Como lo leen, en México hay una conspiración del pollo, y es que la industria avícola de nuestro país conspiró para manipular y acordar los precios de la carne de pollo en detrimento de los consumidores del Valle de México.
En México la industria del pollo ha conspirado en contra de los consumidores (como si las demás no lo hicieran ¬¬), esto se descubrió después de una investigación de casi cuatro años. La Comisión Federal de Competencia Económica (CFC) concluyó que cinco de las empresas más importantes de este sector incurrieron en prácticas monopólicas en los años 2008 y 2009.
El organismo expresó:
«La conducta desplegada por las [empresas] responsables evitó la competencia entre ellas y obligó a los consumidores de pollo a pagar precios más elevados a los que existirían derivados del equilibrio entre la oferta y la demanda»
Según Reforma, el pasado 3 de octubre, la CFC impuso multas que suman 130.4 millones de pesos a Industrias Bachoco, Pilgrim’s Pride, Tyson, Pollo de Querétaro y San Antonio, así como a la Unión Nacional de Avicultores (UNA).
Todas estas empresas aseguraron haber actuado con las mejores intenciones (¿las mejores intenciones?) es más, llegaron a decir que lo único que querían era proteger a los consumidores (¿?).
En su defensa, la UNA y los productores alegaron que los cuatro desplegados que publicaron lo hicieron por petición de distribuidores mayoristas, para informar al público sobre los precios y contrarrestar a minoristas que estaban inflando sus ganancias.
Añadieron también que no quisieron eliminar la competencia, sino que lo que buscaban era deshacerse de inventarios y que los precios mencionados en los desplegados eran inferiores a los que prevalecían en el mercado.
Pero la CFC replicó:
«La siempre fijación o concertación de un mismo precio o su manipulación por parte de competidores, implica un daño al proceso de competencia y libre concurrencia que impide la capacidad de elección de los consumidores»
Además se trató de una práctica grave, ya que afectó a un producto de la Canasta básica (¡con lo difícil que se ha vuelto comerse un pollito últimamente!).
Además se estimó en 604 millones de pesos el tamaño del mercado afectado durante los 44 días que estuvieron vigente los precios previstos en los desplegados.
Todos los sancionados por la CFC han establecido demandas de amparo.
Pero no sólo fue a los habitantes del Valle a los que se nos afectó con esto, también a los Veracruzanos, ya que el pasado 11 de junio la CFC resolvió multar a siete empresas de este mismo sector por publicar entre el 2005 y el 2009 cinco desplegados en diarios de esa entidad con los precios a los que debía venderse la carne de pollo en Córdoba, Orizaba y el puerto.