En una decisión que sorprende a más de uno, el país ibérico aprobó el día de hoy una reforma restrictiva de la ley de aborto. Así, han eliminado la actual legislación que permite la interrupción libre y voluntaria del embarazo en las primeras 14 semanas y hasta 22 en caso de malformaciones en el feto.
¿Entonces está prohibido el aborto? Pues no, como en las legislaciones más medianas se podrá abortar si el embarazo implica daño físico o psíquico a la madre o si el embarazo es el resultado de una violación o al feto se le diagnostica una «patología incompatible con la vida».
Entonces, en vez de ser un derecho de decisión, la reforma vuelve a una regulación con base en supuestos, por ejemplo, que el embarazo sea producto de una violación.
En el caso del aborto por daño a la madre, el aborto podrá realizarse hasta la semana 22 de embarazo, en caso de violación se podrá hacer hasta la semana 12 y sólo si hay una denuncia previa del delito sexual.
En España se había despenalizado el aborto en 1985 y fue impulsado por el gobierno de izquierda de Felipe González, y contemplaba el caso de violación, malformaciones y riesgo para la madre. Diez años después se amplió para permitir la interrupción voluntaria del embarazo cuando supusiese en la mujer un conflicto personal, familiar o social.
Fue en el gobierno de Zapatero cuando el aborto libre se fijó posible hasta la semana 14 de gestación, y hasta la 22 en caso de riesgos a la vida de la mujer o malformaciones en el feto.
Pero es ahora, en la administración de Rajoy (centro derecha) que se regresa a los términos de 1985.
Se subrayó que se trata de una norma que pretende seguir una sentencia del Tribunal Constitucional que, en 1985, fijó su doctrina para respetar los derechos de la mujer y del feto, lo cual es muy problemático, porque se reconoce al feto como sujeto de derecho mucho antes de que se le forme, si quiera, el Sistema Nervioso Central.
Según Gallardón, los socialistas rompieron con esa doctrina en el 2010 de manera unilateral.
El gobierno prohibirá también la publicidad de las clínicas de aborto. Además los doctores se podrán negar a practicar un aborto si no quieren hacerlo:
«los profesionales sanitarios directamente implicados en la interrupción voluntaria del embarazo tendrán el derecho de ejercer la objeción de conciencia, sin que el acceso y la calidad asistencial de la prestación puedan resultar menoscabados»
Además, las menores deberán contar con el permiso paterno para poder abortar.
De esta manera, según el diario español El País, España se aleja en de sus vecinos europeos, pues en la mayoría de los países de la Unión Europea la legislación es parecida a la que acaba de anular el gobierno español.
Partidos de opción y asociaciones feministas han anunciado que harán bandera del rechazo a este proyecto de ley durante los próximos meses. El principal argumento es que la prohibición del aborto no disminuye el número de personas que abortan, sólo aumenta el número de abortos inseguros hechos en la clandestinidad.
Pero los que, a sí mismos se llaman, pro vida, también protestarán, ellos porque no haya aborto en ningún caso (así es, ni en caso de violación).
En fin, España será una locura los siguientes días en los que se decide en qué terminará este polémico movimiento del gobierno de Rajoy.
