La distracción de un piloto encargado de entregar a buen “puerto” un Boeing 747 Dreamlifter, hizo que el gigantesco avión aterrizara en un aeropuerto distinto al que se tenía planeado y no sólo eso, además tuvo que permanecer varado por más de 24 horas, ya que las condiciones para su nuevo despegue no eran favorables.
Si bien no hubo “gran problema” en que el armatoste llegara a un aeropuerto diferente, lo que sorprendió a varios fue la facilidad que tuvo el operador para aterrizar en una pista no apta para naves con las dimensiones del Boeing, ya que cuando se encuentra totalmente cargado, el Dreamlifter necesita una pista de aterrizaje de 2800 metros de largo para despegar, mientras que la pista en que cayó es de sólo 1850 metros.
Según lo planeado, el piloto tenía que aterrizar el Boeing 747, un jumbo de carga, en la base de la Fuerza Aérea en Kansas, sin embargo, por distraerse “viendo otra cosa” acabó en una pequeña pista de Wichita.
El error “sólo” fue de 15 kilómetros al norte del destino hacia el que era guiado: “oh, sí señor, acabamos de aterrizar en el otro aeropuerto”, fue la respuesta que muy quitado de la pena ofreció el encargado de la nave jumbo, quien en un intento de comprender dónde estuvo su error, mencionó que la falla estuvo en sus notas, reconociendo que no pudo entender lo que escribió a mano.
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Aunque grave, los colegas del despistado piloto excusan a su compañero alegando que en la zona existen tres pistas con características similares, así como la dificultad para diferenciar una esta corta de una larga durante el aterrizaje.
