que no había nada de qué preocuparse, que de hecho una pequeña devaluación hacía a México más atractivo para el sector turístico, no deja de preocuparnos el alza de precios que viene después de cualquier subida del dólar.

Lo primero que debemos tener presente es que estamos frente a una devaluación económica, nos guste o no nos guste, se llama devaluación y tendrá efectos negativos en nuestro poder adquisitivo. Tan sólo en este año el dólar aumentó su precio en 4 pesos.

¿Qué es una devaluación?

Una devaluación puede explicarse como los cambios en la atracción que tienen los inversionistas extranjeros de comprar pesos mexicanos con el fin de llevar a cabo operaciones comerciales y financieras relacionadas con nuestra economía. Es decir, a mayor demanda de pesos mexicanos, mayor estabilidad, cuando esa demanda baja, tenemos una gran oferta, más pesos mexicanos que los inversionistas no quieren comprar porque están interesados por otras monedas, por ejemplo el dólar, entonces tenemos que depreciar nuestra moneda para hacerla más atractiva, devaluarla.

¿Qué está causando esta devaluación?

1.- El Producto Interno Bruto tan sólo ha crecido 0.5% en el segundo trimestre del año.
2.- La falta de incentivos hacia el sector productivo han provocado una baja en en la producción y por ende en las exportaciones. La industria manufacturera, minería y servicios presentan una tendencia negativa.
3.- La baja en los precios del petróleo, nuestro país tiene una economía petrolizada, y la venta de barril ha alcanzado su precio más bajo de 40.20 dólares.

Sin embargo, existe una causa de esta devaluación que quizá es la más peligrosa y preocupante, porque corresponde a uno de los elementos que estuvo presente en la devaluación de 1994, el aumento de las tasas de interés en Estado Unidos. En aquella ocasión, la estabilidad del peso durante todo el sexenio de Carlos Salinas había tenido que ver en mucho con la baja de las tasas de interés de nuestro vecino del norte. En aquella ocasión todo cambió, como ahora, por la promesa de que estas subirían y el peso comenzó a caer.

Apenas el 29 de julio pasado la Reserva Federal estadounidense anunció que se encontraban ante indicadores económicos tan confiables que se sugería una estrategia de fondeo a través del aumento de las tasas de interés, y aunque es una decisión aún no tomada, el anuncio generó una gran expectativa para los inversionistas.

El aumento de las tasas de interés se tiene previsto para el mes de septiembre y seguramente en estos días estará a prueba la pericia del gobierno mexicano para enfrentar una devaluación que, como en 1994, puede convertirse en una terrible crisis.

Jesús Rivero Casas
Analista político

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