En contexto del asesinato de dos sacerdotes jesuitas en una iglesia de la Sierra Tarahumara y pese a que AMLO ha asegurado que su gobierno no es distante del discurso de paz del papa Francisco, la Conferencia del Episcopado Mexicano convocó a una jornada de oraciones que resumió en cuatro puntos.
Se trata de la Jornada de Oración por la Paz para manifestarse contra la violencia y, además, recordar a las víctimas que han muerto por feminicidios, homicidios dolosos u otro hecho violento.
Iglesia se organiza contra la violencia
“Los asesinatos y desapariciones que diariamente se cometen en el país son un llamado de Dios a unirnos para pedir la Paz”.
Así, de esta manera, la Conferencia del Episcopado —integrada por los obispos de México— junto con la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús y la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México publicaron un comunicado la tarde del 4 de julio para invitar a la gente religiosa que se sume a esta jornada por la paz y contra la violencia.
Básicamente se trata de cuatro acciones concretas:
El 10 de julio dedicar las misas a la memoria de los sacerdotes y religiosas que han sido asesinadas en todo el país.
Dedicar las misas del mes de julio a todas las personas víctimas de la violencia.
Dedicar la eucaristía del 31 de julio a las víctimas de la violencia.
Y que cada parroquia o diócesis defina acciones para expresas su indignación por la violencia y recordar a las víctimas.
El mensaje de la Iglesia también va en contexto del enviado por el papa Francisco tras el asesinato de los dos sacerdotes jesuitas en Chihuahua. Mientras que AMLO asegura que la estrategia de no confrontación ayuda a no generar más violencia, como sucedió en sexenios anteriores, además de advertir que estos mensajes pueden ser usados por la banda conservadora para pegarle a su gobierno.