Otro caso al que no se debe dejar de dar seguimiento es al ocurrido en Tlatlaya, Estado de México, en el cual se evidencia la forma en que puede llegar a operar el Ejército. La ejecución de 22 personas continúa siendo investigada.
Según nuevas evidencias, los militares que intervinieron en la muerte de más de dos decenas de jóvenes utilizaron las propias armas de las víctimas, hecho que en un comienzo generó “confusión” para las autoridades, ya que había rastros de municiones que no pertenecían a las armas de los oficiales.
El responsable de la Procuraduría General de la República, Miguel Ángel Murillo Karam, señaló que después de todas las investigaciones que se han hecho sobre el caso, se ha determinado que ocho de los 22 presuntos delincuentes ejecutados “fueron muertos con las armas de los propios muertos que estaban en el lugar, o sea, cuando [militares] les disparan, lo hacen con las armas de los muertos, y por eso las armas tampoco aparecían en el lugar; estos son los elementos que nos dan la posibilidad de poderlos consignar, como lo hicimos, por homicidio”.
Lo anterior ha servido para que se realice acción penal contra cuatro de los ocho militares detenidos por estar involucrados en esta matanza. Sin embargo, el procurador prefiere no usar la palabra EJECUCIÓN, “porque el Código Penal no la tiene, lo tengo que calificar de homicidio con agravantes”.
Por otra parte, aunque fueron meses de retraso los que separaron el hecho sucedido desde el 30 de junio y la información que apenas se está dando a conocer, el titular de la PGR asegura que en los primeros informes que le dio la milicia “ya constaba la denuncia que habían violado protocolos y que estaban iniciando una investigación”.
“El Ejército lo hizo con responsabilidad, con verdadera honestidad y dignidad; tengo que decir con toda claridad que mi primera información de irregularidades me la da el Ejército”
Además Murillo señaló que los testimonios que han ofrecido los sobrevivientes de los hechos registrados en una bodega ubicada en la población de San Pedro Limón encajan con la reconstrucción de hechos, por lo que se puede –por ahora- asegurar que hubo dos momentos del enfrentamiento… es decir: todo queda en que no hubo rendición por parte de los jóvenes, pero tampoco ejecución… “nomás” dos etapas de intercambio de balazos.