En 2017 el presidente Donald Trump anunció la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París —convenio suscrito por más de 190 países con el objetivo de combatir los efectos del cambio climático—, bajo el pretexto de que debía “proteger” a los y las estadunidenses. Sin embargo, la salida del gabacho se tardó un buen por varias cláusulas y hasta el 4 de noviembre fue una realidad.
Sí, en medio de las elecciones presidenciales —un día clave para Estados Unidos—, se hizo oficial la ruptura del compromiso que adquirió este país con las políticas para combatir el cambio climático y sus efectos negativos para el medio ambiente.
De esta manera, Estados Unidos se unió al grupo de Irán, Irak, Libia, Sudán, Turquía y Yemen, naciones que no se han suscrito al Acuerdo de París pero que no tienen el mismo impacto —en sus actividades industriales y generación de gases de efecto invernadero— como el gabacho.
Acuerdo de París
La importancia del Acuerdo de París radica en que más de 190 países firmaron un compromiso para mantener bajos niveles en la generación de gases de efecto invernadero —generalmente producidos por la actividad del ser humano en cuanto a la producción industrial.
Este acuerdo es más o menos joven y surgió con el compromiso para combatir el cambio climático, acelerar e intensificar las acciones para “un futuro sostenible” precisamente con bajas emisiones de carbono. El punto es mantener el aumento de la temperatura a nivel mundial por debajo de los 2 grados centígrados, “por encima de los niveles preindustriales” y limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados.
Y va de nuez, su importancia está en que es un acuerdo que cuenta con el compromiso internacional para evitar que todo se vaya al traste en un futuro cercano. Sin embargo…
Estados Unidos sale del Acuerdo de París
Junto con China, Estados Unidos es uno de los países con mayor emisión de gases de efecto invernadero. Además, en su figura como integrante del acuerdo debía tirar paro a los países en vías de desarrollo para hacer frente a las consecuencias del cambio climático y regular su actividad industrial, ya que esta nación genera casi el 14% de los gases de efecto invernadero en el mundo, de acuerdo con El País.
Pero en varias ocasiones, Donald Trump se ha desafanado de esta responsabilidad, dudando del cambio climático y sus efectos. Al final, para evitar cualquier compromiso con los objetivos del Acuerdo de París, en 2017 el presidente anunció su salida.
Ahora, con las elecciones de 2020 queda la incertidumbre de qué pasará con Estados Unidos, pues el candidato del Partido Demócrata Joe Biden prometió que de llegar a la Casa Blanca, una de las cosas que hará será regresar al gabacho a este acuerdo importantísimo para todos y todas.
Por lo pronto, Estados Unidos podrá seguir echándole un ojo al Acuerdo de París —porque esta nación es parte de la ONU (Organización de las Naciones Unidas)— pero ya no estará obligado a cumplir con los objetivos.