Cuando los recursos de un Estado son abundantes, se pueden dar el lujo de cometer este tipo de errores.
Luego de gastar más de dos millones de pesos en unos sofisticados detectores moleculares que-según el gobernador de Colima, Mario Anguiano- servirían para la detección de armamento y drogas, resulta que el propio Ejecutivo recula y dice que siempre no: pruebas han demostrado que no funcionan.
Tras aceptar haber sido chamaqueado con la compra de estos aparatos, Anguiano señaló que se analiza proceder legalmente contra los proveedores. De igual manera dio a conocer que el pago que se hizo por los detectores moleculares ADE-651 en su mayoría fue realizado durante la administración pasada; ya que durante el gobierno anterior, encabezado por Silverio Cavazos, se pagó por los aparatos un millón 200 mil pesos, mientras que en la actual administración “sólo” se completó el pago con 800 mil pesos.
En su momento la compra de los detectores fue harto criticada, pero tuvo que ser hasta ya realizada la transacción que el científico de la UNAM, Luis Mochán, junto con el investigador Alejandro Ramírez dio cuenta de la ineficiencia de los aparatos: uno de ellos cometió 16 errores en 20 intentos.
Ahora que ya se dio cuenta que no sirven, Anguiano informó que los detectores moleculares dejarán de utilizarse y la detección de armas y drogas se hará a “la vieja escuela”: confiando en la capacidad de los elementos de seguridad. Además recalcó que ninguna detención se hizo basada en la eficiencia del producto, “sólo” se usaba como apoyo y para ubicar explosivos en eventos públicos.
Quién sabe cómo los fabricantes de los detectores moleculares pudieron colocar sus detectores en Colima, ya que en Inglaterra han sido acusados de fraude… pero las autoridades colimenses no deben sentirse mal, ya que hasta al gobierno federal y a 27 estados lograron venderles sus productos: nada más 450 millones de pesos.