En Rusia hay gente muy violenta: la homofobia es política de Estado, existe un club de la pelea como el de la película y de vez en vez se disparan en mitad de discusiones sobre filosofía.
Según la policía de Rostov del Don, localidad al sur de Rusia, un hombre de unos 26 años entró en una tienda para hacer la compra y al encontrarse con otro cliente, de 28, hizo lo que cualquier ruso con tiempo extra hace: echar una buena plática sobre Kant.
Al parecer no estaban muy de acuerdo en algún punto, ya sea la idea de deber, la subjetividad trascendental, el imperativo categórico o lo feo que era el filósofo (lo que sería difícil de cuestionar). Como sus categorías no eran compatibles, se fueron a los puños, lo que parece perfectamente natural cuando se discute sobre idealismo.
La cosa se puso fea cuando el agresor sacó una pistola de balas de goma (al parecer la propuesta de desarme de Putin hizo que la gente fuera más consciente y ya no cargara armas letales. Gracias Putin) y disparó múltiples veces contra su contrincante.
El impredecible filósofo salió corriendo, pero la policía dio con él al instante y lo dominó con todo rigor. Ahora enfrenta cargos de hasta 15 años de prisión.
La nota del Europa Press termina con un párrafo invaluable que a continuación reproducimos:
“Kant residió en Koenigsberg, por entonces en Prusia y actualmente situada en Rusia con el nombre de Kaliningrado. Los rusos son aficionados a las discusiones sobre filosofía e historia, en ocasiones bajo los efectos del alcohol, pero no es nada frecuente que deriven en actos tan graves.”
Vía: Europa Press, Ria Novosti,