Como dicen por ahí: “el hambre es canija” y puede provocar que hagamos cualquier cosa, comer algo que no nos gusta y muy comúnmente hacernos tener un humor de los mil demonios. La rugida de tripas queda en segundo término.
En los perritos sucede lo mismo, pueden chupar el plato de su comida hasta dejarlo como nuevo o casualmente romper una bolsa de basura para buscar lo que parece un tesoro, sin importar que dejen la cocina hecha un mugrero: “equis, somos perros”.
Ese fue el caso de una perra llamada Lucy, quien después de algunas horas sin probar alimento alguno, se dio a la tarea de buscar la forma de conseguir unos ricos nuggets que su dueño había dejado en el horno de microondas. Pero esto no fue accidental, ya que Rodd Scheinerman decidió grabarlo para ver cómo reaccionaba.
El sabueso comenzó a rondar el terreno, subió al desayunador de la cocina para tener una mejor perspectiva de cómo ejecutaría su plan, bajó y volvió a examinar todo, hasta que de manera muy inteligente decidió ayudarse con una silla, la cual él mismo colocó de manera estratégica, mejor conozcan el desenlace ustedes mismos:
A veces la inteligencia de los animales nos deja con el ojo cuadrado y esta vez no fue la excepción, ya que la perrita tuvo la habilidad de abrir el horno para descubrir el suculento platillo que ahí le esperaba. ¡El hambre es canija! Ya ni nosotros, siempre esperamos a mamá para que nos haga algo.
