Alguna autoridad en Oaxaca dijo “que nadie se quede sin su tarjeta” y su palabra fue orden. Ya que el vil plástico tenga saldo, es otro asunto que los damnificados habrán de intentar resolver en alguna ventanilla burocrática. ¿De qué les hablamos? Ah, pues nada… que la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, bajo el mando de la confiable con los  pesos de Rosario Robles (dijo nadie, nunca) está haciendo entrega de tarjetas de Bansefi (del también muy honesto Virgilio Andrade) con “ayuda” para damnificados por los terremotos, pero sin ni un peso.

Lo anterior es denunciado por varios integrantes de comunidades indígenas del Itsmo, quienes como modo de presión para “resolver las irregularidades en torno a los apoyos para la reparación de viviendas dañadas por los sismos”, han realizado bloqueos carreteros. Otros, simplemente cuentan su desgracia a los medios de comunicación: “yo fui a la casa de materiales y ahí me dijeron: ‘Su tarjeta no tiene fondos, ya lo ocupó, ya lo gastó’ y les dije ‘No, es la primera vez” (…) A mí ya me da pena venir, quiero que me depositen, yo necesito el dinero, yo sola estoy a cargo de mi hermano”, señaló para López Dóriga una damnificada del municipio de Ixtaltepec, a quien después del censo de viviendas, le dieron una tarjeta de Bansefi con un supuesto saldo de 120 mil pesos, monto dado a las personas cuya vivienda presenta graves daños.

Pero las irregularidades en el caso de la mujer identificada como “María Luisa” no quedan ahí. Según denuncia, empleados de Bansefi y la Sedatu intentaron quitarle la tarjeta. Según ellos, el plástico había sido entregado “por equivocación”… quizás porque, con ayuda de ingenieros, no tuvo que demoler su vivienda, lo cual no quiere decir que no necesite del apoyo económico: ‘¿Por equivocación? ¡Pasen! Entonces esos muchachos se quedaron sorprendidos de que la casa sí estaba dañada”.

Al respecto, las autoridades emitieron un comunicado en el que informan que, de la manga, se sacaron un proceso que claramente explica por qué se entregaron tarjetas sin saldo. Ahora verán, es más o menos así: “para las familias cuyas casas resultaron afectadas con daño parcial, se determinó la entrega de una tarjeta del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi) para disposición de efectivo. Para aquellas personas cuyos hogares sufrieron daño total, se definió la entrega de dos tarjetas de Bansefi: la primera para disposición de efectivo y la segunda destinada exclusivamente para la adquisición de materiales en comercios del giro de la construcción”.

¿Todo bien, no? Pues bueno, como le tuvieron mucha confianza a su censo realizado por la Sedatu, éste se verificó, encontrando que era necesario hacer una que otra corrección: de daño total, se clasificaron viviendas como daño parcial. En otras ocasiones – como a las autoridades le gustó dar tarjetas a lo güey – familias recibieron dos tarjetas al ser clasificada su vivienda como daño parcial, razón por la cual, una de ellas no tiene saldo ¿¿¿??? Lo que no tomaron en cuenta las autoridades, es que la gente no se iba a esperar a ver a qué horas se les ocurría darles el apoyo (en Oaxaca y Chiapas ya pasó más de un mes de la tragedia), así que – como el caso de la señora “María Luisa” – pidieron prestado para reconstruir sus viviendas. Y es así como llegan los de la Sedatu y determinan que las casas no son pérdida total, sino parcial.

En fin, aún así, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público informó que se han entregado más de 23 mil tarjetas del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi), para la reconstrucción en Chiapas y Oaxaca. ¿Contando las que no tienen fondos?

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