¡Y es la cosita más tierna del universo!
La Comisión Nacional de Áreas Protegidas (Conanp) dio la mejor noticia al mundo animal: reapareció la rata canguro de San Quintín después de que se diera por extinta desde su último hallazgo hace 32 años.
La “Dipodomys gravipes”, fue descubierta otra vez en la Reserva Natural Monte Ceniza, San Quintín, y en la Reserva Natural Valle Tranquilo, en Ensenada. Ambas zonas son áreas protegidas.
La última vez que se vio a este roedor fue en 1986 y, hasta ahora, se encontraba en la lista de animales probablemente extintos del medio silvestre de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
La principal causa de la desaparición de la rata canguro se dio debido a la pérdida de su hábitat, esto como consecuencia de la expansión agrícola en esa región.
Esta especie sobreviviente fue redescubierta en una reserva de Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación (ADVC), que están certificadas por la Conanp y que se mantienen gracias a un convenio de conservación con la asociación civil Terra Peninsular.
De acuerdo a la Conanp, encontrar otra vez a esta especie es una prueba de que las zonas de conservación son un éxito que le hace frente a la problemática del cambio climático y a la pérdida de hábitats.
La rata canguro es una especie perteneciente a la familia Heteromyidae. Llega a medir hasta 30 centímetros desde la cabeza a la cola y llega a pesar hasta más de 100 gramos, por lo que es considerada la rata canguro más grande de nuestro país (así que ni idea de cómo será una pequeña).
Estos tiernos roedores viven en tierras áridas y se llaman así debido a sus largas patas, similares a las de un canguro, que les permiten impulsarse con rapidez.
A raíz de este descubrimiento, la Conanp ya trabaja con el Museo de Historia Natural de San Diego y la asociación civil Terra Peninsular para llevar a cabo un plan de conservación de las comunidades de mamíferos pequeños del área.