No hay imposibles en este mundo. Cuando uno considera remotas —casi extintas— las posibilidades de que suceda algo, de pronto sucede. Así cayó un día el muro de Berlín, Cuba retomó relaciones con Estados Unidos y hasta En Familia con Chabelo, rompiendo con toda lógica, salió del aire.

Ahora le toca decir adiós al Noticiario con Joaquín López Dóriga, un programa de televisión que nos acompañó por 16 años y dejó como sello reconocible el “muuuuy buenaaash nochecchh” después de la cortinilla de entrada y el girito a la silla al final de la emisión.

Podrán estar de acuerdo con él o no, pero sin duda, Joaquín se convirtió en la fuente principal de noticias para miles de personas. El Ticher es como la versión de carne y hueso de Kent Brockman, el influyente conductor de noticias de Springfield. Para bien o mal. Ha entrevistado a grandes personajes como Fidel Castro, Octavio Paz, Carlos Fuentes, Pablo Neruda y José Saramago.

Pero también se ha visto envuelto en encuentros bastante sui generis, momentos muy cotorrones, las polémicas más irrisorias que uno podría imaginarse, además que algún sector de la sociedad lo señala como cercano al poder y las posturas oficiales.

El longevo anchorman de casi 70 años ha sido merecedor de varios premios por su labor como periodista —no, entre ellos no se encuentra el más prestigioso que otorga Del Monte— y el día de hoy que dice adiós a su noticiario, nosotros decidimos despedirlo con todas las lecciones que le aprendimos al Teacher.

CUANDO SE LE APARECIÓ UN PRIISTA MALACOPA

Acababan de pasar apenas algunos meses de que su espacio informativo iniciara, cuando se plasmó una de las postales más representativas de su proyecto. López Dóriga había organizado una mesa de debate con Diego Fernández de Cevallos y Jaime Sánchez Susarrey, cuando se les apareció algo peor que un ente chocarrero en el estudio.

En medio de su plática, que ahondaba sobre la victoria de Vicente Fox en las elecciones presidenciales del 2000 y cómo todo iba a cambiar (se equivocaron gachísimo, ¿no?), irrumpió violentamente el diputado priista Eduardo Andrade, quien habría llegado al estudio en supuesto estado de ebriedad.

Este tipazo llegó a acusar algún tipo de censura contra el PRI (¿les cae?), a lo que el Ticher, sin sentarse de nueva cuenta en su silla, lo invitó a unirse a la mesa, pero bajo sus términos. Bueno, claro… después de meterle una regañiza tremenda. ¿Sí recuerdan este momento? Todo un clásico.

CUANDO APLICÓ EL JUAY DE RITO

Entendemos que a uno se le pueden cuatrapear los cables cuando no se está comunicando en su idioma natal, pero en aquella ocasión López Dóriga sí se pasó con su lapsus brutus mientras entrevistaba al actor Anthony Hopkins.

Era febrero de 2011 y estaba próximo el estreno de El Rito (The Rite, en inglés, puesss ), una película de terror protagonizada por el dramaturgo galés. El ticher dialogaba con Hopkins sobre su filme más reciente hasta que el destino le hizo una mala jugada y falló la traducción simultánea.

Joaquín tuvo que hacer gala de sus conocimientos de la lengua de Shakespeare —y quizá fustigado por su productor a través del chícharo— desplegó un pobre uso del idioma ante la incredulidad del protagonista de la cinta (que, por cierto, estaba muy chafona).

El encuentro se propagó rápidamente en las redes sociales y es día en que al periodista no se le quita el estigma del “Juay dis film, juay de rito?”. Aunque se quemó a nivel nacional, creemos que una falla así le puede pasar casi a cualquiera, ¿o no?

CUANDO MOSTRÓ PORNOGRAFÍA INVOLUNTARIAMENTE

Dicen que los años no pasan en vano y ni cómo refutarle a ese dicho que nos predicaban nuestras abuelitas. De aquel reportero brioso que hizo sus pininos en el noticiero 24 horas —bajo el resguardo de Jacobo Zabludovsky— no queda mucho. Quizá ni los lentes.

La edad es una enfermedad que se va acrecentando con los años y termina por causar estragos en todo el cuerpo. El metabolismo se vuelve más lento, los huesos empiezan a doler, algunos órganos empiezan a fallar… y, bueno, la piel también comienza a colgarse.

Un ejemplo claro es nuestro celebrado Ticher, cuyo pellejo ubicado debajo del cuello nos hizo reír y decir WTF?! en varias ocasiones: los pliegues de su piel han formado una vagina debajo de su rostro, que se contonea al son de las noticias.

Las abuelitas también dicen “como me ves, te verás”, así que les recomendamos no hacer tanta mofa de su sexualizado cogote porque, en una de esas, cuando sean sexagenarios podrían tener su propia vaginita en el cuello.

CUANDO SE LA PELÓ A PEDRITO SOLA

¿Recuerdan cuando el conductor Marcos Martínez Soriano dijo que el Teacher le hacía los mandados (bueno, en realidad fue un poco más groserito)? Este es uno de los do-ri-mo-ments más recientes y quizá también uno de los más memorables de todos.

El doppelgänger coahuilense de Pedrito Sola despotricó de una manera simpatiquísima en contra de los titulares de los espacios informativos de Televisa: Joaquín López Dóriga y Carlos Loret de Mola.

Uno esperaba que la reacción del periodista fuera más enfática y colérica en contra de Martínez Soriano, pero Joaquinito —como suele llamarle el exdiputado Gerardo Fernández Noroña— contestó las agresiones de una manera muuuuy relajada.

CUANDO LLAMÓ IMBÉCIL A DONALD TRUMP

A pesar de haberse portado muy buena onda con su detractor norteño, El Teacher explotó en contra Donald Trump, entonces aspirante a candidato por parte del Partido Republicano. El periodista consideró al millonario con aspiraciones presidenciales como un cretino y un oportunista.

López Dóriga se prendió tras leer las declaraciones de José Antonio Meade, quien contestaba el polémico discurso del multimillonario en el que señalaba que México no enviaba a sus mejores hombres a Estados Unidos, sino a violadores y drogadictos.

Después sacó su lado más académico y pareciera que se fue directo a las definiciones de su pequeño Larousse, para establecer —de una manera muy chusca— que limitándose a la acepción del término, Trump era un imbécil. “No lo digo como un insulto, sino como un retrato hablado”, sentenció Joaquín. (Lo bueno inicia después del 1:15).

LA RAZÓN DE SU SALIDA

López Dóriga anunció el pasado 23 de mayo que dejaba su espacio tras conversarlo con su familia, Emilio Azcárraga, Bernardo Gómez y Leopoldo Gómez —ejecutivos de Televisa—, aunque seguiría participando en otros proyectos dentro de la empresa.

El semanario Proceso atribuyó la salida del comunicador al escándalo que surgió con la empresaria María Asunción Aramburuzabala, quien demandó a López Dóriga —y a su esposa, Adriana Pérez Romo— por intentar extorsionarla con 5 millones de dólares para permitirle construir.

Su lugar sería tomado —presuntamente— por la periodista Denise Maerker, quien conduce el programa de radio Atando Cabos y una emisión en Televisa llamada Punto de Partida, además de haber participado en el programa Tercer Grado, donde se agrupaban a varios líderes de opinión.

¿Ustedes qué recuerdan de su noticiario? ¿Lo van a extrañar? ¿Qué episodios de programa nos faltaron en este conteo?

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