Aunque llegan semanalmente tres aviones fletados desde Estados Unidos con connacionales deportados, los tiempos que se viven demandaban que EPN se diera un tiempecito para sacarse la foto. Y aquí la tienen.
Un grupo de 135 mexicanos que fueron retachados de Estados Unidos fue recibido ayer por nada menos que el presidente Enrique Peña Nieto. En un acto de lo más inesperado, el mandatario se lanzó al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) para esperar la llegada del vuelo que forma parte del programa de repatriación que desde hace dos años está en marcha.
‘‘No están solos, no se sientan abandonados. Siempre estarán abiertas las puertas de ésta su casa’’, fueron las palabras con las que EPN dio la bienvenida a los connacionales, muchos de los cuales no aguantaron la emoción y rompieron en llanto.
Como era de esperarse, el Ejecutivo hizo mención de los tiempos que se viven con la llegada de Trump a la Casa Blanca. Claro, no es que la llegada de estos migrantes tenga que ver (de hecho desde la era Obama ya existían este tipo de deportaciones), sin embargo, el momento lo ameritaba:
“Estamos redefiniendo cómo nos vamos a entender con las nuevas autoridades de Estados Unidos, con la nueva política que el presidente (de ese país) está queriendo emprender en materia de política exterior’’, explicó.
¿Apenas?
Aunque desde hace meses el ahora presidente Trump viene amenazando con su pesada política contra México, parece que aún no les cae el veinte a nuestras autoridades. Hace unos días el secretario de relaciones exteriores, Luis Videgaray, se lanzó a Estados Unidos sin un plan establecido. Y bueno, sabemos cómo le fue: regresó con decreto de construcción del muro fronterizo y con el TLC pendiendo de un hilo. Ahora, ya sin tantos reflectores encima, vuelve a lanzarse a Washington para mantener reuniones a puerta cerrada con miembros del equipo de Trump, según fuentes extraoficiales.