La semana pasada dos empleados de la Casa Blanca se separaron de sus cargos por denuncias de maltrato en su contra.
El primero en irse fue Rob Porter, secretario de personal de la Casa Blanca, acusado por sus dos exesposas de maltrato físico y psicológico. Ese caso se convirtió en un escándalo porque supuestamente el jefe de gabinete, John Kelly, y otros altos funcionarios conocían desde antes las acusaciones contra Porter.
El segundo fue David Sorensen, redactor de discursos en la Casa Blanca, quien dejó su puesto después de que su exesposa lo acusara de maltrato físico y psicológico durante dos años y medio de matrimonio.
Después de eso Donald Trump, presidente de Estados Unidos, publicó un polémico tweet que todavía no se sabe si está relacionado con lo ocurrido…. pero es evidente.
“Las vidas de las personas están siendo destrozadas y destruidas por una simple acusación.Algunos son verdaderos y otros son falsos. Algunos son viejos y otros son nuevos. No hay recuperación para alguien acusado falsamente: la vida y la carrera se han ido. ¿Ya no existe el debido proceso?”
Peoples lives are being shattered and destroyed by a mere allegation. Some are true and some are false. Some are old and some are new. There is no recovery for someone falsely accused – life and career are gone. Is there no such thing any longer as Due Process?
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 10 de febrero de 2018
Es por eso que Rex Tillerson, secretario de Estado de Estados Unidos, anunció desde El Cairo que todos los empleados del Departamento de Estado acudirán a capacitaciones obligatorias, a ser completadas el 1 de junio, sobre el acoso sexual.
Agregó que los empleados deben intervenir si son testigos de acoso sexual ya que el respeto mutuo es un valor clave en el Departamento de Estado.
Tan sólo en noviembre de 2017, unas 200 mujeres que trabajaban en la seguridad nacional, incluido el Departamento de Estado, firmaron una carta en la que decían que las políticas de acoso sexual eran débiles y, a menudo, no se aplicaban.