Faltan solamente 5 días para las elecciones presidenciales en Estados Unidos y lo único de lo que se tiene certeza, es que no hay algo seguro para ninguno de los candidatos. Después de la participación de ambos aspirantes presidenciales en el tercer y definitivo debate, los expertos señalaban a una clara ganadora con miras al 8 de noviembre: Hillary Clinton, del Partido Demócrata.
Octubre transcurrió sin sobresaltos para la exsecretaria de Estado, hasta que el FBI anunció la reapertura de la investigación que pesa sobre Hillary por el caso de los correos electrónicos. Este escándalo revivió las aspiraciones del empresario neoyorkino Donald Trump, quien obtuvo un repunte en varias mediciones a raíz de la información que reveló el servicio de inteligencia estadounidense.
El sitio Real Clear Politics indica que hoy, a unos cuantos días de los comicios, la contienda rumbo a la Casa Blanca está muy cerrada. La encuesta de CBS/ The New York Times le da 3 puntos de ventaja a Clinton respecto a Trump (47% a 44% de las preferencias), mientras que el estudio realizado por LA Times/ USC Tracking le da una ventaja de 5 puntos al magnate.
Mientras que el ejercicio hecho por ABC/ The Washington Post indica que Clinton se encuentra apenas dos puntos porcentuales arriba de Trump. Según el estudio realizado por la cadena CNN, uno de los más cuestionados por el candidato republicano, la ventaja de Hillary alcanza entre 4 y 5 puntos sobre su competidor más cercano. Pero, y a todo esto, ¿qué tanto podemos confiar en las encuestas?
Estas mediciones son representativas aunque no necesariamente definitivas, ¿o ya se olvidaron lo que ha ocurrido este año con el Brexit, en el Reino Unido; el Acuerdo de Paz, en Colombia o la inesperada derrota del Partido Pirata en Islandia? Los dos plebiscitos y la elección comparten una característica puntal: las encuestas fallaron en sus previsiones sobre los resultados.
¿Cuáles han sido las respuestas al respecto? Nigel Farage, uno de los principales promotores de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, señaló a la cadena CNN que las casas encuestadoras modernas no están considerando a las personas que normalmente no votan, pero que en una decisión así deciden salir a su hacer válido su sufragio. El pasado 23 de junio, día del referéndum, las encuestas ubicaban a los pro-Brexit 10 puntos abajo de sus detractores.
A unos cinco días de refrendar el Acuerdo de Paz en Colombia, entre el Gobierno y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas, tres encuestas distintas indicaban que en el plebiscito se optaría por el ‘sí’. La decisión final tomó por sorpresa a todos: las mediciones señalaban que el sí ganaría por una diferencia de aproximadamente 30 puntos, aunque los colombianos definieron el referéndum por una diferencia ínfima.
¿Las razones? El principal error que se encontró en la metodología fue que las consultoras previeron que el 67% de la población colombiana fuera a las urnas, cuando de los 34.9 millones que podían ejercer su voto, sólo 37.4% fueron a realizarlo. Tampoco se contó con que habría fuertes lluvias, que complicaron la jornada electoral, y hasta que los simpatizantes del ‘sí’ cayeron en cierto triunfalismo.
La formación antisistema en Islandia, conocida como el Partido Pirata, era dada como segura ganadora en los sondeos antes de las elecciones. Inmerso en una crisis financiera y con un primer ministro salpicado por los Panamá Papers, la organización formada en 2012 se mostraba en los sondeos como clara favorita para ganar los comicios. La oposición alegó que el grupo no tenía experiencia política y que esto podría ahuyentar a los inversionistas y desestabilizar la recuperación económica del país.
Y ya ni hablar del episodio electoral de 2012 en México, en cuyas encuestas, Enrique Peña Nieto ganaba casi el 100% de los votos, ¿verdad GEA/ISA Milenio? Como ven, hay un montón de variantes, intereses, factores y hasta posturas que pueden afectar una muestra. Por eso hay que tomar las encuestas como una aproximación al resultado final, pero nunca como un pronóstico exacto.