Es un clásico: estás en esos momentos importantes de la chamba y llamas la atención… aunque no de la mejor forma.
Tenía todo preparado: el personaje a entrevistar, una bella vista, ropa adecuada y su lista de preguntas… quizá sólo a esta reportera holandesa le faltó ensayar su entrada, ya que pese a presentar al alcalde de Kampen correctamente, justo cuando comenzaba el intercambio de preguntas y respuestas, le fallaron las dimensiones del barquito que sirvió como locación y fue a dar a las aguas gélidas.
Lo que no nos queda claro es por qué el entrevistado pensó que podía salvar a la güera con su medalla o si el micrófono era para que lo agarrara o para grabar las mentadas que profería.
Al final le lanzan un salvavidas… pero pus ya pa’ qué.
De menos las aguas en las que cayó -por lo que se ve- eran limpias y no le pasó lo que a su colega mexicano: