Por Diego Castañeda

El sistema bancario mexicano es muy sólido, sus regulaciones macroprudenciales son buenas, sus niveles de capitalización y otra serie de indicadores están entre los mejores del mundo. No obstante, el problema más importante del sector financiero es la falta de acceso al crédito y lo caro que es realizar operaciones en el sistema. Las comisiones, hoy tema de debate en México por una iniciativa presentada por el grupo parlamentario de Morena en el Senado de la República, han desatado polémica y hasta causaron movimientos en otros mercados, como el de España. ¿Qué está pasando?

El asunto yace en el siguiente hecho: México es uno de los países más lucrativas para la banca, pero no lo es por lo que debería ser su negocio principal, prestar dinero, mover el ahorro de unas personas y canalizarlo a inversiones de otras. Lo es por las enormes comisiones que cobra a sus usuarios y que en parte mantienen a algunos fuera del sistema y por el negocio que tiene con los gobiernos estatales y locales: es más seguro prestarle a los gobiernos que son felices endeudándose usando sus recursos federales de garantía que prestarle a las personas y enfrentar riesgos.

¿Por qué las comisiones son tan altas?

La principal razón es la falta de competencia en el sector. México tiene pocos bancos y eso les permite tener mucho control sobre los precios de sus servicios; a su vez, México no ha sido el mejor regulador en estos aspectos. Igualmente, como una buena parte de sus ganancias se derivan de prestarle al gobierno, tienen menos incentivos para tratar de atender a sus clientes y ser más competitivos en la colocación de sus servicios financieros. Extraer rentas es más fácil cuando se tiene tanto poder de mercado y cuando el negocio es seguro gracias al poco aseado manejo de las finanzas públicas estatales y municipales.

Banca en México
Foto: Shutterstock

 Para mitigar lo primero, la falta de competencia, hace falta que permitamos que otros agentes puedan brindar servicios financieros, además de afinar las regulaciones. En este sentido, la Ley Fintech que se aprobó hace algunos meses tiene potencial para generar competencia al traer nuevos tipos de jugadores al mercado. No obstante, los mismos bancos y su poder económico, que se vuelve poder político, se esfuerzan mucho en poner todos los obstáculos posibles para que estos posibles nuevos competidores crezcan. Los reguladores mexicanos tienen que poner mucha atención en esto y evitar ser capturados si desean que la competencia en el sector incremente.

Por otro lado, para hacer que sus productos sean más atractivos respecto al acceso a los servicios financieros, parte del problema pasa por que los gobiernos del país dejen de ser la principal fuente de ingresos. La COFECE ya ha detectado y tomado algunas acciones contra lo que ha encontrado como prácticas poco competitivas en la fijación de tasas a la que los gobiernos estatales y municipales se endeudan. Hace falta mucho trabajo para mejorar las regulaciones y realmente lograr que dichos gobiernos hagan un uso responsable de sus finanzas y no vivan del crédito, la parte más importante está en hacer que sean responsables de la recaudación de parte de sus recursos para que así tengan que rendir cuenta a sus electores sobre sus decisiones.

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Todo lo descrito arriba es algo de lo que la banca está muy consciente y es algo no le gusta que se sepa, pues incrementa el peligro de que se le regule. Las regulaciones no siempre, o mejor dicho casi nunca, son del agrado de la banca, sobre todo cuando puede representar tener menores ingresos. No obstante, el sistema financiero es de cierta forma un bien pública cuya estabilidad y buen funcionamiento está en beneficio de todos y por eso debe ser bien regulado. Por su naturaleza, el sistema financiero debe ser inclusivo y realizar bien su función, cosa que no pasa en México.

Uno de los cuellos de botella para el crecimiento del país está en dicho sector: bancarizar a la economía, que sean más baratos los servicios y que el acceso sea mayor, a diferencia de hoy que más de 1000 municipios del país no cuentan con corresponsales o cajeros. Bancos con mayor competencia y mejor regulados son algunas de las transformaciones que más impacto pueden tener en nuestra economía.

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Diego Castañeda es economista por la University of London.

Twitter: @diegocastaneda

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