El diario inglés The Guardian ha dado a conocer una orden judicial hasta ahora secreta, que le permite a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos solicitar información de las llamadas telefónicas que se hagan o reciban en el país. En otras palabras, un espionaje a nivel masivo.
De acuerdo con el informe, la orden da autorización para monitorear la actividad durante un lapso de tres meses, desde el 25 abril y hasta el próximo 19 de julio. Por el momento, afectando únicamente a los números de la operadora Verizon, los cuales se cuentan en decenas de millones.
Se sabe que la intervención telefónica de la NSA abarca todos los metadatos de las llamadas locales e internacionales, lo que incluye el número desde el que se llama, los teléfonos marcados y la duración de las conversaciones.
Luego de darse a conocer esta situación, la Casa Blanca publicó una declaración en la que justificaban lo hecho por la NSA como “una herramienta clave para proteger a la nación de amenazas terroristas”. No se ha confirmado si la orden ha tenido que ver con el incidente de Boston ocurrido el pasado 15 de abril, aunque la respuesta parece obvia.
Si bien es cierto que en ocasiones los gobiernos realizan este tipo de disposiciones cuando se trata de temas de seguridad nacional, las dimensiones de lo que el gobierno de Obama ha hecho es prácticamente inimaginable, considerando la enorme cantidad de datos que se registran pasando por alto la privacidad de los ciudadanos. Todo sea por mantener intacto el sueño americano.