Lo que para muchos era un “acto de amor” se ha ido deformando con el tiempo, por lo que las leyes tienen que cambiar.
Una “bonita” tradición que venía de los tiempos de nuestros abuelos era el llamado “robo de la novia”, que consistía en que algún gandalla se llevaba a la mala a la mujer con la que deseaba echar pata conformar una familia (referencia fílmica: La mujer de Benjamín). Sin embargo la delincuencia llevó a niveles criminales este acto, por lo que en el estado de Puebla ya tomaron cartas en el asunto.
Así, el congreso poblano aprobó cambios en su legislación para derogar el concepto de rapto del Código Penal y elevarlo a “Privación de la libertad con propósito sexual”… Así que si son de esos forever alone que querían aplicar el “robo de novia”, vayan pensando en otra táctica más sutil.
Otra variante de este acto -que también será castigado- es prometerle matrimonio a una jovencita y fugarse con ella para después violentarla.
Anteriormente, el artículo 275 protegía el acto, pues indicaba que “se extinguirá la acción persecutoria cuando el raptor se case con la mujer ofendida”. Pero ya no más… y cómo no, si se ha detectado que en comunidades de la sierra como Huauchinango, Zacatlán, Xicotepec y Ajalpan, hombres sustraen a jovencitas con propósitos criminales como la trata de personas.
Esta reforma, impulsada por el diputado del PRI Gerardo Mejía, fue aprobada con 39 votos a favor y una abstención. Con ella se prevé castigar con penas que van de 12 meses a 5 años en prisión.
Mejía señaló que también se sancionará de tres meses a tres años, a quien sustraiga a una mujer y la libere, aun sin haber tenido contacto sexual.
Este tipo de modificaciones en la legislación no son nuevas en nuestro país, puesto que, a lo que ahora realizan en Puebla, le anteceden las derogaciones del concepto de rapto en entidades como Nayarit, Tlaxcala y el Distrito Federal.
