Ahora que se ha ventilado la vigilancia extrema que los Estados Unidos ejerce sobre muchos países –incluido el nuestro- los gobiernos han solicitado sus respectivas explicaciones, pero nada más.

“¡¿Cómo que me espiabas?! -pues sí- ah, ok, no hay bronca”

Así parece ser el diálogo entre los gobiernos estadunidense y mexicano, ya que, aunque se ha exigido una rendición de cuentas a los gringos sobre un presunto espionaje con el que extrajo información sobre las acciones que se han hecho (o dejado de hacer) respecto al narcotráfico y a los asuntos energéticos, pues nada más lo que se quiere es hacer saber que eso no es de cuates y sí nos molesta… total, ¿qué no hay confianza? tan fácil que hubiera sido pedirlas (sin albur).

Aquí las palabras del presidente sobre el asunto:

“Hemos pedido, a través de la Cancillería que haya un informe a todas estas especulaciones y a todos estos temas que han surgido en prensa, que haya una explicación de parte del gobierno sobre este tema en particular, que haya una explicación que esclarezca estos señalamientos o estas afirmaciones que se han hecho de un eventual espionaje, y que queremos conocer, si es tal, resulta completamente inaceptable”.

Pero bueno, en caso de que Estados Unidos diga “sí, te espié ¿y qué?”, el gobierno encabezado por Enrique Peña Nieto no tiene planteada alguna acción “agresiva” al respecto: “en este momento no hay una condición que altere el clima de respeto y de cordialidad que hemos establecido con el gobierno de Estados Unidos (…) Lo que necesitamos es seguir fijando objetivos, dentro de la relación que permita generar beneficios y desarrollo”, simplemente EPN se limitará a “exigir” a los norteamericanos el cese definitivo de actividades de espionaje… y vamos a esperar que obedezcan.

Lo anterior de acuerdo a la cuidadosa redacción que realizaron los legisladores que integran la Segunda Comisión Permanente, en la que pidieron que el Ejecutivo diga algo sobre el espionaje denunciado por el ex agente de la Agencia de Seguridad Nacional, Edward Snowden.

¿Una actitud timorata?

Pues al parecer el presidente sólo hasta ahora se pronunció al respecto y eso porque senadores lo echaron al ruedo: “Yo no sé por qué México quiere que su política exterior siga siendo apéndice de Estados Unidos, por qué no verdaderamente ejercemos nuestra autonomía como país, con la defensa de nuestros ciudadanos”, comentó la diputada perredista Lizeth Rosas.

Ya ves Snowden, ¿para qué andas de amarra navajas?

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