Fue en 1922 que el periodista Rafael Alducín propuso, inspirado en la tradición estadounidense, festejar el 10 de mayo como el Día de las Madres en México, pues, según el periodista:

“no hay sacrificio suficientemente grande para el corazón de una madre… ; no hay manera de poder aquilatar con certeza la profundidad y alcance del amor materno”

Con esta cita podemos entender que para los mexicanos (y para el mundo entero) las madres hacen sacrificios, pero ¿es necesario que lo hagan? ¿Por qué deben sacrificarse, por qué no es el mundo el que cambia para que no tengan que hacerlo?

El no tan noble origen de este día en México

Según la investigadora especializada en Ciencias Sociales y Estudios de Género, Marta Acevedo, el origen de esta fecha en México es mucho más oscuro de lo que esperaríamos:

Acevedo asegura que esta iniciativa fue en realidad una reacción a un movimiento feminista que se estaba gestando en Yucatán, entonces con la gubernatura de Felipe Carrillo Puerto.

En Yucatán se empezaron a organizar desde 1916 grupos interesados en la planificación familiar que habían logrado tener una oficina estatal para este propósito. Se apoyaba la maternidad como una opción y no como una obligación (pues las mujeres pueden o no tener hijos, no es algo que las caracterice, es algo que ellas deciden).

Además se daban conferencias sobre profilaxis, enfermedades venéreas, temas jurídicos y se discutían los beneficios del amor libre sobre el matrimonio convencional.

Aunque no se puede establecer una relación directa, fuera de la temporal, entre los dos hechos, los artículos del periodista atacaban directamente “las ideas extranjeras que quieren acabar con la moral del país” y exaltaban la maternidad como un ideal (es decir, imponían la maternidad sobre la libre autodeterminación de las mujeres).

Con esta perspectiva se daban por ejemplo premios a “la madre más prolífica” (la que tenía más hijos). Dicha práctica continuó hasta principios de los setentas cuando el gobierno lanzó las primeras campañas de planificación familiar (como que se dieron cuenta de que no era tan buena idea tener hijos sin planearlos).

Ésta no es la Virgen María, es el monumento a la Madre en la Ciudad de México

Aunque en México podría tener este origen tan polémico (implantar en la población la idea de que las mujeres deben tener hijos y hacerse cargo de ellos, exculpando, en la práctica, cualquier responsabilidad del varón), el Día de la Madre, como tal, tiene un origen noble: recordar a la gente que allá afuera hay mujeres que deben salir a trabajar y, además, se hacen cargo de su casa y de sus hijos (un doble trabajo).

Origen en Estados Unidos

Fue la activista Ana María Reeves Jarvis la que ayudó a instaurar este día (que allá se celebra la segunda semana de mayo). Reeves Jarvis fue una gran activista del siglo XIX que promovió durante su vida cuestiones de salud y de seguridad social de las mujeres trabajadoras. Durante la guerra de secesión organizó grupos de mujeres para atender a los heridos del conflicto bélico de ambos lados de las trincheras.

Al terminar la guerra se mostró muy activa promoviendo un día para conmemorar el trabajo de las mujeres, particularmente de las madres trabajadoras, reconociendo el esfuerzo de ellas, que al tiempo que debían crecer y cuidar de su familia, tenían que trabajar por muy distintas necesidades.

Las madres trabajadoras: ¡Queremos pan y rosas!

El Día de la Madre es importante porque hay que recordar que por el machismo las mujeres siempre han tenido que cargar con los hijos, además que por las circunstancias del mundo han tenido que salir a buscar el pan.

Las actividades de la creadora de este día, Reeves Jarvis, y su hija (quien ayudó a instaurar definitivamente el día) se realizaron a la par de varias protestas por parte de trabajadoras que eran explotadas en varias industrias, como la textil.

La primera década del siglo XX comenzó con una ola de huelgas en Estados Unidos. Las jornadas interminables, los salarios miserables y las condiciones inhumanas de trabajo arrojaban a miles a la huelga.

En 1908 las obreras del vestido de Chicago hicieron una larga campaña por la reducción de la jornada laboral (que duraba hasta 12 horas al día) y la mejora de condiciones de trabajo. El año siguiente, en 1909, Nueva York vio la primera acción obrera de gran magnitud de la historia de la ciudad, a manos de las “niñas” que no llegaban a los 20 años de edad, lideradas por Clara Lechmil (tenía 23 años)

Tal vez una de las huelgas más importantes fue la de Lawrence en 1912, que tuvo gran represión por parte de las autoridades (lo que hizo que hijos de trabajadoras y niños obreros tuvieran que salir de la ciudad en lo que el movimiento social se gestaba).

Aquí vemos a los niños en Nueva York

Pero luego de mítines, organización, duros golpes (muchas obreras sufrieron la severidad de los empresarios y fueron despedidas o vieron su miserable sueldo reducido) y una gran difusión, la firmeza de las obreras, y el miedo a que se extendiera la huelga, hizo ceder a los empresarios.

Una caricatura que aparece en un periódico local que muestra el enfrentamiento entre la policía y las madres con sus hijos en la estación de tren

Al final, los empresarios aceptaron la jornada laboral reducida y el aumento de los salarios. Después de una larga lucha, durante casi todo el invierno, el 12 marzo la huelga de “Pan y Rosas” culmina con una de las primeras victorias del movimiento obrero en Estados Unidos.

La huelga tenía el nombre de “Pan y Rosas” porque las obreras demandaban el pan (un sustento digno) y además las rosas (la organización de los obreros estadounidenses requerían la participación femenina, de ahí que crearan guarderías y comederos, cosas que después se demandaron como un derecho para las trabajadoras).

La importancia del Día de la Madre

Hoy le recordamos a nuestras madres cuánto las queremos, pero también hay que recordar que si nuestras madres se “sacrifican” es por el mundo adverso en el que han tenido que sobrevivir.

Las mujeres, tanto las que deciden ser madres como las que no, han tenido que realizar una gran lucha tanto en el hogar, (pues aún hay mucha gente que no entiende que la casa es responsabilidad de todos no sólo de ellas), como en las calles, ya que aún son muchos los lugares que no atienden las necesidades de las obreras.

Las madres del mundo entero se sacrifican y es nuestra responsabilidad (y sobre todo la de políticos y empresarios) que ya no lo tengan que hacer.

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